Hacía mucho tiempo que no me metía con nuestro vigente campeón del mundo, de hecho creo que le hincaba el diente por última vez allá cuando la temporada pasada había terminado. En todo este tiempo me he ceñido escrupulosamente a la declaración de intenciones que hice también en su día, cuando lo inevitable se convirtió en hecho irrefutable, y es que los campeones del mundo me inspiran mucho respeto aunque sus cualidades no justifiquen la corona que llevan sobre la cabeza.
Obviamente, Lewis es un caso extremo, para lo bueno y para lo malo, y a pesar de que una de las primeras entradas de este blog ya auguraba que acabaría siendo un juguete roto en cuanto dejara de ser rentable para los intereses que se empeñaban en levantarlo sobre lo divino y humano, no me las prometía tan felices como para sospechar que el momento habría de llegar tan pronto.
Dicho esto, el hijo de Anthony Hamilton ha tenido un comienzo de temporada 2009 bastante mediocre. Aparte de un par de destellos en las carreras iniciales que parecían preludiar un cambio de comportamiento que podía significar el alcance de cierto grado de madurez, poco a poco el piloto británico ha vuelto a las andadas, y no me refiero a la fea costumbre que tiene de mentir descaradamente cuando le vienen mal dadas, que también, sino a ese exceso de testosterona que le obliga a hacer el idiota por demostrar lo machote que es cuando no hace puñetera falta. No podemos olvidar, desde luego, que en este afloramiento de sus malos hábitos ha tenido mucho que ver el cambio de actitud de la prensa inglesa —que ahora ha puesto sus ojos en Jenson Button y sólo tiene para Lewis grandes dosis de vinagre—, y las ramplonas prestaciones del MP4/24. Vamos, que el chaval lo lleva crudo en todos los sentidos porque ambas circunstancias tienen difícil solución a corto y medio plazo.
Y llegamos a Mónaco, su circuito fetiche (al menos eso dice), el lugar donde montó la de San Quintín contra Fernando y contra McLaren, en 2007, y donde el año pasado ganó bajo la lluvia por una concatenación de situaciones favorables… Y llegamos a Mónaco, repito, y el hijo de Anthony Hamilton quería reivindicarse como sabe, o mejor dicho, como creía saber. Y su monoplaza salía a todo trapo de Casino para encarar Mirabeau, y se estrellaba rompiendo la suspensión trasera derecha, poniendo fin a su calificación.
Y aquí viene lo gracioso, porque se disputaba la Q1 y el coche de este año no es el mismo del año pasado, y Lewis, si tuviera un poco más de seso y un poco menos de pelotas, debería haber entendido que ni era el momento adecuado ni disponía de la herramienta idónea para salir ileso de un trance semejante, pero es el hijo de Anthony Hamilton, lleva la corona de campeón mundial sobre el casco, el número 1 sobre el morro de su vehículo, y está a un mundo de su compatriota Button…
Demasiada presión, me parece, para un tipo al que todavía le faltan algunos hervores.
4 comentarios:
Me quedo sin cosas que añadir.
LH creo que tiene más que demostrado que sabe conducir buenos coches, pero no está a la altura de otros, que sacan petroleo de coches mediocres. Y la cabeza nunca fue su fuerte. Dale una carrera donde sus manos y su coche le hayan situado en la pole, y ha demostrado que sabe pisar el acelerador, pero no le pidas que piense, que ha demostrado en multitud de ocasiones, tantas como se le han ofrecido, que eso no es para él. Lo suyo es marcar territorio, y cuando su coche no lo permite, no sabe verlo, leer la situación, y quiere actuar como si su coche (y los demás) fuesen los de los dos ultimos años. Como si eso, desearlo, bastase para conseguirlo. Y la cosa acaba como ha de acabar: en desastre. ¡¡Que diferencia con otros campeones recientes. Los de los ultimos 10 años, por ejemplo.
Saludos
LH: "No sé en qué estaba pensando" ...vale, hasta ahí bien, "fallos así te hacen más fuerte..." MEC, MEC !!!: "cagada".
Este chico, como le pasó al Nano en 2008, tendrá que pasar su "Nurburgring" particular y crecer, crecer y madurar mucho.
No obstante, Jose, en lo que va de temporada ha hecho un par de remontadas y actuaciones bastante buenas y, desde el episodio de Pinocho, está ajustándose a un perfil "bajo" en los medios, al menos es de agradecer que cierre la boquita un poco...Le vendrá muy bien una cura de humildad que le haga pisar el suelo.
Echad un ojo al artículo de hoy de The Times: "Comeback kid leaves Lewis Hamilton to skulk out of townes" un poco cruel cómo hablan del estoico, resuelto y humilde Button en comparación con el malhumorado y enfurruñado Lewis...
¿El rey ha muerto, viva el rey?
Un besote,Jose.
Cuando se han acabado las rentas de 10 anos de trabajo y la pusta apunto y telemetrías de un tal Alonso, ha demostrado de qué pasta está hecho y la verdad, sólo los ingleses no se lo creían. El problema anadido es que Button está clavándolo pero yo me pregunto que habría pasado si tampoco Button hubiera estado donde está. Le habrían crucificado igual?
Jose, me encanta ver los coches por debajo, es impresionante lo que no se ve del alerón delantero en una vista normal.
Saludos desde la orilla del Meno
Sólo añadir un cosa. Precisamente lo que ha hecho Hamilton en clasificación es una de las muchísimas diferencias entre él y Alonso, como campeones del mundo, y es saber cuándo arriesgar. Alonso es muy regular y así se consiguen puntos. A veces arriesga pero tiene ese punto medio de conservadurismo, a mi juicio necesario en todo campeón del mundo que quiere repetir corona.
Salu2
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