En la actualidad que nos toca vivir, hay cierto empeño en enfocar las cosas bajo el prisma más oscuro posible. Si en economía y política tenemos lo que tenemos gracias a que uno tiene que decir basta ante la cantidad abrumadora de cosas serias que al parecer nos afectan y que me animaría a decir que son incomprensibles incluso para los que dicen manejanarlas con soltura; en la F1, que no puede permanecer ajena a este tipo de sinergias porque no deja de ser un enorme negocio disfrazado de deporte, de un tiempo a esta parte están aflorando una serie de figuras que tratan por todos los medios de complicar lo cotidiano con la intención de que el aficionado de a pie termine por tirar la toalla.
No está mal este empeño por separar la realidad de la siempre molesta plebe. No está mal, tampoco, que los gurúes pretendan dejar de hablar con la portera o el jardinero por aquello de no tener que dar demasiadas explicaciones, no sea que al final se les acabe viendo el plumero de que lo que realmente atesoran no son conocimientos arcanos, sino un profundo miedo a abandonar el púlpito desde el cual se asoman, porque es allí donde se sienten cómodos y seguros.
Lo que esta mal es dar la vuelta al calcetín, mirar para otro lado para afirmar que es allí donde está el secreto, cuando éste se se pone en pelota picada cada domingo de Gran Premio ante miles de espectadores que no tienen por qué precisamente ser tontos ni molestos.
Lo que esta mal es dar la vuelta al calcetín, mirar para otro lado para afirmar que es allí donde está el secreto, cuando éste se se pone en pelota picada cada domingo de Gran Premio ante miles de espectadores que no tienen por qué precisamente ser tontos ni molestos.
No sé a vosotros, pero a mí me cansa tato esfuerzo.
La F1 es un universo complejo, nadie lo pone en duda, pero espero que podamos coincidir en que al menos lo es tanto como un móvil, un tablet o un ordenador, instrumentos endemoniados que no precisan de un máster para ser utilizados.
Que sí, que está bien que sepamos algo de aerodinámica y de mecánica, al menos para saber para qué sirven las ruedas que llevan los monoplazas. También conviene conocer algo del ruido que se mueve en el paddock, y por supuesto cuánta cantidad de porquería pueden ocultar sus alfombras, pero entedámonos, todo esto y lo anterior, y otras cosas que me dejo en el tintero, no resultan imprescindibles para disfrutar de una carrera ni de un campeonato.
Mal que quieran los empeñados en que lo veamos de otra manera, esto de la F1 es una pirámide en cuya base están los aficionados sin importar si son expertos o profanos, y cuantos más haya, más seguridad habrá de que el tingaldo no se venga abajo.
En este sentido, lo lógico sería aplaudir la sencillez en la exposición de contenidos, democratizar la información técnica y deportiva para mejorar la experiencia, dejarnos de tonterías y de mirarnos el ombligo, en una palabra, para que la superficie que toca el suelo sea lo más amplia posible, ya que de seguir por el camino contrario, me temo, al final dispondremos de un magnífico ejército compuesto por serviles, cómodos y silenciosos soldados de terracota, que no podrán soportar sobre sus espaldas ni un gramo más del tedioso mundillo que se les está ofreciendo, porque sencillamente buscaban divertirse y está visto que han vivido por encima de sus posibilidades.
En este sentido, lo lógico sería aplaudir la sencillez en la exposición de contenidos, democratizar la información técnica y deportiva para mejorar la experiencia, dejarnos de tonterías y de mirarnos el ombligo, en una palabra, para que la superficie que toca el suelo sea lo más amplia posible, ya que de seguir por el camino contrario, me temo, al final dispondremos de un magnífico ejército compuesto por serviles, cómodos y silenciosos soldados de terracota, que no podrán soportar sobre sus espaldas ni un gramo más del tedioso mundillo que se les está ofreciendo, porque sencillamente buscaban divertirse y está visto que han vivido por encima de sus posibilidades.
8 comentarios:
Muy interesante reflexión que bien pudiera aplicarse a cualquier ambito de nuestras vidas, en donde esté implicado el uso de alguna tecnologia, cada vez mas intensiva. Pero la vida no es tan simple, como deseariamos que fuese. "Lamentablemente" hemos ido avanzando como civilizacion a una velocidad impensable para nuestros abuelos, incluso nuestros padres. Es el precio del pensamiento avanzado y cada vez mas exigente, con la determinacion de querer hacer las cosas mejores cada dia, y ello no viene gratis, requiere de las mejores mentes y recursos para avanzar en el sentido positivo; y al final todo se nos ha hecho mas complejo. En esta era se acabo la ingenuidad. Hacer del espectaculo de la F1, musica, fotografía o video, redes sciales, ordenadores una difusion de informacion simple y facil de digerir se va haciendo cada vez mas dificil, pues la especializacion nos empuja. El reto es hacerlo tan simple como se pueda para que atraiga un publico, pero una vez que te adenteas en el no hay marcha atras, o vas a la velocidad de la corriente o racionalmente te pones a un lado y listo. Se acabo la poesía?
