Stupid white men... [Montreal]

No os molestéis demasiado en buscar la pista musical que llevo puesta en la oreja ahora mismo. Es rara y pertenece a la película Dead Man, y la he elegido precisamente porque ayer falleció un comisario anónimo en el circuito Gilles Villeneuve, a quien me habría gustado dedicarle estas líneas, circunstancia que no puede ser porque la FIA no ha revelado su sombre. Y lo malo es que sospecho, lo confieso, para qué negarlo, que la Federación no ha desvelado un asunto tan crucial como llamar a un ser humano como le llamaban en casa, o como se referían a él sus vecinos y amigos, no porque quiera mantener un forzado respeto, sino porque sencillamente no lo sabe.

Un papel que se pierde, una tontería de ésas que pasan, y un tipo que se llamaba Andy, por ejemplo, pasa a llamarse John Doe y a cubrir a renglón seguido una gélida casilla en el apartado correspondiente de la estadística de fatales accidentes inevitables que salpimentan todo esto...

Ayer, al filo de la madrugada, escribía en Diariomotor la crónica de sucesos y acaecidos del Gran Premio de Canadá, eso sí, sin ser consciente del drama vivido en su seno. A ella os remito porque cada vez me da más por el saco loar al chiquillo que sólo sabe ganar desde la pole. Y el caso es que no estoy solo en esto de aborrecer de tanta chorrada, ya que la prensa británica que vapuleaba al Nano en 2007, que ha sido la biblia de todos para entender lo mal que va tradicionalmente Ferrari, nuestro norte y nuestro faro a todas horas, pasa olímpicamente del de Hepennheim y brama a los cuatro vientos la notable actuación de Fernando en Montreal. ¡Coño, si hasta Eddie Jordan llamó mágico al asturiano...!

Pero en España ocurre todo lo contrario, incluso se pide que no se mezclen los nombres de Fernando Alonso con el de Rafa Nadal, todo por aquello de mantener bien alto el pabellón del Spain is diferent, que a finolis no nos gana nadie. Total, que lo escribí el 2 de mayo pasado [United Colors of Pirelli], la milanesa había entendido de qué iba el juego, y tras prometer que sus gomas para este año iban a poner contra las cuerdas a los departamentos de ingeniería de las escuderías, claudicaba en sus intereses, cediendo a los de la aerodinámica. 

Así, Canadá, tradicional campo de batalla para los compuestos más blandos, pasaba esta temporada a marcarse un gol en propia puerta a favor de Red Bull, cambiando los neumáticos blandos por los medios, endureciendo por gama en vez de por goma (espero que se entienda la gracieta), a resultas de lo cual, el RB9 de Adrian Newey dejaba de tener problemas y con el chaval al volante triunfaba de nuevo, arrasaba de nuevo y abría la boca, de nuevo, a todos aquellos que disfrutan del espéctaculo sólo cuando Vettel rompe récords y logra victorias aunque siga aburriendo a un rebaño de ovejas.

Tal vez alguien piense que soy un mal perdedor. Podría ser, no voy a negarlo, pero confieso que ayer disfruté sólo con 21 pilotos, de los que me quedo con Valtteri; con Nico, Paul y Adrian; con Jean-Éric; con Kimi y Mark; con un soberbio Felipe, y por supuesto, con Lewis y Fernando. Aunque a la postre ninguno de ellos es tan importante como para solapar que John Doe perdió su vida momentos después de que Sebastian Newey cruzara bajo la bandera a cuadros.

Os leo.


PD: Mark, acabo de enterarme de tu nombre, acéptame estas líneas y guárdame un lugar a tu lado, donde estés, para que algún día, si hace, veamos una carrera juntos.