Jugando con agua

Las previsiones meteorológicas para el Gran Premio de Singapur nos anuncian un fin de semana movidito en cuanto a neumáticos se refiere porque si nadie lo remedia, en la práctica se pueden clonar las condiciones que ya se dieron en Mónaco este mismo año.

Pirelli lleva a Marina Bay sus compuestos más blandos al igual que hizo en la prueba del Principado, y como hace unos meses en Montecarlo, también se prevé lluvia sobre Singapur para la primera jornada de entrenamientos, con casi total seguridad durante los terceros libres y la calificación y aunque todavía existen dudas, se pronostica que la carrera podría disputarse en seco, con lo cual, valorar adecuadamente cómo pueden ir las gomas se va a convertir en una prioridad absoluta para ingenieros y pilotos.

Ahora bien, si llueve este próximo viernes lo normal será que los monoplazas abusen de los compuestos mixtos una vez hayan hecho su correspondiente instalación, para quedarse en los garajes como llueva en exceso, ya que las unidades de potencia empiezan a acarrear demasiado kilometraje encima y no conviene ni castigarlas ni jugar demasiado con ellas. Sin duda, si las condiciones lo permiten, algún piloto se animará a poner lisos, pero como el asfalto de Marina Bay se enfría conforme avanzan las sesiones, si cae agua a mansalva como está previsto, repito, es más que probable que asistamos a una jornada bastante tristona en cuanto a evoluciones en pista.

El sábado será distinto porque aunque diluvie, los vehículos tienen que preparar la calificación durante la tercera tanda de entrenamientos sí o sí, y aquí viene la madre del cordero porque calificar bien en Singapur es asunto prioritario, lo que conlleva que los monoplazas ablanden sus suspensiones para favorecer la tracción aunque sacrificando a cambio el balance dinámico y la aerodinámica del fondo plano, reglaje que se mantendrá el domingo porque una vez los coches entren en el parque cerrado, no hay posibilidad de vuelta atrás.

Y si para la carrera se cumplen las previsiones de seco, una altura mayor de los vehículos con respecto al suelo, unas suspensiones más dóciles que de costumbre y una menor influencia de la aerodinámica inferior, junto a un asfalto fresquito porque ha caído la noche, dará lugar a que el calentamiento de los compuestos durante sus primeros giros de funcionamiento se complique bastante...

En Mónaco ya vimos cómo resultaron las primeras vueltas con unos neumáticos Pirelli incapaces de agarrarse al suelo, así que con este panorama lo mejor que podemos hacer es ir aprovisionándonos de palomitas o rezar para que el agua pase de largo sobre Marina Bay desde el mismo viernes. Lo dejo a vuestra elección.

Os leo.