Tal vez estamos malacostumbrados a que Bottas haga de Robin de un superhéroe, o a que el segundo asiento de Red Bull no se ajuste ni a Kvyat, ni a Gasly, ni a Albon, ni ahora a Pérez, y el caso es que uno piensa que la vida ahí dentro siempre es así, desigual, y aparece un tal Esteban Ocon y nos rompe los esquemas y le jode las estadísticas a Fernando y a alguno le está suponiendo idéntico dolor a como si le estuvieran pisando una callosidad del pie...
Ocon no ha sido de mis preferidos aunque, en 2017, le apodé «Banchi» por otro Esteban muy querido para mi, y bueno, con vuestro permiso estoy cambiando de opinión.
Me gustan las historias densas con entresijos y vericuetos en los que el autor no llama estúpido al lector tomándole de la mano, donde los protagonistas esconden cartas, crecen por separado o juntos, se separan, se encuentran, se odian y se aman, se miden en la distancia y al final se van a tomar unas copas porque todo iba de eso...
Mirándolo bien tan sólo han trascurrido cuatro carreras y puesto que mi fe en el asturiano sigue intacta, imagino que tardaremos poco en comprobar que de todo esto va a salir algo bueno: un tándem potente con dos identidades distintas conduciendo un mismo monoplaza, y es que la prioridad en este instante es que Enstone mejore y consolide el A521, el resto es totalmente secundario aunque cope tituares de prensa y conversaciones en redes sociales.
Pasad buena noche. Os leo.
1 comentario:
A mí siempre me ha gustado Ocón, incluso me pareció mejor que Pérez en Force India (siento discrepar contigo, Josete). Pero el año pasado Ricciardo se lo pasó por la piedra: era el novato y venía con un año sabático (Alonso viene con dos). Se está viendo con todos los "nuevos": Alonso, Ricciardo, Vettel, Sáinz, Tsunoda, Schumacher y Mazepin, van a necesitar toda la temporada para ponerse al día. Igual me equivoco, pero a quien veo con más posibilidades de superar a su compañero es Sáinz, que en nada ya cuenta cuatro escuderías y, me temo, le espera una quinta (el apellido Schumacher va a proporcionar mucho dinerillo y atención a la del cavallino).
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