Hubo un tiempo en que algunos coches podían pasar por normalitos hasta que el encendido de su motor desataba un universo de emociones, y, una vez comenzaban a rodar en pista, se intuía que bajo un aspecto de vehículo algo convencional se ocultaba una auténtica fiera.
Os cuento. Durante la década de los ochenta del siglo pasado, Audi había sufrido algunos problemas en el mercado norteamericano que comprometieron su imagen de marca y la aceptación del público. Dispuesta a resolver la situación, la de Ingolstadt recurrió al plano deportivo para inclinar la balanza a su favor, logrando tres hitos consecutivos entre 1987 y 1989 que la convirtieron en un icono respetadísimo en los USA.
El hito de 1989 tuvo como principal protagonista al vehículo que comparto hoy en esta saga dedicada a mis modelos a escala 1/43, el Audi 90 quattro IMSA GTO, un auténtico «mito sin pretensión de serlo».
A finales de aquella década la tracción a las cuatro ruedas ya había demostrado su absoluta validez en todos los terrenos, tanto de calle como competitivos, y la tecnología europea resultaba muy atractiva para el mercado norteamericano por cuanto ofrecía en sus productos un estándar de acabados y confort bastante elevados amén de muy buenas prestaciones a cambio de consumos razonables, algo relevante porque la crisis petrolera de 1986 todavía coleaba, incluso allí.
En fin, la Trans-Am prohibió por reglamento la participación de motores no estadounidenses en 1989 y la tracción 4x4, cerrando así la puerta a los 200 quattro Trans-Am, pero la International Motor Sports Association no mostraba esta clase de impedimentos, de manera que Audi decidió centrarse en el IMSA GT Championship, categoría GTO, a pesar de que el cambio de planes le supuso comenzarlo con un cierto retraso que comprometió sus opciones de ganarlo —venció finalmente Pete Halsmer con un Mercury Cougar XR-7.
1 comentario:
Pffff!!! que recuerdos, en mi época de estudiante mi habitación la presidía un poster de este modelo en plena acción que era impresionante y me encantaba.
Me acompaño en varias mudanzas hasta que me casé y al final el pobre poster estaba hecho unas zorros, pero aun lo conservo almacenado en el trastero junto a otros dos de un F40 y un Ferrari 288 GTO que me regaló un amigo cuya hermana trabajaba en Ferrari España.
Gracias por esta serie. Personalmente me encanta.
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