sábado, 12 de agosto de 2017

En el nombre de Michael


Con la misma ligereza que algunos supuestos expertos utilizan para juzgar las razones que han llevado a un gran piloto que no voy a mencionar a tener sólo dos campeonatos mundiales, la historia de Michael Schumacher acaba para muchos a finales de 2006, cuando oficialmente cuelga los guantes y el casco... por primera vez.

Soy culpable de muchos pecados pero no de arrodillarme ante el de Kerpen, y entre las numerosas virtudes que me engalanan, se encuentra en lugar destacado mi contrastada capacidad para reconocer el buen fuego incluso en el peor de mis enemigos, que los tengo, faltaría más.

El caso es que hace tiempo dejé de apuntar con mi sable a Michael. Decoro, respeto, llamadlo como queráis.

Schumacher no es mi prototipo de piloto pero es lo suficientemente grande para nuestro deporte como para que haya días como hoy, en que necesito quitarme de encima el hartazgo que me produce tanto escuchar su nombre relacionado con historias inverosímiles, que como decía en el párrafo inicial, parecen concluir en Ferrari, besando la carcasa del precioso 248 F1 en Interlagos, ya que lo cierto es el heptacampeón del mundo vuelve al ruedo tiempo después, y lo hace vistiendo los colores de Mercedes AMG, y con ellos se retira en 2012... definitivamente.

Quizás habría que arreglar algunas cuentas, explicar por qué Maranello decide en 2006 que ya no es útil para la causa, ni para el negocio, le apea del monoplaza y a cambio le cede un puesto de florero en La Scuderia que El Gran Caimán acaba rechazando, pero sinceramente no me apetece, prefiero hablar este anochecer del tipo que acepta el reto de volver pudiendo fracasar, para que determinada gente, en definitiva, tache con tinta negra u olvide sus tres años en Brackley, que son importantes para entender su estatura como deportista de élite, y resultan esenciales para comprender por qué la Fórmula 1 está plagada de mitos de papel maché mientras continúa desperdiciando los mejores talentos.

Michael vuelve en 2010 sobre una plataforma ganadora. El W01 de Mercedes AMG es la secuela del Brawn BGP001, Campeón del Mundo de Marcas y Pilotos en 2009, Brackley sigue siendo Brackley pero con más dinero a sus espaldas. También está Ross, el de Benetton, el de Ferrari, el que junto a Jean Todt y Rory Byrne le permitirá rozar las estrellas.

Todo, el de Kerpen lo tiene todo para estrenarse con éxito en su reincorporación al Circo. Incluso cuenta con un leal escudero, Nico Rosberg... pero morderá el polvo.

El deporte ha cambiado. Ya no hay entrenamientos donde calibrar qué sí y qué no desde el amanecer hasta el ocaso, kilómetro a kilómetro, asimilando qué es coche y qué es piloto para poder tasar luego, hasta dónde puede exigir éste último y dónde debe parar. Los neumáticos tampoco ayudan. Los Brigestone de 2010 ya no son dóciles como antaño, son piedras que ni cuentan ni oyen. Los Pirelli de 2011 le llevarán a decir que conducir con ellos parece como ir pisando huevos.

Mapas de ahorro, la necesidad de estar en permanente contacto con el ingeniero de pista, de obedecer sus recomendaciones...

El heptacampeón del mundo ha vuelto para liderar el retorno de la de Stuttgart a la Fórmula 1 después de 55 años de ausencia de los circuitos, y el caso es que nuestro protagonista naufraga sencillamente porque no le dejan ser él mismo, el de siempre.

Dirán que no supo adaptarse, pero cabría preguntarse si un gigante es capaz de hacerlo encerrado en una jaula de 4 por 4 de suelo y otros 4 metros de alto, en cuyo interior es preciso pedir permiso para orinar.

Os leo.

2 comentarios:

enrique dijo...

Michael venía de una época donde se tiraba todo lo que fuese el coche, neumáticos... Y de repente se encuentra con una Formula 1 que se ha convertido en carreras de miniresistencia. Un piloto esta "programado" para apretar, para buscar límites; los suyos y los del coche, esa pasión. Ahora lo hemos sustituido por cabeza y frialdad. Ya no se aprieta por miedo a joder los neumáticos, el motor, la caja de cambios. Señores, la F1 es cara, siempre lo ha sido. Quien no pueda estar, a casa.

Perdón por el desahogo.

Keskus dijo...

Hasta qué punto atribuirías a Michael parte del dominio de Mercedes casi a partir de su retirada (en 2013 el coche ya era un pepino)? Pues siempre comentamos aquí que es Rosberg el gran desarrollador del coche de Brackley en la etapa híbrida.
Un saludo José