En un país multicolor

Cuando creíamos completamente erradicada la aerodinámica de nuestros circuitos y a los columnistas de medio mundo, les sobraban al menos ocho cuadras de caballos para explicar el excelente comportamiento del W05 de Mercedes AMG, llega Paco con la rebaja y nos susurra al oído aquello que cantaba la abeja Maya, ya que no hace falta tanta potencia como se atribuye a las monturas de Brackley y al cabo, a lo peor es un sutil ardid aerodinámico el que lo explica todo.

Pongámonos en situación. Estamos en Suzuka y Lewis comienza su ataque con DRS abierto sobre la primera posición que ostenta Nico y al final de la recta de tribunas, se pasa de frenada. Pero vuelve a intentarlo una vuelta después, y se merienda al alemán nada más empezar Spoon.

Preguntado sobre el suceso al finalizar la prueba, el británico suelta al respecto de su primer intento: «Se me olvidó cerrar el DRS», y claro, hubo quien comenzó a plantearse interrogantes porque se suponía que una vez el Drag Reduction System obtiene permiso para activarse, lo hace solo cuando lo permite la centralita y se cierra, solo cuando el piloto presiona el freno.

Sin embargo, a tenor de los datos —estamos sin duda ante una de esas estúpidas lagunas del reglamento que permiten que el DRS se cierre un poco antes de que los frenos comiencen a actuar—, los Mercedes evitan manualmente el pernicioso intervalo que existe entre una circuntancia y otra, de manera que para cuando el coche entra en frenada, con ligera anterioridad, el ala trasera ha adoptado su mejor configuración para este tipo de coyunturas.

En cristiano, que queda mejor: cuando el piloto frena en una situación idílica bajo lo que creíamos que decía el reglamento, el DRS se desactiva automáticamente y el pequeño delay que hay entre una acción y la otra lleva o bien a que el conductor frene con ligera antelación para no perder carga aerodinámica a la entrada de la curva, o bien acometa esta con cierta soltura en el tren trasero. Por el contrario, en el caso de los W05 (de momento), el cierre manual del DRS antes de tocar el freno, permite frenar en el lugar óptimo y además, disponiendo de toda la downforce necesaria.

Yes, guy!, la triquiñuela supone una enorme ventaja y como digo, al parecer es totalmente legal, lo que me lleva a preguntar sobre la posibilidad de que si se puede actuar manualmente sobre el DRS en su fase de cierre, ¿qué impide interactuar manualmente con el bendito cachivache en otras zonas del circuito donde el uso del DRS está prohibido? [¿Quién pone el cascabel al gato?].

Os leo.