Comenté a inicios de 2014 que condicionar la evolución de las unidades de potencia a una serie de azarosos peldaños anuales, que diría Forges, organizados además, por número decreciente de segmentos revisables o tokens, era poco menos que envolver una trampa para osos en papel de regalo, ya que llevábamos encima unos años que entre absurdas economías, se había concretado día sí y día también que quien daba primero daba dos veces en Fórmula 1, para colmo, desde febrero y con dos cogieron.
La paulatina reducción de horas de túnel de viento y de ordenador (CFD), la pérdida de entrenamientos y la abundancia de felonías tan estúpidas como diferentes en colores y sabores, han dado lugar a que no exista forma humana de recuperar el terreno perdido o no resuelto adecuadamente en invierno, lo que conlleva que quien no se haya visto favorecido por la diosa Fortuna, comience a plegar los trastos en verano y a poner velas a la Virgen por aquello de intentar ser el primero la temporada siguiente...
Todo esto siempre me ha parecido malo y así lo he dejado expuesto en este blog.
Desde 2008 no levantamos cabeza, y no es una opinión, ya que la abundancia de pruebas que hay al respecto deberían anular cualquier posibilidad de contestación, si no fuera porque el ser humano, en concreto el friki, sabe buscarse las alubias con tal de parecer distinto a todas horas. Otra cosa es que la realidad, testaruda como una mula, sigue estando ahí para recordarnos que el deporte ha perdido espectáculo, seguidores, espectadores y brillo.
Malo era que Red Bull asolara los circuitos y malo es que ahora lo haga Mercedes AMG, y aquí estoy, viernes por la mañana, intentando organizar mis recuerdos, procurando parecer serio mientras en lo posible gritar un sonoro ¡mecahis!, que es lo que me pide el cuerpo.
Y es que a ver, en este periodo de tiempo han caído como churros los récords y los Grand Chelem porque la cosa estaba muy facilona, y los títulos no dan para lo que antaño, simplemente porque conseguirlos resulta mucho más sencillo que antes.
La pérdida de contenido ha sido abrumadora pero dicen que la recuperaremos. La verdad es que en cuanto tienen oportunidad, los de arriba nos cuentan la misma milonga y lo realmente absurdo en este sentido, es que siga habiendo quien lo crea.
Decía el otro día que las propuestas para 2017 o 2018, llevan a un imperio renovado de la aerodinámica y ayer supimos que el pérfido sistema de tokens ha sido erradicado porque supuestamente llegan las unidades de potencia low cost que jamás veremos. Pero no nos engañemos, sin entrenamientos ni libertad para desarrollar ideas, la Fórmula 1 va a seguir siendo un lugar artificialmente desigual simplemente porque al árbol de la creatividad lo podaron en exceso y a duras penas produce hojas.
Mi abuela diría que para este viaje no hacían falta alforjas, ¡mecahis!
Os leo.
Desde 2008 no levantamos cabeza, y no es una opinión, ya que la abundancia de pruebas que hay al respecto deberían anular cualquier posibilidad de contestación, si no fuera porque el ser humano, en concreto el friki, sabe buscarse las alubias con tal de parecer distinto a todas horas. Otra cosa es que la realidad, testaruda como una mula, sigue estando ahí para recordarnos que el deporte ha perdido espectáculo, seguidores, espectadores y brillo.
Malo era que Red Bull asolara los circuitos y malo es que ahora lo haga Mercedes AMG, y aquí estoy, viernes por la mañana, intentando organizar mis recuerdos, procurando parecer serio mientras en lo posible gritar un sonoro ¡mecahis!, que es lo que me pide el cuerpo.
Y es que a ver, en este periodo de tiempo han caído como churros los récords y los Grand Chelem porque la cosa estaba muy facilona, y los títulos no dan para lo que antaño, simplemente porque conseguirlos resulta mucho más sencillo que antes.
La pérdida de contenido ha sido abrumadora pero dicen que la recuperaremos. La verdad es que en cuanto tienen oportunidad, los de arriba nos cuentan la misma milonga y lo realmente absurdo en este sentido, es que siga habiendo quien lo crea.
Decía el otro día que las propuestas para 2017 o 2018, llevan a un imperio renovado de la aerodinámica y ayer supimos que el pérfido sistema de tokens ha sido erradicado porque supuestamente llegan las unidades de potencia low cost que jamás veremos. Pero no nos engañemos, sin entrenamientos ni libertad para desarrollar ideas, la Fórmula 1 va a seguir siendo un lugar artificialmente desigual simplemente porque al árbol de la creatividad lo podaron en exceso y a duras penas produce hojas.
Mi abuela diría que para este viaje no hacían falta alforjas, ¡mecahis!
Os leo.
1 comentario:
Totalmente de acuerdo con nuestro anfitrión.
Y digo yo... ¿no sería más fácil poner un techo presupuestario y que cada uno administras ese presupuesto a su conveniencia? Si quieres o necesitas motor, pues pones ahí tus millonces de euros. Que vas mal de aero, aportas el grueso de tus dineros a tan noble disciplina. Se lían en inventar mágicas soluciones que equiparen equipos, logrando burdas pantomimas que desclasifica a la segunda carrera el secreto de la victoria del mundial... y ahí sigue Bernie... incombustible y senecto.
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