Estoy completamente seguro que no hay que ser un geek para disfrutar de algo con pasión, pero hay que saber llegar a un punto determinado para comprender medianamente lo que significa cada hecho que estamos viendo/viviendo. Ante lo que nos planteas siempre suelo utilizar el símil del cine: He visto más de 5.000 películas en mi vida y disfrutado de gran cantidad de ellas, pero nunca he profundizado en el aprendizaje técnico de este maravilloso arte. ¿Puede un experto o un crítico cinematográfico hasta el límite del freakismo disfrutar más que yo de determinadas películas? ¿se puede medir el disfrute de algo?. ¿Necesitamos saber hasta de qué material está hecho el último tornillo de un monoplaza o el reglamento de la F1 al dedillo para pasar unas divertidas horas de carreras cada quince días?. Y eso afirmando que hace falta un conocimiento mínimo para comprender este deporte. Mi experiencia me ha confirmado varias veces que un no iniciado no saca rendimiento a lo que está viendo;en general le aburre. Siempre he defendido el papel del supercriticado Lobato (por parte de los seguidores digamos más acérrimos de este deporte en España), enfocado en enseñar de qué va esto de forma sencilla a una audiencia masiva (recordad la que alcanzó en número hace unos años en otras cadenas) para no complicar las cosas a quien solo quería pasar un rato del día disfrutando de este bello deporte (o negocio)y liberar tensiones de la semana, sin más pretensiones. Obviamente se muestra parcial, pero ¿es que nunca habeis visto un partido de cualquier selección española de lo que sea?.Yo disfruto más con el ámbito humano que con el tecnológico de este deporte tan tecnológico. Orroe, menudo jugo que tiene la entrada de hoy. No te desanimes nunca: Te leeremos siempre.Felicidades (tambien por el 2-4).
Uys compañero, no estas cayendo en el mismo error que los snobs que siguen la F1 desde que Bernie tomo la comunión?
Creo que hay mil motivos para que te guste un deporte, una película o una obra de teatro, y ninguna de ellas es mas lícita o mas fundamentada que otra.
Por formación me gusta la tecnología, por haber sido deportista me gusta la competición, y cuando te leo me gusta la épica y la pasión que le das a cada enfoque distinto al periodístico, que no me suele gustar.
Todo producto tiene su mercado, su target, y la empresa F1 que vende un producto llamado GP, tiene el suyo. Todos los enfoques que le demos (tecnológico, deportivo...) son válidos mientras el producto se venda.
Si, ya se que esto ha dejado de ser, o de parecer, un deporte, pero lo mismo pasa con el futbol y nadie se rasga las vestiduras por eso.
Un abrazo
A las buenas tardes.
@Meccanike ;) Independientemente de que estoy de acuerdo con el grueso de tu exposición, creo que estamos asistiendo a un fenómeno «excluyente», de frikísimo puro y duro, y me explico ;)
Con el ejemplo de la pirámide cero que queda claro que hay lugar para todo el mundo, desde el tipo que disfruta porque sí, al que le pide más a todo esto, y al que sabe desenvolverse en las entrañas por sus amplios conocimientos… Dicho esto, lo que trataba de señalar con el dedo es que de un tiempo a esta parte está una actitud demasiado elitista para mi gusto.
Por ello pienso que si triunfa, la parte baja de la pirámide abandonará el seguimiento del deporte como los espectadores las gradas ;)
Gring ;) XDDD También de acuerdo al 100%, por ello he procurado, siempre desde mis posibilidades, acercar este deporte a quien sea, fundamentalmente explicándolo con palabras a veces demasiado sencillas :P
Tadeo ;) No jodas!!! XDDDDD No, hombre, no, más bien diría que he tirado contra los snobs :P
Como decía más arriba, hay sitio para todas las formas de vivir la F1. En sentido estricto hay muchos targets diferentes dentro del mismo mercado, pero lo que no puede ser es que los que tienen el deber y la obligación de mantenerlo, porque entre otras cosas viven de ello, estén tirando por la senda del secretísimo o las rarezas apoyados por un movimiento absolutamente friki que trata de despegarse como sea de los recién llegados.
