Force India VJM08

Si ya resulta pateticorro hacer un análisis sobre una serie de renders 3D, ni os cuento lo que supone hacerlo sobre una maqueta escala 1:1 de un coche que se va a saltar los entrenamientos de Jerez porque la calderilla en el bolsillo de la escudería no llega ni para tabaco en caldo.

Está malucha la cosa, tanto que sin Marussia y Caterham en el horizonte cercano, duele incluso hablar de Force India como candidata a hacer mutis por el foro, pero es lo que hay, no nos llevemos a engaño. Otra cosa es que Vijay Mallya sea uno de esos toros a los que a veces les cuesta llevar alta la testuz porque a cornamenta le eclipsen pocos, aunque al final la llevan, y bien alta.

Quizás porque Sabre me aleccionó tiempo ha sobre la certeza de que el magnate indio trae a las españas una buena cuota de los espiritosos que consumo o porque Force India lleva viva casi tantos años como este blog desde el que os escribo, lo cierto es que siento una entrañable querencia por la aventura que prolongó la historia de Spyker, uno de esos equipos que siendo nada al final, han acabado quedando al menos como prólogo de novelas más densas.

Sea como fuere, Sahara Force India (denominación oficial), sin ser equipo low cost hacía de tripas corazón y echaba el resto esta misma semana, presentando un VJM08 muy similar a su antecesor, el VJM07 de 2014, pero sospechamos todos que tan solo para agasajar a los patrocinadores y de paso, hacer ver que puede replicar lo cosechado durante la sesión anterior, con un monoplaza que abandona el feo apéndice nasal para apostar por una nose tipo tabla de surf afilada, que en conjunto promete consecuencia y alguna que otra novedad, al sistema de torsión del conjunto trasero me refiero, que podría ser una realidad o una simple quimera.

Independientemente de que me gustara más la decoración que se utilizó el año pasado, el VJM08 es bonito aunque ramplón, y me explico:

Una cosa es quedar a 26 puntos de toda una señora McLaren y otra bien distinta, tener capacidad de sostener el envite. Y aquí que no. A Force India le vino Dios a ver con su apuesta para el año pasado por el tema de las unidades de potencia Mercedes-Benz pero intentar prolongar el flechazo cuando el resto de rivales se han puesto las pilas, humildemente me parece un error mayúsculo, incluso diría que de párvulo.

El todo abajo del Force India propuesto para este año me parece tan falso como un duro de los de antes que se cambia a cuatro pesetas. Me fijo en el tallado de los pontones y pienso irremediablemente en los de un F14-T de Ferrari. Largos, prolongados a la manera W05, pero en todo caso, inadecuados a mi modo de ver para aprovechar la mejor unidad de potencia de la parrilla porque la escasez de dinero para sostener el pulso avisa con pasar factura quién sabe si antes de mayo...

A mi modo de ver, la zaga debería ser más limpia para disponer de mayor caudal, las líneas quizás mejor dibujadas, en todo caso, el VJM08 parece un esbozo si no una réplica de los condicionantes aerodinámicos que primaron durante 2014. Pero va a haber más entrega de potencia y las Pirelli prometen algo más de soltura y aquí es donde no veo al coche de los de Mallya aunque sí el novedoso sistema que sustituye las barras de torsión en el conjunto trasero, ya que mantener el fondo plano en su correcta posición con respecto al suelo, va a resultar delicadísimo durante 2015.

Como en el caso del FW37 de Williams, el Force India de 2015 me parece demasiado cogido con papel de fumar aunque con las salidas de calor más atrasadas que en el caso del trasto de Grove, y en este sentido y sinceramente os lo digo, aunque la apuesta por el propulsor Mercedes-Benz parezca la más segura, habría agradecido algún tipo de asunción de riesgo, que ya vamos por la octava temporada de vida y venimos con la lección aprendida del año pasado.

Pero volviendo al inicio de la entrada, donde decía que Sahara Force India no estará presente en Jerez. Y es que a lo peor estoy pidiendo demasiado a un Fórmula 1 que no da más de sí en la zona media, la más delicada y también la más sensible a las pequeñas complicaciones del día a día, en la que hoy es posible estar arriba y mañana, donde Dios diga.

Os leo.