viernes, 10 de octubre de 2014

Sochi. Sochi, Sochi...


Dicen los más ancianos del lugar, que si pronuncias o escribes tres veces el nombre del circuito que alojará la disputa del Gran Premio de Rusia, aparecerá a tu lado una vieja de aspecto seco y circunspecto; adornada con moño, bigote y ceja uniforme sobre las gafas de pasta; vestida de luto riguroso de pies a cabeza; que te seguirá allá donde vayas con el culo prieto y sujetando el bolso entre sus brazos, para ponerse en un rincón de la cafetería que visites, la esquina de tu dormitorio, la parada del autobús, en la oficina, el baño, yo qué sé, en cualquier sitio imaginable... para avisar desde su atalaya inmóvil a los que todavía no te conocen: ¡soy su suegra!, aunque evidentemente no lo sea.

Siempre sería peor, es verdad, que te tocara en suerte como castigo, un tipo de esos ecuánimes que van por la vida armados de fobias razonadas (sic), que andan ahora pregonando a quien quiere escucharlos, que el entorno de Fernando está conspirando para quitarle el asiento a Lewis Hamilton en Mercedes AMG (sic, sic y resic). Así que mejor nos dejamos de tonterías y evitamos repetir por tres veces la palabra Sochi (va una), no sea que acabemos lamentándolo o peor aún, riéndonos ante un chiste como el que corre en la actualidad entre los usuarios de Whatsapp, en el que dos figuras sacadas de un geriátrico conversan en la orilla de la playa mientras se protegen del sol y ponen los pies a remojo:

—¿Herminia, volverías a casarte con tu marido?

—¡Sí. Que se joda!

En fin, el humor, del que dicen es una cualidad humana que distingue a la gente inteligente, no sirve como defensa ante este tipo de amenazas, advierto. Te descuidas, se te escapa Sochi (van dos) y empiezas a mirar a los lados y a tu espalda por si vislumbras la sombra de tan enigmática y vengativa figura.

Pero no hay nubarrón que me impida mencionar esta tarde que el Gran Premio de Rusia ha abierto sus puertas. Que el trazado parece ser del agrado de los pilotos aunque resulte algo más indicado para las mecánicas Mercedes-Benz que para las otras, Renault y Ferrari. Que las gomas van bien, de momento. Que Marussia solo usará el coche de Chilton. Que no se prevé lluvia...

Que ayer la conferencia de prensa de los conductores parecía un velatorio. Que la parrilla entera lucirá sobre sus cascos durante este fin de semana, la idea promovida por Jean-Éric Vergne: una pegatina blanca en la que se destaca la frase Tous avec Jules #17. Que la FIA ha hecho hoy acto de contricción, analizando a su manera lo ocurrido en Suzuka. Que seguramente se descongela la evolución de los motores, y que lejos de allí, en realidad muy lejos aunque también muy cerca, Bianchi sigue luchando por salvar su vida...

No es poco, sin duda. Todo en Sochi (¡ay madre mía!), a viernes 10 de octubre de 2014. En el lugar exacto donde fluyen los rublos que tanto necesita la Fórmula 1.

Os leo.

2 comentarios:

J-CAR dijo...

Para evitar la maldición de Sochi (una vez) yo decía Chochi (una vez). Y funcionó. Hasta que repetí por tercera vez Chochi (dos veces) y entonces se me apareció Rita Hayworth y me pegó un guantazo como el que ella recibiera en Gilda. Me lo merecía. No volveré a mencionar ese maldito circuito para no tentar a la suerte. Pero si me veo obligado a hacerlo si tengo claro cual de las dos maldiciones elegiré.
¡Chochi!(tres veces) mi suerte está echada.
¡Ay!

Jose Tellaetxe Isusi [Orroe] dijo...

Coño, J-Car, no sabía que existía plan B... Me apunto: ¡Chochi. Chochi, Chochi! XDDDDD

Un abrazote ;)

Jose