lunes, 18 de enero de 2016

No puede ser, Felipe...


Mi Felipe lleva clavada una espina y no se la saca porque no quiere. 

A estas alturas de la película, esta sucinta afirmación es lo único que se me ocurre para justificar que en cuanto le ponen al brasileño una alcachofa cerca de la boca, insista una y otra vez en recordar el Gran Premio de Alemania de 2010 como su peor momento en Fórmula 1. Aquél que pasó a la historia porque Rob Smedley le dijo por radio: «Fernando is faster than you»; que sirvió también para desterrar de una vez por todas la bobaba de la prohibición de las órdenes de equipo vigente desde 2002 —todo el mundo se la pasaba por el arco del triunfo porque esto es una labor de equipo, precisamente—; y que además, facilitó a Dietrich Mateschitz ponerse la piel de cordero para ocultar sus dientes, pronunciando aquello otro de: «Prefiero que quedemos segundos a ganar como Ferrari.»

Nuestro deporte es un mundo de grandilocuencias, de enfatizaciones, de tramposeo constante, pero no puede ser que mi Felipe siga dando la murga con Alemania 2010 y nadie le calle la boca.

Cuando pierdes un Mundial en la última carrera y por 1 punto. Cuando rompes motor en Hungría perdiendo la posibilidad de poner a buena distancia a Lewis Hamilton y liderar así el campeonato, cuando en Silverstone casi te tienen que echar un salvavidas para que no te ahogues, o cuando en Singapur te llevas la manguera de repostaje puesta y en Shanghai te tiene que esperar Kimi para dejarte pasar (órdenes de equipo encubiertas) para que le recortes una miseria al británico, no puedes venir con el Gran Premio de Alemania de dos años después, porque resulta indecoroso, amén de falso.

La temporada 2008 la perdió mi Felipe solito. Dejé escrito aquí mismo, que el punto que le faltó al final, sin duda era uno de los dos que le cedió a Hamilton en Turquía con tal de mantener a raya a Raikkonen, su compañero en La Scuderia. La manía de correr para sí mismo le pasó factura al paulista por mucho que don Luca dijera de él en 2013, en su despedida de la rossa, que era una auténtico uomo Ferrari

Luego, cuando en 2009 se desveló lo del crashgate, y por mucho que os sorprenda, también defendí que esa carrera debía ser anulada, pero claro, la FIA no le iba a quitar su título al único campeón británico de la década (Button todavía no se había coronado)...

Así que 2008 no cuenta aunque duela, y lo comprendo.

Ahora bien, después de lo narrado y de que Massa sufriera un accidente en Hungría 2009 que por muy poco no se lo lleva por delante, no puede ser que su peor momento en Fórmula 1 sea el Gran Premio alemán del año siguiente, porque sencillamente, la historia es mala de narices y sus piezas no encajan ni a martillazos.

Os leo.

2 comentarios:

orel dijo...

Pues nada: alguien tendrá que explicarle cuál fue su peor momento, ya que él no es capaz de saberlo por si solo.

Anónimo dijo...

Massa no es un deportista con mala entraña, a diferencia de otros. Pero vive en su torre de autista, dónde él es el piloto al que todos putean. Siempre han sido los neumáticos, las averías, el accionar de otros corredores, las decisiones del equipo, los favoritismos. La mala fortuna. Nunca es él, que simplemente la ha cagado.
Más necio que Don Quijote de la Mancha, jaja! De todas formas, hay que ponerse en sus zapatos. Que te caiga un compañero como Alonso, y se acaben tus excusas.