Como cada año, más o menos por esta misma fecha, toca recordar en Nürbu que sigo vivo para contarlo y que las cicatrices cada vez molestan menos, no por lo que ocultan, ni siquiera por lo que se aprecia de ellas en la piel y el alma, sino porque empieza a ser todo tan relativo que produce mucha pereza revisitar según qué andanzas y lugares del pasado.
Sesenta y cuatro, en el Ducado de Gorliz hoy han sonado sesenta y cuatro salvas de cañón en mi honor. Bien es verdad que a partir de ahora no podré volver a recurrir a When I'm Sixty-Four de los Beatles, pero que me quiten lo bailao, que decía aquél, y que Dios se apiade de vosotros porque reboso sueños y canciones de amor, aunque cada vez tengo más claro que a lo peor no llego a todo y alguien me tiene que escribir el epitafio. ¡Veremos!
Os leo.
3 comentarios:
Enhorabuena José!!!
Y por muchos más!!!
Saludos desde Argentina
Osvaldo
¡Muchas felicidades! No suelo escribir por aquí pero la ocasión lo merece
Muchas felicidades, y un abrazo virtual desde el Coño Sur!!
Luis
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