viernes, 20 de mayo de 2011

La reficha


Fernando ha renovado con Ferrari hasta 2016. La noticia no debería haber pillado por sorpresa a nadie, salvo a esos que andan siempre avisados al respecto del lobby «Santader e figlio» que de momento no ha arrojado nada sustancial sobre el tapete donde se juegan las cartas, porque conociendo al Nano, hombre de respeto a la familia que le acoge, poco amigo de sobresaltos, lo natural, como vengo diciendo, es que se quede donde se siente querido.

Sin embargo, debo confesar (alguna vez también lo he soltado), que siempre he visto al asturiano pariendo triunfos con el anatema de la de Maranello. McLaren era el lugar indicado donde triunfar realmente, y lo digo como ferrarista, como tifoso de pelo en pecho. Para hacerlo en La Scuderia ya tuvimos el desfase de Michael Schumacher, circunstancia en la que no me gustaría ver a nuestro compatriota porque acabé hasta las mismísimas narices de tanto rosso.

Por fortuna, Domenicali ha comentado que están abiertos a contratar a ese lobo desastroso que responde al nombre de Lewis Hamilton, un pura sangre que se hace daño en las compañías que escoge, pero que está demostrando que la firma de paces que hice con él el año pasado, vale más que cualquier pacto de la concordia.

Como sabéis, siento por el británico el amor desentendido, profano y a la vez sacro, que se siente por todo lo que se ama desde un estado crítico. Capaz de las mejores evoluciones, las mayores hazañas y también las peores bajadas al foso, Lewis ha pasado su merecido calvario y hoy es otro al que respeto, cuestión que no me impedirá desternillarme a su cuenta, a mandíbula batiente si puedo, cuando le vea de nuevo ir aún más lejos de lo que la razón aconseja, o cuando regale puntos por ir de sobrado.

Lo que no quita para que acepte de buena gana que Hamilton es el contrapunto natural del de Oviedo, su equinoccio necesario, el fiel de la balanza que define una época que replica la que visitaron Prost y Senna. Instinto natural contra inteligencia. Medida contra desafuero...

Estamos en que Alonso se queda en Ferrari para bastantes años y en que es incluso lógico —Clark o Stewart también fueron pilotos de hogar, de calidez, de sensaciones más que de valoración real de oportunidades—, pero mientras tanto, pongamos una vela a cualquier santo para que el campeón del mundo de 2008 aterrice en la de Il Cavallino, porque significaría que en este deporte reina la cordura, de idéntico modo a como resultaría si McLaren reclamara a Fernando para devolverle lo que le hurtó de mala manera en 2007.

Voy con retraso. Son las 20:52, pero seguro que recupero en la siguiente vuelta.

4 comentarios:

Felipe Reyes dijo...

Que esfuerzo más noble y más bonito. Jose, no estás solo, y que buena literatura, jodido.

csm dijo...

Pues sí, ha renovado por tantos años porque puede y porque quiere. Y, como ya hizo en Mc.Laren y como ya ha demostrado, no se queda por cumplir y para ser un segundón de nadie como quiso Ron Dennis.
Fernando tiene criterio y sabe bien lo que hace.

Raul z dijo...

Siempre me ha encantado eso del duo necesario Alonso-Hamilton. El bueno y el malo. Y qué malo es el malo!

#acampadosinfiernoverde

Jose Tellaetxe Isusi [Orroe] dijo...

Buenos días.

Felipe ;) Me gusta escribir XDDDD Dejémoslo en que ha estado bien aunque no cambie el mundo ;)

Concha ;) Ahí le damos, Dennis fue el problema, y mira que el propio Alonso lo dijo :P

Raúl Z ;) Hamilton es hoy un rival poderoso, ¡cómo está creciendo! XDDDDD

Un abrazote

Jose