Guardo esponjas con las que enjuagarme en noches como la de hoy, en las que apenas cabe nada que decir pero en las que hay también, aullidos de manada que atender.
Nacho permanece postrado en la cama de un hospital buscando tal vez un culpable al que agarrarse para entender cuán de pesado e insoportable puede llegar a ser todo y a mí, me están tatuando un dolor en cada rodilla y un anagrama indescifrable bajo la clavícula derecha. Mis plumas se llenan de energía mientras me visten de señuelo...
Dejé de fumar el lunes pasado. No bebo alcohol, pero a estas horas estoy pecando.
En realidad, peco siempre porque nunca suele haber respuestas. Pierdo seguidores en Twitter conforme soy más y más sincero, por ejemplo, pero lo que sucede en mi espalda no admite treguas ni rendiciones, así que muchas veces caigo en la retórica de hacerme preguntas que no puedo responder.
Si el año pasado, en verano, proclamaba que nos iban a partir la cara a cuenta de lo de Fernando y también lo mío, para qué voy a mentirte, hoy soy consciente de que mis ganas de vivir son más grandes que el dolor que siento cuando puedo certificar que me la están partiendo, tal cual predije. No había que ser muy listo, la verdad, la balanza tiene el fiel descompensado y toca pensar en hombres que queriendo pilotar un Buchón, aceptaron que su puesto era facilitar que otros cumplieran su sueño de forma vicaria, o en panaderos que se convirtieron en artistas a golpe de riñón y quitar horas al sueño.
Mis alas son las tuyas, compañero. Deja de martirizarte y lucha por reponerte con todo lo que tienes, porque del Macallan 12 años me ocupo yo. Y brindaremos juntos con él cuando baje a Madrid por los tiempos que jamás han de volver y por esa vida que nos espera a los dos, repleta de acertijos e interrogantes sin solución, en la que no hace falta distinguir luces y sombras para que la podamos beber a sorbos sin que resulte extraño, que en un momento dado, hoy mismo, un bloguero que escribe sobre Fórmula 1 prefiera hablar de arcángeles con un amigo en vez de sobre los entrenamientos de pretemporada.
Tú me entiendes, Nacho. Tus críos y esa mierda a la que el sargento Highway le cantaría las cuarenta. Y entre ellos y tú y yo, y la posibilidad de que el cascarrabias nos patee el culo, nos queda a ambos saber que siempre hay algo por lo que luchar aunque a primera vista no lo encontremos. Mira, no hice la mili pero no estoy para perder a nadie más ni siquiera por agotamiento. Nuestras botas seguirán siendo las últimas que abandonen el suelo al subir al helicóptero, sencilla y precisamente, porque eso es lo que nos enseñaron a hacer.
Te leo.
7 comentarios:
Hersmoso.
Hermoso, quería icir...
Vi esa peli. Promesas del Este. Alguna vez me he cruzado con Viggo Mortensen por Madrid y fui vecino de su actual novia, Ariadna Gil, que vivía en el portal contiguo al mío en Malasaña con su anterior marido, o lo que fuera.
Siempre me ha gustado como actor.
Me preocupa tanto silencio. ¿Pasó algo?
Buenas tardes, Héctor ;)
Todo bien. Mi madre lleva de aquella manera la muerte de mi hermano y he aprovechado estos días para cuidarla y comenzar a corregir el libro porque lo que leo por ahí sobre F1, me produce arcadas.
En un ratito abandonamos el box de nuevo y tomamos contacto con el asfalto ;)
Un abrazote ;)
Jose
Un abrazo
No sabía nada. También hoy es el aniversario de la muerte de un hermano mío. Mis condolencias, Jose.
Un abrazo muy muy fuerte.
yo también me empezaba a preocupar ;)
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