lunes, 23 de noviembre de 2015

Honda Motor [Tetsuo Sakiya]


La tercera entrega de esta serie bibliófila que inicié en agosto pasado, versa sobre un libro que no trata en exclusiva de Fórmula 1, ni siquiera del mundo del motorsport, pero sin embargo, nos habla de una de las marcas más emblemáticas del universo de la competición: Honda.

Ya os avisaba en el párrafo final de la entrega anterior [No angel (Tom Bower)], que para saber cómo funciona realmente todo esto a veces conviene mirar fuera de sus fronteras. 

Honda Motor: Los hombres, la dirección, las máquinas [Honda Motor. The Men, the management, the Machines], de Tetsuo Sakiya —publicado en 1994 por Planeta De-Agostini dentro de su colección Biblioteca Deusto de Empresas y Empresarios, en la edición que sostengo ahora mismo en las manos—, resulta en este sentido paradigmático, ya que describiéndonos la historia de Honda desde sus orígenes hasta el momento de ser escrito y siempre desde un punto de vista empresarial, nos devela también cómo la confianza ha sido el germen de su éxito.

Hablando de confianza, obviamente tenemos que hablar también de responsabilidad y de respeto. Y es que lejos de la perspectiva occidental al respecto de los cánones y frecuencias que empapan la cultura económica japonesa, su sistema de creencias no se basa en una arquitectura piramidal tal y como la entendemos por nuestros lares, sino en otra estructura piramidal que pareciendo idéntica a la mencionada, nace de la responsabilidad de cada uno de sus componentes, y de la confianza y respeto mutuos, lo que define un modelo mucho más sólido que el nuestro.

Así, desde el jefe hasta el último integrante de la fábrica, todos se ganan el respeto y fortalecen la jerarquía ejerciendo precisamente sus respectivas responsabilidades dentro de una atmósfera en la que el éxito y el fracaso, son siempre mancomunados.

Sakiya nos cuenta la historia de Honda Motor de forma muy amena, salpicando el texto con numerosas anécdotas. Así, desde que Soichiro Honda comienza a fabricar motocicletas en 1946 hasta que él y su socio y amigo, ‪Takeo Fujisawa‬, se jubilan juntos en septiembre de 1973, desgrana el devenir de la marca mostrándonos página a página que esa cultura de la que hablaba antes, ejerció de potente catalizador a la hora de dar forma a sus sueños.

Quizás convenga revisitar este libro ahora que Honda parece arrastrarse junto a McLaren por los circuitos del Mundial, porque lejos de la parafernalia del Bushido y la tradición militar nipona, los milagros no existen ni en Oriente ni en Occidente, aunque aquí como allí, la confianza se gana a base de trabajo y resultados, incluso en los duros momentos del fracaso.

Os leo.

1 comentario:

chema dijo...

Muy interesante lectura, el potencial es grandísimo aunque creo hay excesivo optimismo en los tiempos necesarios para alcanzar los objetivos.