Mientras los vehículos rompen lo que queda de madrugada con el ruido de sus motores, la vida en Le Mans parece concentrarse a estas horas en los garajes.
Mientras escribo estas líneas Porsche acaba de recuperar la cabeza de la carrera con su vehículo número 2. A una vuelta, los Toyota. Mucho más allá, los Audi. Pero tan sólo se ha disputado la mitad de la prueba y casi queda la otra mitad entera por delante.
A las 03:00 recuperaba yo mis fuerzas en la cama. A diferencia de otras veces, he preferido dormir cuando me lo pedía el cuerpo antes que exponerme a quedarme sin recursos ni tiempo.
La alarma del móvil ha sonado puntualmente a las 04:00. Mi biorritmo funciona bien en esta franja horaria y no me ha costado levantarme. Ver cómo andaban las cosas en casa, comprobar que todo estaba bien, me ha llevado relativamente poco. A las 04:17, Eileentxu y yo estábamos de nuevo en el estudio después de dejar tras la puerta de arriba a los seis pitufos mirando cómo la cerrábamos. Saben que no habrá comida hasta las siete o siete y media, pero allí estaban en cuanto me han escuchado ponerme las zapatillas, nada más que por si había suerte. Qué imaginábais: son gatos y listos como el hambre.
Me he entretenido un poco encendiendo el ordenador, metiéndome en internet, accediendo a las redes sociales, a la página oficial del WEC y al live del Ford GT. Pero ha sido tomarme el primer café y sentirme casi listo. Photoshop con las imágenes de los primeros stints de este parcial madrugador, y otra vez en ruta, tomando la vía de acceso para incorporarme a pista con la intención de recuperar el tiempo perdido antes de las 15:00 de hoy.
Se me abre la boca, sueño con un segundo café. Son las 05:44 en Gorliz, pero en La Sarthe amanece, Toyota vuelve a estar al frente y la vida parece concentrarse en los garajes...
Os leo.
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