En el recuerdo, Mik

Cuando los gigantes poblaban los calendarios y no había GPS y la comunicación entre el personal de una misma escuadra estaba literalmente en pañales, no había sensación más desasosegante para un equipo que comprobar que su piloto no atravesaba la recta de tribunas cuando se le esperaba y en la parrilla se había producido un hueco a veces imposible de llenar.

A la incredulidad inicial se sumaba una incertidumbre que pesaba como una losa en el alma. Se cruzaban los dedos y se bajaban las cabezas mientras transcurrían unos segundos interminables a cámara lenta; algún valiente recorría los garajes intentado saber si alguien había visto u oído algo y había considerado meterse a boxes para avisar a sus hombres y que estos avisaran a los demás, mientras el boss o su lugarteniente recurrían a las autoridades del trazado rezando para que sólo fuese un percance, un incidente de carrera o un accidente menor... Desgraciadamente, muchas veces ocurría que la megafonía del circuito era la primera en anunciarlo.

No tuve la suerte de conocer a Mik, pero sus amigos han considerado que Nürbu puede servir hoy para que su equipo sepa que no volverá a cruzar la meta porque ahora disfruta de las carreras con los mejores narradores del mundo: los héroes de antaño, su héroes, los hombres cuyas aventuras le hicieron amar todo esto y disfrutarlo a nuestro lado...

«El viernes 9 de agosto, abandonó el circuito de la vida nuestro amigo Mik. 

Todos los que le conocimos y compartimos con él nuestra afición a la Fórmula 1 no le

olvidaremos jamás; ha sido una carrera de más de 14 años juntos que se nos antoja ahora demasiado corta. 

Nuestro más sincero pésame a su mujer Loli y a su hijo Juan, demás familia y amigos.»

Tu grupo de Fórmula 1.