El aspecto cuñadil del asunto amenaza con amargarnos agosto, ya que sin carreras, incluso la teoría de cuerdas resulta una melodía tarareable durante ese mes...
No es por ser pesado, que también, supongo, pero llevo desde comienzos de julio —si no es algo más—, dando la tabarra con que ya se habían perfilado las canciones candidatas a ser nuestros bailables para este verano. Por suerte no se nos ha metido en la lista La Salchipapa, aunque a día de hoy no descarto que se acabe incorporando, pero puesto que he hablado recientemente de Rosberg, de Alonso y de McLaren, toca esta tarde romper una nueva lanza por La Scuderia.
No están bien las cosas en Maranello, para qué coño vamos a ocultarlo. Esta misma mañana le comentaba a un amigo, que sólo Vettel no parece darse cuenta de que Ferrari ha tirado la toalla en sus aspiraciones de meter mano esta temporada a Mercedes AMG, lo que en sentido estricto también es una saludable noticia, porque sin una pizca de ingenuidad, este deporte, cualquier deporte, no generaría las sensaciones que provoca en el respetable.
El mayor escollo en la actualidad se llama Red Bull, pero como mencioné en el repaso que hice a las escuderías después de Mónaco, el principal enemigo para la italiana es ella misma: «Va a estar bonita la lucha de Ferrari vs. Ferrari a partir de Canadá. Y es que la rossa es el primer y principal enemigo a vencer por Ferrari de aquí a que termine todo en Abu Dhabi.» También la recomendaba que siguiera concentrada en Brackley...
Obviamente, la cúpula dirigente de la de Il Cavallino Rampante no ha jugado en su puñetera vida a Call of Cthulu o Mutantes en La Sombra, porque si lo hubieran hecho, sabrían perfectamente que no hay nada peor para el desenlace de una aventura que cambiar de objetivo a mitad de partida.
En este sentido, creo honestamente que Ferrari está atravesando una de sus tradicionales etapas de desconcierto. Luchaba en teoría con Mercedes AMG pero se ha interpuesto en su camino una escudería que pasa olímpicamente de la anglo-germana y tiene sus miras puestas en quitarle la plaza a la de Maranello. Y Red Bull juega además con ventaja, como he explicado en otras ocasiones. Los aumentos de presión en las gomas favorecen a coches como el RB12, cuya aerodinámica es muy elaborada, y La Scuderia ha mordido el anzuelo y pretende defenderse en un escenario que no le es nada propicio porque el SF16-H dispone de más músculo que finura en esta área.
Es fácil escribir estas líneas desde la barrera, lo reconozco, pero intentando ganar en calificación lo que se podría cobrar en carrera, lo único que hará Ferrari será ahogarse aún más, entre otras cosas, porque agosto la penaliza especialmente ya que el 80% de sus efectivos tendrán que abandonar las llaves inglesas, los ordenadores y los simuladores por imperativo FIA, mientras que sus rivales darán algún que otro pasito más gracias a esas lagunas en el reglamento que conocemos todos, y de sobra.
No quiero aburriros. La experiencia obtenida con Fernando Alonso vestido de rosso nos dice que no es tan malo como parece sacrificar los sábados en pos de gestionar más cómodamente los domingos. Kimi lo hace incluso cuando el enfoque de su escuadra está puesto en la fase clasificatoria. Bastaría que Maurizio le explicara a Sebastian que la única manera de pillar a Mercedes AMG es jugando bazas diferentes a las que juega Brackley, para que de la misma tacada cayera también Milton Keynes.
La austriaca y la lideresa del Mundial atacan los sábados y rentabilizan los domingos. Pues bien, si la estrategia recomendada son dos paradas, iremos a una o a tres; y si es a tres, iremos durante la prueba a una, a dos o a cuatro. Kimi ya lo hacía en su etapa en Lotus. Hay motor, sobran nervios y lo que falta es ingenio.
Ferrari puede hacerlo, y por la cuenta que la trae, debe reaccionar más pronto que tarde. El resto son canciones del verano.
