Ahora que se ha puesto de moda depender de una app incluso para hacer correctamente pipí sin salirse de la taza, echo en falta una aplicación para móvil que evite que el bendito cacharro resulte tan demasiado útil y necesario que no haya quien se desprenda de él.
Ahí lo dejo por ver si algún maestro de taichí electrónico recoge el guante y reconoce de una puñetera vez que nos iba mejor como especie, cuando merendábamos pan con un poco de azúcar espolvoreado sobre una mantequilla de aquellas que hoy nos producirían una úlcera, y que el frugal alimento nos bastaba para olvidar la escuela y tirar horas y horas dando patadas a un balón o indagando en la vida con ahínco inquisidor y celestial hasta que a una hora concertada, se acaba el solaz y comenzaba el espacio reservado a la familia.
La cena era sagrada, ver juntos el parte, también...
Reconozco que tuve suerte. Con sus más y sus menos me quisieron y quise, y si algún compañero de batallas tenía problemas en casa de esos que jamás se contaban, la costumbre y el sano amor entre iguales ejercían de bálsamo de Fierabrás para que siempre hubiera un lugar para él en la mesa o frente al televisor de blanco y negro, con el que estirar la tregua hasta que llegaba lo inevitable o con el que seguir soñando unos minutitos más, pero con la esperanza puesta en que al día siguiente la fortuna volvería a sonreírnos a todos.
Acogí y cuando se me hizo necesario, fui acogido bajo sagrado. Y lo agradezco y lo llevo grabado en el alma...
Volvemos a Silvertone y aunque la temporada está resultando un tostón insoportable, recomiendo a cuantos me preguntan, que no se lo pierdan porque lisa y llanamente el Gran Premio de Gran Bretaña ofrece de una de las mejores realizaciones del calendario.
Me diréis seguramente con razón, que este tipo de chorradas son precisamente eso: una soplapollez como la copa de un pino. Pero no, con los tiempos que corren, en los que necesitamos un metrónomo para hacer correctamente el amor con nuestra pareja, una supernanny para educar a nuestros hijos y a Pedro García Aguado para corregirlos si se desmadran en la adolescencia; en los que se hace necesario disponer de un coach trainer y una app en el smartphone que nos diga cuándo viene bien pasar por el baño o cómo aumentar la rentabilidad de nuestros afanes diarios, o incluso cómo mejorar la coño conectividad que nos sitúa en el mundo y nos ayuda a relacionarnos y tal; no creo que sea baladí recordar que hay buenas realizaciones y pérfidas intervenciones televisivas que nos hacen amar u odiar tal o cual trazado.
En serio, no esperéis a que aparezca José Coronado recomendándolo. Disfrutad de Silverstone sin hacer preguntas, que seguro que el próximo lunes vuestro tracto intestinal lo agradece, no como Austria, donde el cameraman andaba distraído y que a la mayoría de nosotros nos produjo estreñimiento y más de un dolor de cabeza.
Os leo.
4 comentarios:
Estimado Jose, valga un horror ortográfico que me ha hecho flagelarme: ECHAR DE MENOS, sin h... la H la lleva el verbo HACER. Por lo demás, como siempre, a sus pies, encantado de ir descubriendo novedades en este blog imprescindible. Un saludo,
Buenas noches ;)
Delabotaempinar ;) Muchas gracias. Eliminada la «h» y restituida la normalidad... ¡Jopelas cómo pegaba al ojo! XDDD
Un abrazo, compañero ;)
Jose
ANÓNIMO PESADO !!!
Aprende algo de humildad, a todos nos viene bien, comenzando por mi.
Saludos
Llego tarde, que estaba liao bajandome una up para aprovechar el tiempo...
Hechale on ojo a esa ortografia Jose...
XD
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