Estallido de color

Pirelli ha tirado de carta de colores para distinguir los tipos de neumáticos que utilizarán los monoplazas durante 2011, y lo ha hecho aprovechando inteligentemente las generosas dimensiones de los distintivos tipográficos con que decora los laterales de sus ruedas.

Ante las dificultades que surgían para leer correctamente la fina línea que había dispuesto estos últimos años Bridgestone a la hora de diferenciar sus compuestos siempre duros, durísimos, la propuesta de la fábrica italiana puede romper muchos esquemas, que los rompe fijo, porque si no me fallan las cuentas las nuevas bandas de color van a ser visibles, reconocibles, resultonas, y desde muy lejos o incluso en pantallas pequeñas, porque se basa en un principio físico que seguramente hemos experimentado en el colegio la mayoría de nosotros, por el cual una figura de color en movimiento da lugar a otra, homogénea, que se percibe perfilada por los márgenes extremos de la anterior.

Estamos acostumbrados a ver fotografías en las que los Ferrari, McLaren, Virgin o Red Bull dejan tras de sí estelas cromáticas basadas en el color dominante de sus carrocerías, o sopas de fideos de colorines a cuenta de las luces delanteras y traseras de los coches que corren en Le Mans. Bien, nuestro cerebro es capaz de discriminar la forma original de ese rastro que captan las cámaras bajo determinadas circustancias de velocidad de obturación, aunque hay momentos en que su sensibilidad se satura dando lugar a una síntesis que es reconocida como una forma unitaria que se prolonga o zigzaguea según las circunstancias. En el caso de los movimientos circulares la cosa se vuelve aún más sencilla porque el cerebro soporta menos trabajo ya que no tiene que entretenerse discriminando nada, de manera que en cuanto tiene la más mínima oportunidad, como la que le dará Pirelli en breve, dibuja redondeles compactos donde antes había letras, líneas o anagramas.

En realidad no es nueva esta aplicación que usará la sustituta de Bridgestone. A comienzos del siglo pasado fueron numerosos los artistas que abordaron desde el futurismo este campo, gracias, entre otras cosas, a las novedades surgidas a partir de que la fotografia consiguiera detener el tiempo, el espacio y también el color. Aquello dio lugar a movimentos artísticos como el cinetismo, al propio cine tal y como lo conocemos, y también a los dibujos animados, porque una serie de imágenes coherentes entre ellas, pasada en secuencia durante un segundo, dos o tres, o incluso una hora, dan lugar a una fábula, a una sensación absolutamente falaz, científicamente mentirosa, pero veraz al mismo tiempo porque es nuestro cerebro el que acepta la trampa.

No me enredo. Pirelli va a vestir en 2011 la parte exterior de sus ruedas con su denominación de origen y con la vitola P Zero. Ambas masas de color, separadas, teoricamente servirán para distinguir los neumáticos en parado: rojas para los superblandos, blancas para los blandos, azules para los intermedios y amarillas para los duros. Pero una vez los vehículos se pongan en marcha y corran, a unos cuantos de miles de revoluciones por minuto los laterales de las gomas estallarán en un festival cromático: rojo para los superblandos, blanco para los blandos, azul para los intermedios y amarillo para los duros...

Por fin vamos a poder verlo por nosotros mismos sin necesidad de que Antonio Lobato nos lo traduzca. Es un punto, ¿no?