Una hortaliza acaba de poner patas arriba el mundo en que vivimos. Hasta hace nada, el pepino me gustaba desde solo hasta en ensalada, hoy me gusta mucho más porque acaba de levantar las faldas de los feos trapicheos supranacionales en que nos movemos, lo que me lleva incluso, a pensar que la idea de hacer un circuito en Patras no es tan descabellada como nos la vendieron, total, la culpa siempre la tiene el gobierno...
En fin, serán cosas de esa valkiria germana que como la dejen hará palidecer a la mismísima Thatcher, o asuntos de todo ese mundillo anómalo al que nos hemos acostumbrado porque no hay otro, pero el caso es que las verdades de los que siempre son creídos, así truene, hacen un daño irresponsable, que es cuantificable tanto si hablamos de los frutos de la huerta, de las vacaciones de unos u otros, o de la sensibilidad de los mercados.
Como quien dice hace nada nos rasgábamos las vestiduras a cuenta de lo malherido que andaba el campeonato 2009, y clamábamos a los cielos porque sucediera un milagro... Y el milagro sucedía, mire usted por dónde.
Llegaba Todt a La Place de la Concorde, pero para hacer bueno a Mosley. Charlie sigue ahí y no lo quitan ni con agua caliente, y seguirá como el conejito de Duracell si no lo remedia nadie. Bernie tiene pensado marcharse, por fin, pero a lo peor terminamos echándole de menos. Y la FOTA permanece impertérrita, entretenida discutiendo sobre el tamaño de las migajas que recoge, mientras continúa amagando Dios sabe qué, aunque enfrascada en guerras de lindes, de propiedad de piojos, de memeces, de chusco ver quién la tiene más grande por ganar una apuesta que no lleva a ninguna parte...
Y en el tabernáculo apenas queda nada, salvo ecos de un pasado glorioso que nos nublan la vista hasta impedirnos percibir que nos están engañando como a perfectos bobos, porque los fuegos artificiales de este año son más monos que los del anterior, pero igual de falsos. Nos han birlado El Arca de la Alianza y ni nos hemos dado cuenta, y como bajemos los brazos aún más, por no quedar no quedará ni el Tato para recordar que la competición en F1 era sencillamente otra cosa.
Nos han dicho que este deporte siempre ha sido espectáculo, y en su nombre nos estamos pasando por el arco del triunfo la calidad de las máquinas, la de los pilotos, el valor del arrojo, el de la superación, el de la experiencia, peculiaridades que lo engrandecieron. Nos han dicho que con esto nos basta y sobra, que ya lo hemos encontrado, que porfiarán en proteger lo conseguido, pero yo echo en falta una vulgar hortaliza que delate la farsa, aunque la culpa la tenga el gobierno.
En fin, serán cosas de esa valkiria germana que como la dejen hará palidecer a la mismísima Thatcher, o asuntos de todo ese mundillo anómalo al que nos hemos acostumbrado porque no hay otro, pero el caso es que las verdades de los que siempre son creídos, así truene, hacen un daño irresponsable, que es cuantificable tanto si hablamos de los frutos de la huerta, de las vacaciones de unos u otros, o de la sensibilidad de los mercados.
Como quien dice hace nada nos rasgábamos las vestiduras a cuenta de lo malherido que andaba el campeonato 2009, y clamábamos a los cielos porque sucediera un milagro... Y el milagro sucedía, mire usted por dónde.
Llegaba Todt a La Place de la Concorde, pero para hacer bueno a Mosley. Charlie sigue ahí y no lo quitan ni con agua caliente, y seguirá como el conejito de Duracell si no lo remedia nadie. Bernie tiene pensado marcharse, por fin, pero a lo peor terminamos echándole de menos. Y la FOTA permanece impertérrita, entretenida discutiendo sobre el tamaño de las migajas que recoge, mientras continúa amagando Dios sabe qué, aunque enfrascada en guerras de lindes, de propiedad de piojos, de memeces, de chusco ver quién la tiene más grande por ganar una apuesta que no lleva a ninguna parte...
Y en el tabernáculo apenas queda nada, salvo ecos de un pasado glorioso que nos nublan la vista hasta impedirnos percibir que nos están engañando como a perfectos bobos, porque los fuegos artificiales de este año son más monos que los del anterior, pero igual de falsos. Nos han birlado El Arca de la Alianza y ni nos hemos dado cuenta, y como bajemos los brazos aún más, por no quedar no quedará ni el Tato para recordar que la competición en F1 era sencillamente otra cosa.
Nos han dicho que este deporte siempre ha sido espectáculo, y en su nombre nos estamos pasando por el arco del triunfo la calidad de las máquinas, la de los pilotos, el valor del arrojo, el de la superación, el de la experiencia, peculiaridades que lo engrandecieron. Nos han dicho que con esto nos basta y sobra, que ya lo hemos encontrado, que porfiarán en proteger lo conseguido, pero yo echo en falta una vulgar hortaliza que delate la farsa, aunque la culpa la tenga el gobierno.
6 comentarios:
Grande, Orroe!
saludos ;)
valkiria germana.... ja, ja, ja...
Si es que la f1 es un pequeño mundo, muy parecido, por no decir un fiel reflejo del momento que nos ha tocado vivir.
Un saludo,
Susana
A la walkiria deberían condenarla a introducirle un pepino español rugoso por salva sea la parte.
Respecto al nivel decir que los pilotos han admitido que este año los motores no sufren porque no los llevan al límite ya que este año es primordial cuidar los neumáticos. ¿Hay algo más patético en un deporte que debería ser de velocidad?
XDDD,
Hay cronistas, poetas y poetas guerreros. No digo más XDD
Llevas toda la razón, especialmente en eso de "las verdades de los que siempre son creídos"... tener criterio propio ¿ por qué será tan difícil? :-)
Un besote
Como cantaba otro Todd al comienzo de la película que le dedica Tim Burton:
“En el mundo hay un agujero negro y profundo,
En él moran las alimañas del mundo.
Para la ética no es lugar fecundo,
Y responde al nombre de Londres.
Dominando el agujero hay unos privilegiados,
Que se ríen de las alimañas del zoo de abajo.
Lo que antes era belleza
Ahora es avaricia y pecado.”
¿Habrá que releer a Dickens como novela futurista?
¡Saludos al anfitrión y a los invitados!
Buenas noches.
Martín ;) XDDDDD ¡Gracias!
Susana ;) Por eso me gusta precisamente, por lo semejante que resulta al otro XDDDDD
Arce ;) XDDDDDD Sí lo hay: decir que es el camino correcto y el que hay que seguir. ¡Vomitivo!
Concha ;) Lo he pillado XDDDD Y en cuanto a lo del criterio propio, sospecho que cuesta pero que también es posible si hay auténticas ganas de conseguirlo ;)
J-Car ;) ¡Qué bien nos vendría un Sweeney en esta farsa, y tener a Dickens en la cabecera de la cama! XDDDDD ¡Magnífica referencia! ;)
Un abrazote
Jose
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