Ni de coña, creedme, lo de ahora no se parece a lo de antes en lo más mínimo, y no me parece mal que así sea aunque aspire a disfrutar de otro tipo de sensaciones, por lo que ruego que retiremos cualquier atisbo de añoranza de esta conversación que mantengo con vosotros, ya que no añoro nada, lo prometo, sólo reclamo que si me venden F1, sea F1 lo que me lleve a casa.
En lo nuestro se vive fundamentalmente de iconografía. Cada cierto tiempo, tal o cual piloto se parece a Senna, ¡faltaría más! De tanto en tanto, se menciona a pilotos añejos a los que algunos vimos correr, pero que la mayoría sólo conoce por ecos o refritos, y ocurre esto ya que sencillamente son necesarios como referencia, pues la tradición de este deporte que hunde sus raíces en la mitad justa del siglo pasado, sirve de miserable excusa al McDonald's en el que desayunamos, comemos y cenamos F1 a diario. Tan es así, que estos últimos años incluso hemos asistido al reverdecer de viejas glorias como los silver arrows de una Mercedes AMG que pasa de todo; como la Lotus que tiene de la Lotus auténtica lo que yo te diga; o como Caterham, que viste de british green racing con vitola amarilla a pesar de tener matriz malaya; por no mencionar a Williams Renault y los ecos que ha despertado a sus espaldas...
Vivimos de iconografía, consumimos iconografía, babeamos ante la iconografía que nos suministran. Lo que tampoco está mal, entendedme. Aunque seamos los de a pie los que la sirvamos bien cocinada para que Bernie y su tropa sigan haciendo negocio con hamburguesas cuyo ingrediente principal no es ternera precisamente, honestamente tengo que decir que en momentos de sequía viene bien echar la vista atrás para no perder las referencias que realmente importan.
Asumiendo que es domingo y que de unas semanas a esta parte noto que existe cierto desánimo y desconcierto en nuestras filas porque no hay quien comprenda la importancia que se le ha dado a los neumáticos, o la prepotencia que destila día sí y día también la jefatura técnica y deportiva de la cosa, os animo a que valoremos el actual estado de cosas pero comparando, comparando mucho, lo que nos dan o lo que nos proponen como un sucedáneo que sirve de señuelo o de argumento de compra, con aquello otro que aludimos desde blogs y tertulias hasta cansarnos, pero cribando las impurezas y tratando de enfocar la esencia, porque ésta sigue estando ahí, donde ha estado siempre, ya que de otra forma ni siquiera serviría como sostenimiento del tenderete.
Así, si más de una vez he recalcado que Senna no habría llegado muy lejos con Whiting como director de carrera, de todas las carreras, cabe decir que tipos como los que están de pie al lado de su criatura en la foto que decora esta entrada, tampoco habrían sido posibles en la actualidad, porque la normativa técnica vigente es tan cerrada, estúpida y ciega, que no habría permitido que afloraran personalidades tan geniales y deslumbrantes como la de Colin Chapman.
Dicho esto, soy de los querría volver a ver algo parecido antes dentregar la cuchara, y por ello considero que hay que perseverar desde todos los frentes, luchar por el bagaje común, por lo que la tan denostada tradición nos ha regalado a lo largo de seis décadas. Pelear, en una palabra, por lo que consiguieron los que nos lo pusieron en bandeja, siéndoles leales en la medida de nuestras posibilidades, afirmando a la cara de esta caterva de inútiles que sujetan el timón ahora, que no nos convencen, que no nos sentimos respetados, que no nos gusta la F1 que nos venden a precio de oro, porque resulta ramplona, previsible y cutre, y que ni por el forro atiende a las expectativas que ellos mismos han levantado.
Sé que suena optimista o en su caso algo ingenuo que podamos cambiar alogo, pero intuyo que si seguimos comparando y no nos plegamos al concepto de que esto más o menos lo mismo que se veía antes, a lo mejor lo conseguimos.
4 comentarios:
Sr. Tellaetxe, lo único que permanece inalterable es FERRARI. Todo lo demás pasa.
Así es la F1.
Orroe: ¿pero las hamburguesas de ternera realmente son de ternera? ;)
Una reflexión:Ya tenemos edad para haber visto pasar por delante de nuestros ojos más de 3 décadas de competición automovilística. Desde la irrupción de internet de forma masiva en nuestras vidas vivimos a diario (algunos cada minuto)un mundo muy complejo. Leemos, comentamos, pensamos, opinamos, escribimos...y vuelta a empezar. Mis recuerdos de los 70 y los 80 se han forjado a partir de la lectura de revistas semanales y mensuales y mis recuerdos, siempre limados, lijados, pulidos y barnizados con el paso del tiempo (para bien, porque nuestro cerebro olvida y/o relativiza lo malo) me traen una F1 SIEMPRE manipulada por las altas esferas del deporte, con seguridad no menos que ahora. Una F1 que siempre ha sido un circo, con sus leones, sus payasos, sus malabaristas y sus trapecistas, donde el pulso entre todos sus integrantes era una mezcla de deporte, negocio, relaciones públicas y tirasyafloja técnicos y deportivos que siempre lo han hecho muy poco democrático, por usar una palabra popular.La gran diferencia es que ahora podemos opinar porque hay mucha información contínua y todo crece como una bola de nieve. En fín, que en mi opinión tenemos exactamente lo mismo que teníamos antes, pero ahora lo vemos con otros ojos (estos de Martin Feldman, por ejemplo, que se salen de sus órbitas).Saludos.
Hola.
Por lo que veo aqui os conoceis pero yo soy nuevo.
Conocí la F1 gracias a mi mujer hace unos 8 ó 9 años así que deconozco como era la "de antes" salvo por lecturas o comentarios y creo a antes los pilotos tenían más bemoles. Quiero decir que cuando había problemas entre pilotos se solucionaba con un:
-Tu y yo, circuito, AHORA.
Y a volantazo limpio, y si a alguien le decian:
-Fulano es más rápido que tu ¿entiendes?
Abria las aletas nasales y demostraba quien es quien.
Incluso mandaban a freir esparragos al jefe de equipo si hacia algo que no les convenciese.
Ahora las estrategias sobre qué voy a decir en la tele son más elaboradas que las de los boxes.
Te doy la razón en que la imagen es más importante que el deporte. Y es una pena.
Al único que tubo valor para decir a la cámara lo que pensaba (alonso) se le castigó y Ferrari corrió limpiarle las botas a Whiting.
Una pregunta ¿antes también existía esa norma vergonzosa de nopoder decir nada malo de la FIA por muy verdad que sea?
Labrador Mordedor: No me voy a ir muy lejos. Si no la has visto ya, no sé que esperas para disfrutarla. En la película documental "Senna" puedes ver un briefing donde el presi de la FIA, Jean Marie Balestre, muestra unas maneras que te recordarán a algún famoso "padrino" de la cinematografía coppoliana. Ver sus gestos, oir su tono de voz, sus palabras...no tiene desperdicio. Ni en el peor de los momentos recuerdo al filonazi Mosley en actitud semejante. El único que se encara, Mr. Ayrton, lo hace saliendo de la sala porque no había bemoles (ni en uno de los más grandes) a levantar la voz al jefe. Sobre lo que los pilotos actuales pueden o no pueden hacer o decir, deben tener unos contratos con una minuciosidad de mil pares de narices donde todito está reflejado hasta el más mínimo detalle, y si se salen de la línea la penalización puede ser de órdago a la grande.Un saludo
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