Iba a echar el ratito mañanero hablando de Romain Grosjean y el cumulonimbus que organizó en Montmeló, pero pensándolo mejor, finalmente me he decidido a abrir este jueves dedicando unas líneas a la extrañeza que causó ver a Ricciardo disputando una carrera bastante tranquila durante el Gran Premio de España.
En realidad, la supuesta comodidad arrojó un saldo nada desdeñable para el australiano: quinto en ver la bandera a cuadros y otros 10 puntos para su cuenta personal, lo que le consolida en la quinta plaza del Mundial de Pilotos con 47, a 1 punto de Kimi y con Max a 14 por detrás.
No obstante, también es cierto que al vehículo número 3 de Milton Keynes se le notó más espeso que otras veces, algo que sumado a que Verstappen fue capaz de alcanzar el tercer cajón del podio, ha planteado algunas dudas al respecto de si Red Bull no habrá decidido sacrificarlo un poco con tal de evitarse malos tragos como el de Bakú.
A pesar de la reticencia de muchos a comprar este argumento —actitud de todo punto comprensible—, tampoco resulta tan descabellado, y mucho menos conociendo el historial de la austriaca y cómo se las gasta herr doktor Marko cuando uno de sus otros conductores incomoda al piloto estrella. Vamos, que lo hemos visto en el pasado y ya somos mayorcitos como para que nos nos debieran asustar o sorprender demasiado este tipo de comportamientos intramuros en la casa azul.
Ricciardo no ha renovado aún, Verstappen sí, y además como adalid del New Project, y si esto valía en Azerbaiyán como justificante de la desmesurada beligerancia del hijo de Jos para con su compañero en pista, razón de más para que lo contemplemos como ingrediente a la hora de explicar lo sucedido hace uno días en el Gran Premio de España.
No obstante, a la espera de que las próximas carreras nos aporten más datos que confirmen la anomalía o la echen por tierra, honestamente tengo que decir que Daniel dio muestras en Barcelona de no querer meterse en marrones y sumar cuantos más puntos mejor, ya que en la tabla de pilotos es donde actualmente está su fuerte porque ahí no puede meter mano nadie.
En este sentido, dejar tranquilos a Max y a Sebastian pudo dar una sensación equivocada, y es que Ricciardo es uno de los hombres con mejor cabeza de la parrilla y esto no debemos dejarlo de lado nunca. Sumar en Montmeló era prioritario para el australiano, quien si llevo razón en lo que digo, estaría librando una batalla de tú a tú con Max que tendría muy poco que ver con el campeonato. Quiere dejar atrás al holandés y si lo lleva delante y no se escoña solo, pretende minimizar los daños en lo que viene siendo de toda la vida gestionar la ventaja, que la tiene, y que la seguirá teniendo si termina las carreras, pues seguramente será una de las cartas que habrá puesto sobre la mesa a la hora de negociar su renovación.
Y sin más, os deseo un feliz jueves. Os leo.
3 comentarios:
Hope his spin under the Virtual Safety Car was not caused by the team, too.
Luego de jugársela en Mónaco, esperándolo en boxes sin los neumáticos... Apaga y vamonóss!
Nada que unos 150 caballitos desbocados así súbitamente, no puedan lograr. Puto cíclope malintencionado, hundiendo carreras ajenas.
Si yo fuera Vettel, empezaría a buscar una salida digna de Ferrari, sobornando a Hamilton para que se vaya de vacaciones, o directamente pensando en que con 4 cartonatos, "poco más queda por demostrar", porque como sea verdad que Ricciardo vista de rojo la próxima temporada, al querubín del dedo rampante lo puede dejar con sus posaderas al aire. Y no quiero pensar ya en la afición o el equipo con un ítalo-australiano en plantilla, que además de simpático, es un pilotazo...
Al pobre Daniel le queda por aguantar este curso carros y carretas en la Casa Azul, pero será un mal menor. La otra derivada es que Renault se apremie a pagar la "cláusula de rescisión" de Carlos cuanto antes, y evitarle a él el suplicio de padecer a Herr Doktor y al hijo de Joss...
Salu2!
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