Entre los variados alicientes previstos para el próximo Gran Premio de Abu Dhabi, el que más me atrae es el que tiene a Kimi como protagonista, aunque ya os digo desde hoy: Iceman gana de calle a Bottas.
No es tanto que los dos finlandeses jueguen en campos bien diferentes como que Ferrari ya está preparando su salida a bolsa en Milán, y Arrivabene para estas cosas, se muestra finolis como canela en rama.
Un doblete de la rossa como segundona de toda la vida, vale en estos momentos infinitamente más que un Raikkonen en quinta posición. Así que la cúpula de Maranello lleva días moviendo ficha.
El finlandés aclara sus posibilidades en 2016. El Jot Down habla de Kimi con titular nürburgringniano. Y Maurizio también se refiere a él en términos tales como: «Estoy contento de que haya traído equilibrio al equipo. Empuja a Sebastian muy duro, y eso es muy importante. Se ha visto en ciertas situaciones por mala suerte, pero trabaja muy duro...»
Me gusta todo esto, para qué os lo voy a negar. Soy kimista, si se me permite el palabro, y aunque todas estas chorradas que rodean los quehaceres cotidianos de los pilotos me la traen al pairo, en especial las que atañen al protagonista de esta entrada, me encandila que se apañen las estrellas como para que un tipo del que se dice que está sobrevalorado, pueda enfrentarse a una situación en la que nos muestre una vez más, de qué material está hecho.
Tampoco es que esté muy complicado, la verdad. Los Mercedes AMG no van a dejar ni las migas. Los Red Bull adolecen de problemas con Renault y Williams ya ha conseguido el 95% de lo propuesto para esta sesión. No, hacer tercero en el podio de Yas Marina no parece muy complicado. A Kimi no le va a fallar nada: los pitstop van ser una delicia. Las ruedas no se soltarán. Vettel echará una mano porque tiene su tercera plaza asegurada, y si Charlie tiene que aguantar al Safety Car, seguro que lo retiene.
Otro asunto es que Kimi interprete a la perfección su papel, que lo hará, sencillamente porque sus mimbres siguen siendo diferentes a los del resto de los mortales.
Bien, sí, anda de un moñas ultimamente que dan ganas de darle dos sopapos, pero cualquiera que haya sido padre o madre, entiende cómo se baja la guardia y cómo se ve de lindo el horizonte, cuando sostienes entre tus manos la vida de un ser humano que sin beberlo ni comerlo, está aquí porque tú lo has invocado.
Hay que comprender a Kimi, y hay que asimilar también, que una cosa son las gabelas paternales, y otra bien distinta, el batirse el cuero sobre un trazado. Y aquí Iceman no se lo va a pensar dos veces, ni tres. El campeón del mundo de 2007 sabe cuidar las gomas de sus coches y es delicado en la conducción salvo que tenga que abrirse paso. Va a hacerlo bien, lo doy por hecho. Necesita ese cuarto puesto en la tabla de conductores, y lo va a conseguir porque para eso le pagan.
¡Pica, güey!
Un doblete de la rossa como segundona de toda la vida, vale en estos momentos infinitamente más que un Raikkonen en quinta posición. Así que la cúpula de Maranello lleva días moviendo ficha.
El finlandés aclara sus posibilidades en 2016. El Jot Down habla de Kimi con titular nürburgringniano. Y Maurizio también se refiere a él en términos tales como: «Estoy contento de que haya traído equilibrio al equipo. Empuja a Sebastian muy duro, y eso es muy importante. Se ha visto en ciertas situaciones por mala suerte, pero trabaja muy duro...»
Me gusta todo esto, para qué os lo voy a negar. Soy kimista, si se me permite el palabro, y aunque todas estas chorradas que rodean los quehaceres cotidianos de los pilotos me la traen al pairo, en especial las que atañen al protagonista de esta entrada, me encandila que se apañen las estrellas como para que un tipo del que se dice que está sobrevalorado, pueda enfrentarse a una situación en la que nos muestre una vez más, de qué material está hecho.
Tampoco es que esté muy complicado, la verdad. Los Mercedes AMG no van a dejar ni las migas. Los Red Bull adolecen de problemas con Renault y Williams ya ha conseguido el 95% de lo propuesto para esta sesión. No, hacer tercero en el podio de Yas Marina no parece muy complicado. A Kimi no le va a fallar nada: los pitstop van ser una delicia. Las ruedas no se soltarán. Vettel echará una mano porque tiene su tercera plaza asegurada, y si Charlie tiene que aguantar al Safety Car, seguro que lo retiene.
Otro asunto es que Kimi interprete a la perfección su papel, que lo hará, sencillamente porque sus mimbres siguen siendo diferentes a los del resto de los mortales.
Bien, sí, anda de un moñas ultimamente que dan ganas de darle dos sopapos, pero cualquiera que haya sido padre o madre, entiende cómo se baja la guardia y cómo se ve de lindo el horizonte, cuando sostienes entre tus manos la vida de un ser humano que sin beberlo ni comerlo, está aquí porque tú lo has invocado.
Hay que comprender a Kimi, y hay que asimilar también, que una cosa son las gabelas paternales, y otra bien distinta, el batirse el cuero sobre un trazado. Y aquí Iceman no se lo va a pensar dos veces, ni tres. El campeón del mundo de 2007 sabe cuidar las gomas de sus coches y es delicado en la conducción salvo que tenga que abrirse paso. Va a hacerlo bien, lo doy por hecho. Necesita ese cuarto puesto en la tabla de conductores, y lo va a conseguir porque para eso le pagan.
¡Pica, güey!
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