Saltando la banca

Ayer fue un día extraño. La jornada se partió en dos en cuanto Fernando Alonso sufría un percance cuyas explicaciones (¿?), a estas horas siguen sin satisfacer del todo a los aficionados entre otras cosas, porque el suceso dio lugar a diferentes versiones que ahondaron en el caos que se produjo a continuación.

Bien es verdad que deberíamos estar acostumbrados a que de tanto en tanto sucedan este tipo de rarezas ya que salvo error u omisión por mi parte, aún andamos esperando que alguien nos aclare exactamente qué le sucedió a Maria de Villota, pues su accidente en el aeródromo de Duxford, como ocurre con las pruebas de pretemporada, competen más a las escuderías que a la FIA.

Lo que nos pone en que si el accidente de hace unas horas se originó en una descarga eléctrica, como proponía Sky desde primeras horas de la tarde, o fue provocado por el viento racheado como se argumentó luego, será McLaren y si así lo desea, quien tendrá la última palabra en este asunto, a pesar de que ese «son cosas que pasan» que pronunciaba Éric Boullier, parezca cargado con posta lobera toda vez que Woking no participó en la sesión vespertina pudiendo haberlo hecho con el coche de Button.

En todo caso, lo importante es que los protocolos de seguridad en El Circuit funcionaron a las mil maravillas, que Alonso fue evacuado con diligencia y rapidez y que en el momento de escribir estas líneas, todo indica que el piloto asturiano se encuentra bien aunque bajo observación médica hasta recibir el alta.

Y ya en harina. Carlos Sáinz también sufría un incidente provocado con absoluta seguridad por el viento, principal protagonista de la última jornada de estos primeros entrenamientos en Montmeló. 

Romain Grosjean volvía a certificar el buen estado de forma de Lotus, equipo que ha ganado enteros con su apuesta por la unidad propulsora Mercedes-Benz, convirtiéndose así en el más veloz en Barcelona. McLaren ha perdido un tiempo precioso, Ferrari sigue destilando buenas vibraciones, al igual que mejoraban las de Sauber (los C34 montan propulsores de Maranello), pero Mercedes AMG continúa jugando en otra liga.

El W06 de Brackley no abandona la trazada, aborda las curvas con una seguridad que acojona. Entra en ellas en el lugar adecuado y sale limpiamente impulsado por una tracción que debe estar produciendo numerosos quebraderos de cabeza a sus rivales. Da lo mismo que conduzcan Nico Rosberg o Lewis Hamilton. Independientemente de sus respectivas peculiaridades, la máquina anglo-germana goza de una fortaleza tan grande en tandas largas y cortas, que la escudería ni se ha molestado en pelear por realizar los mejores cronos.

Ya hay quien augura que 2015 va a ser muy similar a 2014 en lo deportivo y yo, por si acaso, ya he empezado a rezar a la Virgen de Covadonga para que Mercedes AMG no vuelva a hacer saltar la banca porque si el año pasado fue bastante previsible y cansino con su dominio plateado, a lo peor, al terminar esta sesión no queda nadie para contarlo.

Os leo.