Nada para saludar una mañana lluviosa en Gorliz como despertar a media urbanización con The russians are coming, the russians are coming! sonando a todo volumen, con la ventana abierta, una taza de café humeante en una mano y el trofeo SafetyCast 2016 en la otra.
Los rusos todavía no nos han invadido, gracias a Dios, cabe apuntar. Llueve, decía, he dormido seguido por primera vez en una semana y mis neuronas forman esperando a que su Comandante en Jefe pase revista y ordene partir. Los entendidillos de la Pérfida Albión y sus mamporreros han ganado demasiado terreno y viene siendo hora de volver a las andadas, siquiera por recordar tiempos más divertidos y que sólo se vive una jodida vez...
Os leo.
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