Ya estábamos tardando en meter mano al temita del aceite... en serio, me refiero.
Aunque parezca un asunto reciente las primeras sospechas datan de 2014, prácticamente en el inicio de la etapa híbrida. Petronas, se decía entonces, podía haber creado un combustible mucho más eficiente que sus rivales, que literalmente daba alas a los W05 de Brackley. Algo había de cierto, como hemos ido comprendiendo con el transcurso de las temporadas, pero no estaba en la gasolina en sí, sino en el lubricante, y me explico, no sin pediros antes disculpas por la inevitable síntesis:
La FIA se sumó a mediados de la década pasada a los acuerdos internacionales sobre emisiones de gases a la atmósfera y, en este sentido, ha ido regulando puntillosamente la composición de los combustibles utilizados en Fórmula 1 hasta el punto de poder alardear de que son casi como los de calle. Sin embargo, este celo no se mostró con los lubricantes debido a que su incidencia en la fase de combustión se consideraba asumible, y así, el aceite podía incorporar ingredientes idénticos o similares a los limitados para la gasolina porque, en sentido estricto, no estaban prohibidos.
Bien, hecha la ley hecha la trampa. Mercedes-Benz ideó para sus unidades híbridas un sistema de detonación en el ICE (Internal Combustion Engine) por el cual, una parte menos asumible del aceite se mezclaba con el combustible, lo que en cristiano significa que los ingredientes prohibidos en el segundo entraban a formar parte de él porque venían de la mano del primero, y de rondón, que el espíritu que alienta lo de que la gasolina F1 es casi como la de calle se había ido a freír puñetas por no decir que Stuttgart se lo había pasado por el forro de los pantalones.
En 2015 las sospechas se acrecentaron, en 2016 se empezó a mirar el tema en plan Gila: alguien dice que alguien está mezclando aceite con la gasolina, y en 2017 se intentó coger el toro por los cuernos con advertencias y amenazas de las penas del infierno...
Muy en plan FIA, para qué vamos a enredarnos. Pero como la cosa persisitía, a partir del Gran Premio de Italia del año pasado se redujo por normativa la cantidad de aceite cosnumido por cada 100 kilómetros recorridos, imagino que por ver si así se cumplía el coño espíritu —imaginaros cómo estaba el asunto de controlado entonces—. Pero no, en 2018 seguimos con ello como el conejito de Duracell dándole a los platillos, que incluso Renault tuvo que advertir que estaba jodido lo de controlarlo [Cyril Abiteboul no ve a la FIA capaz de controlar la quema de aceite].
Y después de cuatro años y unos meses, por fin parece que la Federación está dispuesta a enderezarlo, grata noticia que hoy quería compartir con vosotros: «Tras las numerosas discusiones sobre el tema, queremos clarificarlo para permitir a la FIA monitorizar el consumo de aceite durante la clasificación de manera precisa y a tiempo. No se podrá añadir aceite al coche ni ningún depósito auxiliar [AOT] podrá ser activado. Por ejemplo, no podrá haber transferencia de aceite entre un AOT y ninguna parte del sistema de lubricación del motor» [La FIA vuelve a tomar medidas contra la quema de aceite].
No sé si pondrán un sensor o qué diablos harán, la verdad, pero no se puede negar que todo esto resulta bastante entrañable, ni que da para dos o tres conspiraciones...
Os leo,
Aunque parezca un asunto reciente las primeras sospechas datan de 2014, prácticamente en el inicio de la etapa híbrida. Petronas, se decía entonces, podía haber creado un combustible mucho más eficiente que sus rivales, que literalmente daba alas a los W05 de Brackley. Algo había de cierto, como hemos ido comprendiendo con el transcurso de las temporadas, pero no estaba en la gasolina en sí, sino en el lubricante, y me explico, no sin pediros antes disculpas por la inevitable síntesis:
La FIA se sumó a mediados de la década pasada a los acuerdos internacionales sobre emisiones de gases a la atmósfera y, en este sentido, ha ido regulando puntillosamente la composición de los combustibles utilizados en Fórmula 1 hasta el punto de poder alardear de que son casi como los de calle. Sin embargo, este celo no se mostró con los lubricantes debido a que su incidencia en la fase de combustión se consideraba asumible, y así, el aceite podía incorporar ingredientes idénticos o similares a los limitados para la gasolina porque, en sentido estricto, no estaban prohibidos.
Bien, hecha la ley hecha la trampa. Mercedes-Benz ideó para sus unidades híbridas un sistema de detonación en el ICE (Internal Combustion Engine) por el cual, una parte menos asumible del aceite se mezclaba con el combustible, lo que en cristiano significa que los ingredientes prohibidos en el segundo entraban a formar parte de él porque venían de la mano del primero, y de rondón, que el espíritu que alienta lo de que la gasolina F1 es casi como la de calle se había ido a freír puñetas por no decir que Stuttgart se lo había pasado por el forro de los pantalones.
En 2015 las sospechas se acrecentaron, en 2016 se empezó a mirar el tema en plan Gila: alguien dice que alguien está mezclando aceite con la gasolina, y en 2017 se intentó coger el toro por los cuernos con advertencias y amenazas de las penas del infierno...
Muy en plan FIA, para qué vamos a enredarnos. Pero como la cosa persisitía, a partir del Gran Premio de Italia del año pasado se redujo por normativa la cantidad de aceite cosnumido por cada 100 kilómetros recorridos, imagino que por ver si así se cumplía el coño espíritu —imaginaros cómo estaba el asunto de controlado entonces—. Pero no, en 2018 seguimos con ello como el conejito de Duracell dándole a los platillos, que incluso Renault tuvo que advertir que estaba jodido lo de controlarlo [Cyril Abiteboul no ve a la FIA capaz de controlar la quema de aceite].
Y después de cuatro años y unos meses, por fin parece que la Federación está dispuesta a enderezarlo, grata noticia que hoy quería compartir con vosotros: «Tras las numerosas discusiones sobre el tema, queremos clarificarlo para permitir a la FIA monitorizar el consumo de aceite durante la clasificación de manera precisa y a tiempo. No se podrá añadir aceite al coche ni ningún depósito auxiliar [AOT] podrá ser activado. Por ejemplo, no podrá haber transferencia de aceite entre un AOT y ninguna parte del sistema de lubricación del motor» [La FIA vuelve a tomar medidas contra la quema de aceite].
No sé si pondrán un sensor o qué diablos harán, la verdad, pero no se puede negar que todo esto resulta bastante entrañable, ni que da para dos o tres conspiraciones...
Os leo,
4 comentarios:
Todos mirando el dedo (la suspension ilegal de Mercedes) cuando teníamos que ver a la luna (el dichoso aceite).
Falta el diferencial autoblocante de Ferrari, perdón, de Vettel. Bajo mi punto de vista es un control de tracción encubierto.
Saludos
La gran desgracia de la carrera de Fernando fue la subida a la poltrona de Todt .
Aquel que llegó a decir lo de que mientras durase su ciclo en Ferrari , Alonso no ficharía por Maranello .
Desde ese momento , no ha habido una temporada en la que sus rivales no contasen con ventajas de dudosa legalidad .
Interesante sería conocer quién informó a Ferrari de la existencia de la precámara de combustión y el truco del aceite.
Y más interesante aún, quién les facilitó dicha tecnología, y por qué.
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