Mucha escuela de pilotos, mucha vaina, pero las pelas son para Red Bull un ingrediente tan importante o más que la calidad de sus chavales.
Sergey Belousov, CEO y fundador de Acronis, empresa archiconocida por los aficionados a la Fórmula 1 que se dedican a la informática y al almacenamiento en la nube (the cloud), se rascaba el bolsillo en mayo pasado y firmaba un acuerdo de permanencia como patrocinador de Toro Rosso, que en julio se prorrogaba al menos dos años más, lo que a la postre, ha permitido a herr doktor Helmut Marko anunciar a través de la de Franz Tost, en Austin, que Faenza está muy satisfecha de poder confirmar la continuidad de Daniil Kvyat en el equipo durante 2017.
Yo también estaría contento, para qué negarlo. La pela es la pela, y que me perdonen los amigos catalanes y valencianos que estén leyendo esto, ya que a pesar de que los lugares comunes son siempre chispa que enciende fogatas allá donde salta, el dinero es el dinero, en Cataluña, en Valencia, en Euskadi y en Sebastopol. Y mueve montañas. Y en Fórmula 1, además asegura asientos.
Me lo contaba Ernesto la vez que tomamos café en septiembre. Desconocía yo la existencia de una empresa rusa que desarrollaba software
de gestión de almacenamiento, incluyendo software para la recuperación
de fallos graves, restauración y backups de imágenes de discos, gestión
de particiones, gestión de arranque y migraciones de datos de un
ordenador a otro [vale, he tomado la descripción de Wikipedia. A mí no me sale tanto ni con dos copazos de cazalla en el cuerpo]. Mucho menos que Acronis fuese conocida en el mundillo informático. Y ni de coña, que ésta patrocinara a Toro Rosso. Ni os cuento lo que podía imaginar yo, entonces, sobre la relación existente entre un magnate ruso y un piloto ruso...
Tantas veces he hablado de la necesidad que tiene el paddock de contar con un Thomas Alexander Fermor-Hesketh, tercer Barón Hesketh, que ni se me había pasado por la cabeza que en la Fórmula 1 moderna existiese todavía lugar para el romanticismo. Y miraba como embobado a Ernesto mientras me desgranaba desde el otro lado de la mesa las razones de su confianza en que Daniil siguiera el año próximo.
Yo en estas cosas soy un perfecto pardillo, lo admito. Confiaba en que Kvyat siguiera al menos una temporada más, porque tras su confesión lapidaria en Hungría, creo, de que no sabía lo que le sucedía, a la vuelta del verano había empezado a dar muestras de ir recuperando el tono y la vitalidad.
Se ve que Marko, en sus comunicados a través del engranaje de Faenza, piensa más en tipos como yo que en versos libres como Ernesto. Vamos, que de no saber lo que sé desde hace un mes, a mí me cuentan la película que ha contado hoy Toro Rosso, y me la creo. Pero no así: a vuelapluma, sino desde la primera hasta la última coma.
Daniil es bueno y tiene calidad suficiente como para permanecer en el tinglado, y es de recibo considerar que el Programa de Jóvenes Pilotos de Red Bull (Red Bull Junior Team) no sólo podía estirarse con el piloto ruso, sino que debía hacerlo, toda vez que bajarte del equipo oficial para ocupar asiento en el subsidiario para tirar el resto de la temporada con una unidad de potencia con la que Gabo García Márquez habría tejido los mimbres de una bellísima novela, debía tener un cierto grado de contraprestación, pienso.
A la vista está que erraba en mis estimaciones. De no ser porque Belousov tiró de cartera para evitar el deshaucio de su compatriota y pupilo, seguramente, a estas horas, estaríamos hablando de que Gasly compartiría asiento en 2017 con Carlos Sáinz, y si me apuráis, en los mismos términos: «Estamos muy satisfechos de poderles anunciar la incorporación de Pierre Gasly a nuestro equipo para 2017. Conducirá junto a Carlos Sainz, cuya continuidad en el equipo ya fue confirmada este verano...»
Faenza y la trituradora. La escuela de pilotos y tal... Buscamos un nuevo Vettel...
Pero sin tela no hay paraíso, y aunque la situación me produce una infinita lástima por aquellos que siguen comulgando con el credo de Marko, y arcadas en cuanto a lo que supone todo esto para eso que llamamos deporte, me alegro por Daniil, y por esa nube en la que vive cuyos datos protege ahora Acronis.
Bien está lo que bien acaba, ¿no? Os leo.
3 comentarios:
No me fiaría yo mucho de Toro Rosso. Cuando entró Cepsa como patrocinador se dijo que era un apoyo para Alguersuari, y ya vimos lo que pasó.
Qué largo se me está haciendo el domingo esperando la carrera...
Nada sucede por casualidad, y menos en este mundillo. Y es que puestos a pensar uno se plantea cosas y ata cabos, que puede ser verdad o no, pero si como dicen "piensa mal y acertarás" quizá no andemos tan errados. Y es que si Newey diseñó los cambios para 2017, avalado por Mr. E, quizá haya sido a cambio de favores a un joven talento de la misma nacionalidad que cierta marca de cerveza que acaba de aportar varios sacos de euros al negocio. Red Bull vuelve a tener un coche dominante y Mr. E tiene contento a un gran patrocinador. Bien por Daniil. Lástima que Acronis no sea tan fuerte como Heineken. Saludos
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