En la IndyCar no se andan con vainas, después de la victoria de Alexander Rossi en la Race 2 de Indianápolis [Cela même], el organismo rector detectó algunas irregularidades en el Andretti Autosport dorsal número 27 durante la verificación técnica posterior a la prueba, y ha sacudido una multa al equipo y una mordida de 20 puntos al saldo obtenido por el piloto en la carrera.
Lo sorprendente del caso —observado desde los parámetros de uso civil y militar de nuestra amada Fórmula 1—, es que, en el momento de escribir estas líneas, ni Andretti ni Rossi se han puesto a llorar por las esquinas, ni han insinuado que alguien los persigue con ojeriza y mala fe. Tan normal, vamos.
Os leo.
2 comentarios:
Es que los yanquis son tipos duros, de pelo en pecho, no acostumbran a lloriquear cual damiselas abandonadas por el galán a la puerta de la Iglesia.
Bueno, al menos en el business este del motorsport, adonde al parecer no ha llegado la peste Woke.
Un fenomeno raro, ejem, raro, raro, rarísimo.
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