La retirada de Kimi, su sustitución el año que viene por Valtteri, la posibilidad de que Alfa Romeo pueda dejar de patrocinar el equipo porque hacerlo no entraría en los planes de Stellantis (FCA + PSA), la propia insinuación de que Andretti podría comprar la escudería, etcétera, son elementos que coinciden en estos momentos para justificar una situación que, a mi modo de ver, se explica mejor con la óptica que venimos usando en Nürbu desde comienzos de temporada [Reseteo (Alfa Romeo)].
Hinwil ha cumplido a rajatabla sus expectativas para 2021. Superada por Williams porque, quizás a Grove le resultaba más urgente salir del fondo de la parrilla, el desempeño de la suiza estaba perfilado hace meses, y en estos momentos tiene tan sólo un punto menos que al final del año pasado, y, bueno, como nos avisó Vasseur en marzo, la prioridad desde julio es el monoplaza de 2022.
El proyecto se ha agotado y ha rendido lo que tenía que rendir, y a partir de aquí deberíamos hacer las cuentas, no contando con los fuegos artificiales que han surgido cuando se ha percibido el parón de máquinas con el C41. Raikkonen se marcha porque, en cierto modo, le tocaba partir. Bottas le sustituye, y, en sí, es una gran noticia porque habla de continuidad para la temporada que viene, crucial en la determinación de la siguiente generación de Alfa Romeos o como finalmente se llame el equipo. Lo de Stellantis es de hace meses, las sombras que sobrevuelan a Antonio encajan en el guión...
Yo no me enredaría con el ruido reinante. El sueño de Sergio Marchionne puede que haya llegado a su fin, o no, pero Alfa Romeo no deja de ser una escudería que irá con lo puesto hasta que termine todo en Abu Dhabi. Ha hecho lo que se había propuesto y, en lo que nos toca, ya lo juzgaremos en diciembre.
Os leo.
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