De aquellos lodos [Bélgica]

Permitidme que pase un poco de la bochornosa hipocresía de Red Bull, que lleva todo el año pasado y parte de éste poniéndonos las orejas como platos a cuenta de la igualdad entre sus pilotos, para mostrarse incapaz de dar a Mark Webber un miserable minuto de gloria. Y dejadme, de paso, que anuncie a bombo y platillos que la etapa de las conspiraciones 2011 (el año que viene habrá más, como si lo viera), ha concluido sobre el único circuito del calendario que a mi humilde modo de ver merece llamarse así, tal vez porque los retoques que se han hecho a su trazado son los más inteligentes y respetuosos que se han visto en años y años de obligados remozos en favor del espectáculo.

Dicho esto, la cosa de los tifosi se nos ha puesto muy cuesta arriba, para qué negarlo. Como dije en su momento, Spa me suponía la frontera natural entre la esperanza y la claudicación en mis aspiraciones, y hoy Red Bull ha ganado porque tocaba que Mclaren y Ferrari no estuvieran entonados, y así no hay manera, nos pongamos como nos pongamos.

Lewis se nos iba al pozo y Fernando mordía el polvo de mala manera, pero nos quedaba Jenson, y por mucho que haya quien siga diciendo que el británico no tiene lo que hay que tener para ser un piloto al que recordar, hoy ha vuelto a demostrar que sabe leer las carreras como nadie, que tiene velocidad punta y resortes, y recursos para seguir pescando donde los demás hacen aguas. Cuida la mecánica y las gomas... ¡Coño, si termina las pruebas casi sin despeinarse!

Y hablando de pelos. Al que se le han tenido que poner como escarpias ha sido a Boullier. Menos mal que el francés dijo que en lo de apear a Heidfeld y sustituirlo por Senna no tenía nada que ver el asunto pecuniario, porque el brasileño ha demostrado, apenas a unos metros de la salida (el mismo espacio que ha durado entero Jaime), que todavía está a falta de algunos hervores y que no se encuentra en disposición de cumplir muchas expectativas que digamos.

En fin, al mal tiempo buena cara, que diría aquél. Mis felicitaciones a los que ya lo decían, pero que conste que como buen optimista sigo teniendo unos cuantos recursos a mano para continuar difrutando hasta que termine definitivamente todo. Sin ir más lejos, me quedan algunas velas negras, mi llamador de lluvia, y por supuesto la Virgen de Covadonga. ¡Veré lo que hago con todo ello!

Mañana me explayo sobre el Kaiser (glorioso aunque sobraba el adelantamiento a Rosberg), sobre las otras menudencias que nos ha regalado este maravilloso G.P. de Bélgica, incluso sobre los lodos que han originado estos barros a los que honestamente no se pueden llamar F1. Y cómo no, también sobre Fernando, porque se ha dejado los cuernos intentándolo.

Os leo.