Jaime ha rajao y se ha puesto en movimiento una hilera lúgrube con dirección a la cima del monte Calvario. Da lo mismo que el reo al que pretenden crucificar no crea en este tipo de justicia linchadora, ni siquiera que ya no esté entre nosotros. El diyeí se ha puesto del lado de los malos y merece eso y más...
En realidad se merecía eso y más desde que se subió a un Toro Rosso en sustitución de Sébastien Bourdais.
Por fortuna, podré decir a mis nietos que vi crecer al barcelonés como piloto de Fórmula 1 y que sentí la amargura de verlo caer a traición, con nocturnidad y alevosía, sencillamente porque no pudieron con él sobre la pista aunque no resultaba útil a los propósitos de quien pagaba su asiento. Estaba Vettel en el equipo oficial de Red Bull y Dietrich Mateschitz aún no había afirmado que a Milton Keynes no le hacía falta ningún tetracampeón del mundo para lidiar con un motor como el Renault de 2014...
Somos kleenex. Cuesta creerlo, pero es así. Tarde o temprano nos encontramos con que hemos sido utilizados de una u otra manera. Y a Jaime lo usaron desde su primera coma en Faenza hasta que Helmut Marko se presentó en el box de la italiana durante el Gran Premio de Corea 2011, para firmar su parte de defunción mientras le recriminaba haber estorbado al hombre al que hoy está cubriendo de mierda la prensa internacional, porque, al parecer, no encaja en el prototipo de piloto estrella.
No sé si Jaime habría podido lidiar con el RB10 como hizo Daniel Ricciardo hace dos temporadas. Lo que sé es que no tuvo ninguna oportunidad para demostrarlo porque Marko nunca toma rehenes y prefiere aniquilar antes que ceder sangre buena al enemigo. La trituradora y tal. El negocio, que siempre está por encima de todo...
Y lo cachondo del caso es que Jaime ha rajao de eso precisamente, poniendo en evidencia un sistema que no busca encontrar a los mejores, que desperdicia talentos como Alonso, que dice querer el espectáculo pero sólo pretende dinero, que depende de perfectos hijos de puta que apuntan con el dedo como si fuesen automáticas... Y ha molestado. Y el catalán se ha hecho acreedor de nuevo a esa cruz con la que le señalamos desde que se vistió de azul marino. Y sus palabras han resultado como alfileres sobre la carne blanda y mollicia de los meapilas, sencillamente porque suponen la parte que nunca queremos ver de la Fórmula 1.
Pero Jaime no miente en sus rajadas. Está dolido y se le nota, y eso es lo que hace el trago más amargo para nosotros. Lo sabíamos, lo supimos y lo sabemos, y jode que alguien nos recuerde negro sobre blanco lo cobardes que nos comportamos siempre.
Si los titulares hubiesen enfatizado que el ex-piloto de Fórmula 1 Alguersuari reflexiona sobre el deporte, tal vez habríamos sacado algo en limpio de todo esto. Pero Jaime se merece eso y más, y rajando ha sido fagocitado con prisa por los componentes de la hilera lúgrube que recorre trayecto hacia el Calvario con la intención de crucificarlo allí más pronto que tarde, no sea que sus palabras nos descubran alguna ventana abierta que olvidamos cerrar.
Os leo.
2 comentarios:
Triste pero cierto. No sólamente los pilotos sino todo el mundo se comporta del mismo modo en la F1. ¿Le faltó talento a Johnny Cecotto? ¿O sponsors? Soy argentino y me resultó extraño ver acabar pronto las excursiones en la F1 de Norberto Fontana y Esteban Tuero, pero al mismo tiempo permanecer en la categoría a Gastón Mazzacane (a mi criterio debería haber sucedido exactamente lo contrario).
En otras categorías creo que Sebastián Porto merecía mas apoyo, pero no lo tuvo. ¿Sería "Pechito" López el fenómeno que es si no hubiera lucido en un equipo dominante?
Si en lugar de viajar a otra categoría lo hiciéramos hacia otra década, además de Johnny Cecotto habrá otros casos similares. ¿Elio De Angelis tal vez?
¿Y los que nunca llegaron ni siquiera a subirse por primera vez? La F1 termina pareciéndose a la política, creo que no siempre llegan los mejores.
Después de un par de semanas, parece que los comentarios de Jaime Algersuari aún siguen dando algún coletazo. Luego se dice que ésto no es una religión pero cada vez estoy más convencido de que sí lo es, al menos para algunos.
“La Fórmula 1 no es un deporte, es un gran negocio”:
El titular, que no dice nada nuevo que no sepamos a estas alturas, provocó que se retorcieran los cimientos de la iglesia y la santa inquisición salió en tromba a decir algo así como: Alguersuari, eres un hereje y debes ser quemado en la hoguera como si fueras una bruja.
Acto seguido se intenta poner al “traidor” en evidencia usando de argumentos las comparaciones con el fútbol, algo que en mi humilde opinión ni siquiera se puede decir que son negocios comparables. Por supuesto, no nos podemos olvidar de la turba de adeptos que le dedicaron piropos como fracasado, entre otras lindezas, todas ellas muy acertadas para un chaval que desde pequeño tuvo la oportunidad de dedicarse al automovilismo, a los 18 años se subió a un F1 en el que estuvo 3 años, para dedicarse posteriormente a otras disciplinas del automovilismo después de recibir una puñalada trapera por parte de Red Bull y terminar colgando el casco a los 25 años por decisión propia. No sólo eso si no que además pudo decidir a qué iba a dedicar su vida poniéndolo en práctica, ya sólo hace falta que el iluminado que le llamó fracasado sea un NINI. Dichosa envidia.
La santa inquisión parece que tampoco acepta que la manera en la que Jaime Algersuari salió de Toro Rosso sea catalogada como una acción ruin, ya que Red Bull es una empresa y no una ONG – maldita sea con la coletilla – . Como ya he dicho en alguna ocasión, que Red Bull sea una empresa no quiere decir que no se puedan cuestionar sus prácticas empresariales.
Es curioso, pero no he visto ni un sólo tweet que contenga un enlace o video del contenido completo de la intervención de Jaime Alguersuari. Todos los tweets recortan el video a partir del llamativo titular. La intervención de Jaime sobre Fórmula 1 duró algo menos de 7 minutos, al inicio de la misma afirma que la Fórmula 1 fue para él una experiencia vital, como su propia universidad. También dijo, que consideraba la Fórmula 1 como la mejor formación que un deportista de élite joven podía tener, debido a la responsabilidad que recae sobre el piloto ya que lo que lleva entre manos no es un juguete. Vaya, vaya, parece que no todo lo que opina el barcelonés sobre la Fórmula 1 es tan malo, pero ni una sola mención que no interesa.
Lo único que no me gustó por parte de Alguersuari es el escenario que utilizó para hablar sobre Fórmula 1, un programa basura dirigido y conducido por un impresentable que siempre quiere pescar audiencias urgando en la mierda. Razón por la cual no pongo el enlace de la intervención completa en el programa.
Un saludo Jose y también para todos los que por aquí hacen una parada.
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