A pesar de lo aparentemente holgada que anda Brackley con respecto a sus rivales, su reto para este año es mejorar una de las mejores plataformas que han visto los circuitos de Fórmula 1, y si puede parecer que el asunto resulta sencillo, la verdad es que no lo es.
Quizás sea ésta la razón por la que mi sensación ante el W07 de este año es en cierto modo agridulce.
Newey nos tenía acostumbrados a forzar la tuerca en cada modelo de la mítica saga RB5 a 9. Si no era la posición de los escapes era la utilización del calor, la flexibilidad o lo que encontrara a mano, con tal de que el nuevo estandarte de Milton Keynes dejara atrás al anterior. Pero la nueva propuesta de Mercedes AMG para 2016 no deja de ser un W05 adaptado, previo paso, obviamente, por el W06 del año pasado.
Esto no es bueno ni malo, entendámonos. Las máquinas anglo-germanas gozan gracias al reglamento técnico, de una superioridad aérea que para sí quisieran el resto de sus contrincantes. En este sentido, resulta totalmente lógico que incida en las líneas maestras que han permitido a Brackley obtener los campeonatos 2014 y 2015. Otra cosa es que eche en falta algo más de espíritu creativo a la hora de enfocar una temporada en la que se acepta que Ferrari se acerca a buen paso.
Soy consciente de que en estos primeros entrenamientos de pretemporada celebrados en Montmeló, Brackley nos ha ofrecido abundantes muestras de supuesta evolución en sus coches, pero no por ello dejan de ser meros matices. La nose fina se afina más. La solución bargeboard aserrada o en «W», busca allanar el terreno al aire tras su paso por el boat, para sortear el tradicional enorme volumen de los pontones. El rake sigue siendo pronunciado. La zaga, poco dada a permitir veleidades aerodinámicas como las que propone la llamada «size Zero», continúa mostrándose más generosa en dimensiones que las de sus rivales, como si el paso del tiempo importara poco...
A estas alturas de la película, entiendo perfectamente que alguien me reclame por qué me interesan los matices en Red Bull y sin embargo, los que propone Mercedes me parezcan pobres. La razón es obvia, o me lo parece. Milton Keynes lucha por mejorar su producto incorporando pequeñas mejoras, pero Brackley da la sensación de que se apoya en los pequeños matices para continuar controlando el devenir de la temporada, y esto me parece peligroso.
Esto no es bueno ni malo, entendámonos. Las máquinas anglo-germanas gozan gracias al reglamento técnico, de una superioridad aérea que para sí quisieran el resto de sus contrincantes. En este sentido, resulta totalmente lógico que incida en las líneas maestras que han permitido a Brackley obtener los campeonatos 2014 y 2015. Otra cosa es que eche en falta algo más de espíritu creativo a la hora de enfocar una temporada en la que se acepta que Ferrari se acerca a buen paso.
La flecha de plata para esta campaña me parece un vehículo igual de reservón que los anteriores representantes del linaje moderno de la estrella de tres puntas, fruto sin duda, de la enorme confianza que supone contar en su interior con la unidad de potencia Mercedes-Benz pata negra, lo que a la postre significa que Stuttgart se encargará de nuevo de mantener a raya a Williams, fundamentalmente, ya que Force India y Manor, también clientes de la alemana junto a la de Grove, son infinitamente menos peligrosas.
Soy consciente de que en estos primeros entrenamientos de pretemporada celebrados en Montmeló, Brackley nos ha ofrecido abundantes muestras de supuesta evolución en sus coches, pero no por ello dejan de ser meros matices. La nose fina se afina más. La solución bargeboard aserrada o en «W», busca allanar el terreno al aire tras su paso por el boat, para sortear el tradicional enorme volumen de los pontones. El rake sigue siendo pronunciado. La zaga, poco dada a permitir veleidades aerodinámicas como las que propone la llamada «size Zero», continúa mostrándose más generosa en dimensiones que las de sus rivales, como si el paso del tiempo importara poco...
A estas alturas de la película, entiendo perfectamente que alguien me reclame por qué me interesan los matices en Red Bull y sin embargo, los que propone Mercedes me parezcan pobres. La razón es obvia, o me lo parece. Milton Keynes lucha por mejorar su producto incorporando pequeñas mejoras, pero Brackley da la sensación de que se apoya en los pequeños matices para continuar controlando el devenir de la temporada, y esto me parece peligroso.
Como decía hace unos párrafos, todo lo que estoy contando no es bueno ni malo en sentido estricto. Pero seguramente se modifica el formato de clasificación y el control de Pirelli es más férreo desde Monza 2015. Sus neumáticos gozan de un cliff más agresivo, pero en Montmeló, Mercedes AMG se ha limitado a explorar hasta sus últimas consecuencias la performance de las gomas medias... ¿Qué ocurrirá en circuitos donde se imponga el uso de los compuestos blandos, superblandos o extrablandos?
Sinceramente tengo que decir que el W07 no me llena. Tengo la sensación de que es un coche diseñado para mantener un cierto margen con que ganar a la vez que para tener excusas con las que perder, y no un monoplaza enfocado a triunfar al 100%, que podría.
Os leo.
Sinceramente tengo que decir que el W07 no me llena. Tengo la sensación de que es un coche diseñado para mantener un cierto margen con que ganar a la vez que para tener excusas con las que perder, y no un monoplaza enfocado a triunfar al 100%, que podría.
Os leo.
1 comentario:
Tremendo monoplaza que seguramente seguirá dominando, aunque si alguien puede poner el cascabel al gato todos sabemos quién es. Suerte a Allison con su criatura.
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