Pass me by

He sido poco de hacer pellas y tardío en aficionarme a ellas, pero esta que acabo de meterme entre pecho y espalda os juro que me ha sabido a gloria.

Sólo recuerdo un día en que me ausenté deliberadamente de clase durante mis años en el colegio Santa María, cuando cursaba C.O.U. exactamente, pero lo pasé tan mal pensado en las penas del infierno, que tardé algunos años en atreverme a repetir aventura. Total, que ya universitario, desentendido y aliviado, más laico, para que nos entendamos, aprendí a usar y a abusar del noble arte de hacer novillos con absoluta naturalidad… ¡Qué tiempos!

No me desperdigo. Todo empezaba con uno de mis habituales retrasos debidos al exceso de trabajo, que llevan parejo que acabe escribiendo en modo delay por aquello de no desperdiciar el papel de servilleta donde apunto lo que me sugiere cada jornada. Tras un tira y afloja posterior que duró dos días de sequía, lo admito, decidí aprovechar la coyuntura para irme un poco de farra, con tan mala fortuna que me metí de lleno el lunes pasado en un catarro monumental de los míos…

Que conste que no he desperdiciado el tiempo (otro día os cuento en qué lo he invertido), pero cuando parecía salir de mi particular atolladero, quien dice anteayer, me veo a Kimi poniéndole en su sitio a Boullier y recordé que había por aquí un tipo que habló hace algunos días de ello, y me digo: Jose, has llegado a ese punto en la vida en que las cosas comienzan a repetirse y por ello son de sobra conocidas y predecibles. Como no espabiles, estás perdido…

Vale, nos ponemos en Japón este próximo domingo, en el mismo lugar donde Alonso le metió a Schumacher un adelantamiento de los que hacen historia, en la 130R (2005), pero tenemos todos el alma en vilo, yo el primero, por lo que parece venírsenos encima, cuando lo sensato sería que nos sentáramos a disfrutar de lo poco o mucho que tenemos, poniendo la mirada y la razón en uno de esos maravillosos jardines de piedras, roca y verde japonenes, como el de la foto de más arriba, para intentar descubrir que lo divertido de esta puñetera vida es discutir sobre si es Source o (¿u?) Eau Rouge, con alguien a quien puedes mirar realmente a los ojos.

Mañana me toca vérmelas con Lucio en plena calificación, y Fernando tiene que meterse en la pole o colocarse segundo, so pena de que tenga yo que buscarme alguna excusa para agarrarme a un clavo ardiendo de cara al domingo, viéndome en la obligación de abandonar el Novelty con el rabo entre las piernas.

Se han acabado los novillos por mi parte, lo prometo. Toca hincar los codos del optimismo con la alegría puesta a la espalda de saber que lo que estoy haciendo lo hago por pura convicción, porque creo, porque quiero seguir creyendo y disfrutando, y porque mientras escucho a Sinatra cantando la canción que presta título a esta entrada, siento en toda su intensidad que la vida hay que bebérsela tal cual llega, tomándosela un poco a chufla, descontextualizada, como hace Ferran Adrià con las lechugas de El Bulli, porque en caso contrario puede pasarnos una dura factura que en ningún caso mereceremos.

Mañana vuelvo a clase. En serio.