domingo, 1 de septiembre de 2013

Niki quiere ser Daniel Brühl


Niki Lauda fue un piloto extraordinario en pista. Fuera de ella tenía sus cosas, como todo el mundo, faltaría más, pero como siempre he dicho, y no sólo en lo que a Fernando respecta, en lo que a mí concierne, mis filias y fobias deportivas procuran dejar aparte ese ámbito privado en el que cada cual hace y deshace a su antojo, sin que me considere yo nadie para hacer de juez ni de jurado.

Sea como fuere, Niki es una rara avis en este aspecto porque vive tomándose planos y revisando una y otra vez los guiones de su propia película por ver si puede mejorarla, intuyo. Así las cosas, el austriaco va precedido en su vida corriente de un helicóptero y un vehículo con varias cámaras cada uno, ante las cuales él siempre interpreta al héroe, faltaría más, de forma que hay días en que te dices: esta historia la conozco, y otros, en los que tienes que admitir que el gran Lauda ha metido la mano porque si no, las piezas no encajan.

Hace nada nos ha explicado cómo hay que lidiar con los italianos (sic) y se preguntaba en voz alta de qué vivirá nuestro asturiano cuando deje de hacerlo de su rendimiento (sic, también). Cabría preguntarse de qué coño espera el tricampeón del mundo que viva un piloto si no es de sus prestaciones sobre el asfalto, tal vez de la política y las relaciones públicas, se dirán ustedes, pero esa puerta está cerrada desde que en 2007 Niki llamara perro al Nano y para colmo lo comparara con Alain Prost (en lo malo, se entiende), precisamente porque el español supuestamente hacía pasillos contra McLaren, Ron Dennis y el hijo de Anthony Hamilton.

¿Incoherencia entonces…? Pues yo no iría tan lejos. Revisar el mismo guión desde hace años para dar cada mañana el mejor plano ante los focos y la cámara, conlleva cierto grado de pérdida de perspectiva que al final acaba pasando factura, de manera que podríamos decir que a Niki no hay que hacerle mucho caso en estas cosas que dice, porque como los malos actores, es incapaz de saltarse lo escrito para improvisar y resultar genuino, como hacen otros, por ejemplo y sin ir más lejos, Jackie Stewart.

En este sentido, ante el inminente estreno de la película Rush, por lo poco visto en el trailer sospecho que Ron Howard nos venderá la moto de que Daniel Brühl renuncia a correr en Monte Fuji anteponiendo la seguridad de todos a sus propios intereses, cuando lo que ocurrió fue que a Niki le asaltó el canguelo —de todo punto de vista lógico tras lo sucedido en el Nürburgring y su paso por el hospital con la vida prendida de un hilo—, y cuando pretendió convencer a los demás para que no corrieran bajo el diluvio y quedarse así con el título, se encontró más solo que la una.

Desconozco los pormenores de la historia real, pero también intuyo que en su abandono prematuro en Fuji (giro 2) tuvo mucho que ver ese puntito tan soberbio y arrogante del austriaco, y con algo de previsión fallida y aritmética mal gestionada. Por un lado, sigo sopechando, Niki pensaba que aquella carrera se terminaría más pronto que tarde y con bandera roja, y que en el peor escenario, James, tan dado a los accidentes, no la concluiría o de hacerlo, el británico acabaría alejado del podio…

Como sabemos, el Gran Premio de Japón de 1976 se celebró en las 73 vueltas programadas y Hunt consiguió los 4 puntos que necesitaba para coronarse campeón del mundo. Eso sí, sabiendo cómo hay que lidiar con los italianos (sic), Niki no calculó bien que a Il Commendatore, aquello le iba a sentar como una patada en salva sea la parte.

Sea como fuere, de Niki se pueden decir muchas cosas menos que no fuese un gran piloto mientras estuvo en activo, que lo fue y además uno de mis preferidos. ¿Que el hombre quiere parecerse ahora a Daniel Brühl y reescribir la parte tal vez más oscura de su historia? Pues dejémosle. ¿Que quiere dar consejos a Fernando? También, dejémosle, por qué no.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Se dice que hay que hacer caso a lo que digan los mayores aunque a veces puedan equivocarse.

King Crimson

Interlagos dijo...

Te aplaudo.

Para mí Niki Lauda es la primera referencia que tengo de este mundo de la Fórmula 1. Te hablo de un niño de unos cinco años...

Y como tú le admiré y le sigo admirando como piloto.

En cuanto a sus declaraciones, pienso que igual que Fernando ha hecho también, forman parte de la guerra psicológica, que es una parte muy importante, aunque pocos la aprecian de este mundillo.

Así que no creamos ni la décima parte de lo que dice y preguntémonos qué objetivo pretenden... yo tengo muy claro que ahora que es parte de Mercedes tiene que poner nerviosillo al rival, por si Hamilton o Rosberg pescan algo.

Un abrazo!