Por fortuna para nosotros, los sesenta y seis años de historia de nuestro deporte dan como para elegir una foto bonita con la que decorar un asunto espinoso.
Me crié sano hasta que empecé a mostrar evidentes síntomas de disidencia a cuenta de que en el colegio, el Hermano Julián nos mencionó la existencia de una carta universal de derechos humanos rubricada por la ONU.
La Organización de Naciones Unidas y sus cosas, eran por entonces un fabuloso argumento con el que pelear el montante de la paga de los domingos o incluso la posibilidad de evitar el plato de sopa de arroz con tal de pasar directamente a la ensalada y la carne. A partir de ahí todo fue rodar y rodar. Un día me sentí con fuerzas para gritar ¡ya soy mayor! sin necesidad de recurrir a nadie, y aquí estamos, con cincuenta y seis leños a la espalda. Como un perfecto chaval.
En fin, que me distraigo. Decía antes que el asunto está lo suficiente acomplejadito como para que dé un poco de reparo recurrir a imágenes de esta temporada. Cosworth se ha apeado sin vuelta atrás de esa idea que han tenido Jean Todt y Bernie Ecclestone al respecto de un motor económico para la parrilla a partir de 2017, y qué queréis que os diga, he sentido una convulsión en la fuerza.
El coche de arriba es un Tyrrell 012 que corrió de finales de 1983 a comienzos de 1985. Diseñado por el británico Maurice Philippe, fue excluido en 1984 por hacer trampas. Sin embargo, también fue conducido por una bonita porción de nuestro acervo aficionado: Michele Alboreto, Martin Brundle y Stefan Bellof —sí, éste era el monoplaza, aunque con distinta librea, que zumbaba detrás del Toleman de Senna en aquel Mónaco que tenemos grabado en la retina y ganó Prost—. Pero lo importante es que fue el último vehículo sobre la Tierra que propulsó un Cosworth como Dios manda.
Sí, ya sé que la fabrica inglesa volvió tiempo después para romperse los piños, pero si la traigo a colación ahora, no es por otra cosa que por sustantivar que hubo un tiempo en que un motor económico sobre una plataforma poco puntera, en comunión eran capaces de ofrecer auténtico espectáculo.
Eso ya ha pasado. Por desgracia es así y es aún más lamentable que los jefes de la cosa no se hayan dado por enterados.
Ilmor parece que ha mordido el anzuelo, pero sólo lo parece, ya que la negativa de Cosworth a participar en el sarao low cost propuesto por FIA y FOM para 2017, no hace sino ratificar que la idea es una salida «B» parida en una tarde como otra cualquiera.
¿Hay plan o no hay plan? Sabemos lo que piensan Ferrari y Mercedes-Benz. Pero, ¿hay plan?
Os leo.
1 comentario:
El plan es digno de la novela negra más británica, migajas y señuelos. Esto es lo que parece esta iniciativa, además de una más en el tira y afloja Todt vs Ecclestone.
Otra cosa es que ese señuelo sea un caballo de Troya dotándolo de mayor contenido en un futuro.
Bernie, debería estar mosca.
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