Llevo encima otra de esas semanas de casi me mato y lo malo es que empiezo a acostumbrarme. ¡No, eso nunca! me dice mi ángel de la guarda, pero cuando los errores se multiplican y hay que desandar lo andado y comenzar de nuevo, y los párpados buscan cerrarse, mi demonio interior sale del armario, me pica con su tridente en la barriga, y me suelta: ¡ves, gañán, te avisé que ya no tienes veinte años...!
La mayoría de barrotes que cierran nuestras celdas la ponemos nosotros. Bastaría imaginar que no existen para que se disuelvan en el aire y los atravesemos, pero no como hacía el Brigadier General Dean Hopgood en Los hombres que miraban fíjamente a las cabras (The Men Who Stare at Goats), que está visto que lo suyo no funcionaba con las paredes, sino a la manera en que Lyn Cassady disolvía nubes o tumbaba animales. ¡Somos Jedi, Bob. No peleamos con armas, peleamos con nuestras mentes!, ¿lo recordáis?
No sé qué demontres ando escribiendo (más) a estas horas de viernes 14 de junio. Seguramente lo que siempre: tratar de encontrar el puntito de equilibrio que a menudo echo a faltar...
Anda el mundo bastante idiota. La gente continúa insistiendo en que los buenos aficionados son los que pisan circuito, pero a mí me basta con sentir como mariposas aleteando en el estómago a pocas horas de que comience un nuevo Le Mans. Sé a qué se debe y, también, que hace tiempo que no percibo la misma sensación ante una carrera de Fórmula 1.
Desde luego no voy a entrar en el juego de intentar definir qué disciplina es mejor o peor, o cuál de ellas es más predecible. Lo que tengo claro es que en Resistencia no hay nada dicho hasta el banderazo final y que para saber cómo queda el Súpercampeonato WEC 2018/19, habrá que esperar hasta las 15:00 horas del domingo. Ése es el abismo repleto de incertidumbre que hay que superar e, imagino, que por eso es lo de las mariposas que revolotean en mi estómago.
¡Somos Jedi, Bob. No peleamos con armas, peleamos con nuestras mentes...!
Os leo.
Anda el mundo bastante idiota. La gente continúa insistiendo en que los buenos aficionados son los que pisan circuito, pero a mí me basta con sentir como mariposas aleteando en el estómago a pocas horas de que comience un nuevo Le Mans. Sé a qué se debe y, también, que hace tiempo que no percibo la misma sensación ante una carrera de Fórmula 1.
Desde luego no voy a entrar en el juego de intentar definir qué disciplina es mejor o peor, o cuál de ellas es más predecible. Lo que tengo claro es que en Resistencia no hay nada dicho hasta el banderazo final y que para saber cómo queda el Súpercampeonato WEC 2018/19, habrá que esperar hasta las 15:00 horas del domingo. Ése es el abismo repleto de incertidumbre que hay que superar e, imagino, que por eso es lo de las mariposas que revolotean en mi estómago.
¡Somos Jedi, Bob. No peleamos con armas, peleamos con nuestras mentes...!
Os leo.
5 comentarios:
El año pasado asistí a las 24h por segunda vez y he de decir a cualquiera que le gusten "los coches", que no se arrepentirá, el ambiente tranquilo, la mística, la libertad de movimientos en el circuito, la cercanía respecto de los coches, la noche, el circuito de otra época... Para mí un experiencia única y difícil de encontrar en el automovilismo moderno de élite (salvo los Rallys quizás, por ahora...)
Para abrir boca por aqui dejo esta auténtica obra de arte que nos dejó el Nano el año pasado, esto si que es Hammertime, bestial!!: https://www.youtube.com/watch?v=61LmFVfOBt0&fbclid=IwAR00GCNQrhp-vg-YCFEPyiRnP-26jT8Piw5W3wUua1ySWgJ3uoj5AxXRRKE
Apuesto doble contra sencillo a que los de siempre dirán que el campeonato estaba apañao desde el principio.
Posfale. Al menos, campeonatos entre dos coches, el de Asturias no ha perdido ninguno.
Hola,
Yo creo que los buenos aficionados deberían tener también su Triple Corona (o Penta, Deca o lo que fuera...) Hay algunas pruebas míticas a las que, como los gallegos a San Andrés de Teixido, deberíamos ir al menos una vez en la vida.
Yo estuve en el "Mónaco Español", el infame Circuit de Valencia, en el 2009 viendo abandonar a Alonso a las pocas vueltas, y llorar a Rubens en el podio. Viví tres años a tiro de piedra del circuito de Jerez, y mamé el ambiente del GP (no le hago ascos a las cuatro o a las dos ruedas, de las que me apasionan tanto las movidas por combustión como por pedales), me ví el estreno del Nano con el infausto McHonda en directo. He paseado por Montjuic, Alcañiz, Zanvort o Laguna Seca, incluso sin carreras. He conducido, que no pilotado, en el Jarama. Ví a Sainz Sr. con el Sierra y el Toyota en los tramos iluminados del Valeo. He escuchado el eco del Ferrari Dino propulsando el Stratos de Munari en Peña Cabarga y disfruto como un cochino en el GP de La Bañeza. Acudo con mi prole a tragar el polvo de las cunetas de los rallys cercanos a casa, y atesoro una modesta colección de prensa en la que se mezclan las pruebas de Arturo de Andrés, las crónicas de Javier Arce, los comentarios de Blancaflor y los viajes de Rizos Muñoz o Javier "el malo" Bueno con las fotos de Joan Aymaní o Esteban Delgado. La Fórmula 1 no la veo en la tele desde que hay que pasar por caja, como tampoco Moto GP, pero, como cuando era niño, estoy deseando que llegue el martes para leer la carrera por escrito. No sé si acumulo méritos para el carnet de buen aficionado, la verdad es que me preocupa poco.
Tengo claro que tengo mi "Triple Corona" que cumplir, y las 24h y Le Mans forma parte de ella, como el tramo de Fafe, o como tomarme un café en La Rascasse, que podría permutar por una entrada con vistas a Eau Rouge. Y yo también siento hoy esas mariposas, de hecho, he decidido estrenar mi camiseta de las 24 de Le Mans de 1959 que comercializa una de esas franquicias que nos uniforman.
Salu2!
Buenas noches ;)
Anónimo ;) Le Mans es una de mis asignaturas más pendientes. Tengo apalabrado con mi sobrino William que en cuanto tengamos ocasión nos hacemos juntos la ruta de los clásicos europeos: Mónaco, Spa-Francorchamps, Monza, Nürburgring si se mantiene en el WTCR, y por supuesto las 24 Horas… Si este Nürbu sigue vivo entonces, daré buena cuenta de esa aventura ;)
Jorge ;) ¡¡Qué relevo!! Mil gracias por compartir ;)
Anónimo ;) Estamos a sábado por la noche y llevan toda la tarde con la misma turrada… No cambian, son más simples que el mecanismo de un chupete :P
Matador ;) A mí me hace mucha gracia todo esto de los buenos y malos aficionados. Hay gente que se pasa media vida ahorrando para hacer un viaje a Egipto, que ha estudiado y sabe de egiptología la órdiga, y no me desmerece nada, es más, me parece asombrosamente alucinante lo que hace él y toda la peña que sigue una actividad o un deporte y sueña con cumplir sus sueños.
Lo de los repartecarnés es para hacérselo mirar, Matador ;)
Abrazote grande
Jose
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