Jenson & Martin

Cuando Ron se apartó de su equipo, aunque fuese nominalmente, fui de los que opinó que la escudería que fundara a finales de los sesenta del siglo pasado el neozelandés Bruce McLaren, podía entrar en una tierra de nadie de la que muy bien podría no salir, puesto que Martin Whitmarsh no era precisamente santo de mi devoción y lo intuía yo, ingenuamente, sospecho ahora, como un vulgar pelele que se iba a limitar a servir de correa de transmisión de las órdenes dadas en la sombra por un perro tan viejo y correoso como Dennis.

Me equivocaba y no me duelen prendas en admitirlo, porque Whitmarsh es sin dudarlo, el gozne sobre el que pivota el actual diagrama que impera en la de Woking, la personalidad que hace posible el esquema de convivencia horizontal que permite que dos tipos sobresalientes como Lewis Hamilton y Jenson Button puedan aspirar a lo más alto vistiendo los mismos colores, al menos sobre el papel.

Manda un poco de narices que fuese precisamente un tipo autoritario como Ron quien se llenara la boca con el asunto de la igualdad de oportunidades para sus pilotos, cuando ha tenido que ser uno de sus más voraces lacayos quien ha puesto sobre el tapete que la igualdad supone una garantía de éxito y no todo lo contrario, como entendía su amo, aunque hay que reconocerle a Jenson que ha sido él el detonante del cambio de actitud tras animarse a compartir escuadra con el niño bonito después de venir de ganar un campeonato del mundo, aceptando un riesgo que muy pocos estarían dispuestos a asumir, para defender posteriormente su posición con uñas y dientes de gato.

¿Se podrían sacar conclusiones al respecto de lo ocurrido en 2007 entre Fernando Alonso y la escudería que le volvió la espalda? Me temo que no. Dennis ya no está, y en caso de haber seguido en su puesto a lo peor no habría consentido el actual estado de cosas, como no consintió el suscitado por la convivencia entre el asturiano y su pupilo. Además, de haber seguido capitaneando el barco, tal vez Button habría renegado de dar le paso que dio. El caso es que nunca lo sabremos...

Por otro lado esta el propio papel interpretado por Whitmarsh, quien no ha dado muestras de atender a Jenson hasta que éste no ha demostrado estar capacitado para dar respuesta a Lewis en su propio terreno. Sin duda, esta es otra incógnita para contabilizar en el saco.

Lo que sí queda claro es que Button no sería lo que es sin un Martin que hubiera entendido la filosofía de McLaren como la entendían Bruce o Teddy Mayer y no como hizo Dennis. Y gracias, como diría aquél, porque siempre ha habido más papistas que el Papa y Ron era sin duda un bonito exponente de intransigencia legitimada por una tradición mal entendida.

Sea como fuere, hoy McLaren es sencillamente otra. Y tal es así que merecería volver a los cuarteles de invierno del viejo Colnbrook donde la instaló inicialmente quien la dio nombre y apellidos, un tipo que creía en la excelencia en estado puro.

Va por vosotros, David Plaza, Iván Clavijos y Adri Mancebo, auténticos detonantes de esta entrada. Yo también pienso que Fernando vestía más bonito de plata.