Os leo
No están bien las cosas en Maranello, para qué coño vamos a ocultarlo. Esta misma mañana le comentaba a un amigo, que sólo Vettel no parece darse cuenta de que Ferrari ha tirado la toalla en sus aspiraciones de meter mano esta temporada a Mercedes AMG, lo que en sentido estricto también es una saludable noticia, porque sin una pizca de ingenuidad, este deporte, cualquier deporte, no generaría las sensaciones que provoca en el respetable.
El mayor escollo en la actualidad se llama Red Bull, pero como mencioné en el repaso que hice a las escuderías después de Mónaco, el principal enemigo para la italiana es ella misma: «Va a estar bonita la lucha de Ferrari vs. Ferrari a partir de Canadá. Y es que la rossa es el primer y principal enemigo a vencer por Ferrari de aquí a que termine todo en Abu Dhabi.» También la recomendaba que siguiera concentrada en Brackley...
Obviamente, la cúpula dirigente de la de Il Cavallino Rampante no ha jugado en su puñetera vida a Call of Cthulu o Mutantes en La Sombra, porque si lo hubieran hecho, sabrían perfectamente que no hay nada peor para el desenlace de una aventura que cambiar de objetivo a mitad de partida.
En este sentido, creo honestamente que Ferrari está atravesando una de sus tradicionales etapas de desconcierto. Luchaba en teoría con Mercedes AMG pero se ha interpuesto en su camino una escudería que pasa olímpicamente de la anglo-germana y tiene sus miras puestas en quitarle la plaza a la de Maranello. Y Red Bull juega además con ventaja, como he explicado en otras ocasiones. Los aumentos de presión en las gomas favorecen a coches como el RB12, cuya aerodinámica es muy elaborada, y La Scuderia ha mordido el anzuelo y pretende defenderse en un escenario que no le es nada propicio porque el SF16-H dispone de más músculo que finura en esta área.
Es fácil escribir estas líneas desde la barrera, lo reconozco, pero intentando ganar en calificación lo que se podría cobrar en carrera, lo único que hará Ferrari será ahogarse aún más, entre otras cosas, porque agosto la penaliza especialmente ya que el 80% de sus efectivos tendrán que abandonar las llaves inglesas, los ordenadores y los simuladores por imperativo FIA, mientras que sus rivales darán algún que otro pasito más gracias a esas lagunas en el reglamento que conocemos todos, y de sobra.
No quiero aburriros. La experiencia obtenida con Fernando Alonso vestido de rosso nos dice que no es tan malo como parece sacrificar los sábados en pos de gestionar más cómodamente los domingos. Kimi lo hace incluso cuando el enfoque de su escuadra está puesto en la fase clasificatoria. Bastaría que Maurizio le explicara a Sebastian que la única manera de pillar a Mercedes AMG es jugando bazas diferentes a las que juega Brackley, para que de la misma tacada cayera también Milton Keynes.
La austriaca y la lideresa del Mundial atacan los sábados y rentabilizan los domingos. Pues bien, si la estrategia recomendada son dos paradas, iremos a una o a tres; y si es a tres, iremos durante la prueba a una, a dos o a cuatro. Kimi ya lo hacía en su etapa en Lotus. Hay motor, sobran nervios y lo que falta es ingenio.
Ferrari puede hacerlo, y por la cuenta que la trae, debe reaccionar más pronto que tarde. El resto son canciones del verano.
Os leo
2 comentarios:
En un deporte en el que mandan los piratas, no hay más bemoles que ser más pirata que ellos. ;)
King Crimson
Achaques de la edad. Eso es de lo que adolece la Rossa. Siguen aplicando la vieja receta de intentar dar el palo que provoque una revolución. Cuando lo que parecen hacer las otras, es pura inventiva y luego sintonía fina. El juguete de Mercedes, su impulsor. El don de RB, una aerodinamia exquisita. Y Ferrari? Además de sus millones?
Mientras tanto en Woking...
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