Yo diría que hay que hacer diferentes tipos de pedagogía y no sólo una, por una simple necesidad de estirar el business todo lo que se pueda.
Y el símil del fútbol me viene de perlas, porque a pesar de los pesares, es más permisivo con los que simplemente lo disfrutan, o al menos me lo parece ;)
Un abrazote
Jose
Me explico mejor porque escribir desde una BB no es lo mismo que desde un pc.
Lo que han hecho los de la comunión de Bernie ha sido posicionarse contra los lobateros. Si nos posicionamos contra ellos, cosa que yo he hecho en múltiples ocasiones, estamos creando el grupo que ellos quieren crear.
Asi que es mejor dejarles ir y que sean ellos los que se aislen si así lo desean. Esas presuntas elites son tan falsas como los malos ingenieros o los malos medicos, siempre te piden que les hables de usted.
Saludos
... a algunos incluso les oí, y leí, pedir que hicieran aquí como con los ingleses, emisión de pago, la mejor forma de librarse de toda esa masa que solo es inculta porque no comparte sus sabias y arcanas opiniones.
Economía explicada con sencillez, (para sus usuarios, vamos):
- La sección “no le digas a mi madre que trabajo en bolsa” del programa “no es un día cualquiera” de RNE, por Paco Álvarez.
- La sección “economía para torpes” los martes en el programa “asuntos propios” de RNE, por Antonio Baños.
(Por ejemplo esta semana explicaban como NOS HAN ROBADO el “Fondo de Garantía de Depósitos.” Cuidado a quien dejáis vuestro dinero.)
¡Saludos al anfitrión y a los invitados!
Completamente de acuerdo.
A veces pienso que hay un sector de los "de siempre", los que veían F1 hace 15 años, 20...que no perdonan dejar de ser de "la élite" de los "rara avis". Disfrutaban con este deporte cuando además era complicado ver retrasnmisiones, leer revistas especializadas, compartir afición...eran la creme de la creme y ahora, de repente todos hablamos de F1, todo queda al alcance de todos, se ha extendido y "vulgarizado" y éso, en cierto modo les "roba" protagonismo, les iguala por abajo. Somos advenedizos que les rebaten, leen historia, técnica, tenemos entusiasmo,...y ellos, sufren el síndrome del "príncipe destronado", de dejar de ser del selecto y exquisito grupo de los que hablan desde el púlpito, porque ya no tienen ningún secreto, por tanto, hay que seguir alimentando el oscurantismo y la falta de claridad, para mantener el selcto grupo de los que "llegaron antes".
Un besote
Buenas noches.
en octubre de 1981 cumplí 10 años, entre otras muchas cosas recuerdo ese año porque empezaron a retransmitir las carreras de Fórmula 1 en directo.
La primer carrera de F1 que vi quedé obnubilado por un coche blanco y azul que respondía al nombre de BT49C y tenía una publi de Parmalat en el lateral, lo conducía un brasileño de nombre Nelson Piquet, que de ahí en más (por todo ese año y los 2 siguientes) se transformaría en mi ídolo absoluto.
Al año siguiente (1982) vería en todos los noticieros como un valiente del volante trocaba su vida por un lugar en el panteón de las leyendas.
Festejé con gritos las victorias de Piquet, de Senna, de Hakinnen, me indigné hasta el absurdo con el campeonato de Schumacher de 1994, festejé el de Hill, el de Villeneuve (aunque solo fuera por la memoria de su padre)
Maldije el de Alonso de 2005 porque lo perdió el mal auto de Kimi, y tiré petardos en 2006 por que el genio de Asturias le ganó al Kaiser, Festejé de nuevo en 2007 por que Kimi se llevó lo que venía mereciendo desde 2003, lloré con Massa en 2008, me alegré por Button en 2009, maldije a Petrov en 2010 y quebré una lanza por Vettel en 2011, en todos esos años leí muchísimas cosas sobre coches, sobre aerodinámica, sobre gomas, sobre flujos, subviraciones y sobreviraciones,
y nunca, jamás se me ocurrió pensar que mis pobres conocimientos hacían la diferencia de nada. Hoy soy arquitecto, y las carreras de coches me gustan casi por que sí, y así como no le exijo a un cliente que sepa por que una pieza de hormigón flexa donde debe flexar (y ahí lleva el hierro) para que le guste su casa, no permito que cualquiera me exija que sepa donde va más ala para que disfrute de las carreras, o si tal goma hace tal preformance, o si tal reglaje es de lluvia. Disfruto lo que veo por la tele, ya cargaré de significados tal o cual maniobra o retransmisión de radio, no lo hagan por mí ya que no es justo.
Un saludo José
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