No sé dónde ha quedado lo del respeto al rival ni cómo conjugaremos ahora eso de «nunca menosprecies al contrincante porque desmereces lo conseguido por tu ídolo», lo que sí tengo claro es que la prensa anglosajona y sus mamporreros han perdido una bonita oportunidad de materializar con hechos sus palabras y eslóganes para párvulos, y, desde luego, que Max Verstappen está muy por encima del comportamiento de tantos malos perdedores como han salido de sus madrigueras desde el pasado domingo por la tarde.
No era cultura del esfuerzo lo que nos vendían desde Brackley, tampoco era cultura de la excelencia, era ventajismo adornado con papel de regalo y lazo, porque en cuanto las cosas no han salido como estaban programadas, el castillito de naipes se ha venido abajo como golpeado por un miserable soplo de brisa.
Desgraciadamente escribo a diario. No me asusta la actualidad ni busco enmascarar la realidad escribiendo sobre el pasado. Del pretérito me gusta extraer lecciones, nada más, de manera que he apuntado con anterioridad casi todo lo que ha acabado sucediendo.
Admite Toto que quizá no pueda convencer a Lewis para que siga en 2022, pero me pregunto si no ha tenido tiempo el boss de Mercedes AMG para preparar a su piloto para un resultado adverso.
Tenéis todo Nürbu para comprobar lo que nada que he creído sobre las pesadillas recurrentes del líder austriaco, cómo ese juego del gato y el ratón se llevó por delante tal vez el quinto entorchado de Sebastian en 2017, o el poco crédito que he dado a una era híbrida que comenzaba en 2007 y en la que tuvo mucho que ver el cambalache Brawn GP / Mercedes GP.
El título de Max es tan legítimo como el de Lewis en 2008, en el que intervinieron tanto Timo Glock en Interlagos como Nelsinho Piquet en Singapur; el paso por vicaría de Nico Rosberg después de Bélgica 2014, la bajada de perfil del alemán en 2015, su renuncia a continuar tras haberlo logrado en 2016... No hay que ser muy inteligente para saber en qué ha consistido la hegemonía de Mercedes AMG y Lewis Hamilton, de qué iba que a Valtteri Bottas le robaran su victoria en Rusia 2018 por el bien del equipo.
El británico, el GOAT, se ha encontrado con la horma de su zapato en 2021 y ha salido del lance con el rabo entre las piernas. No fue capaz de hacerlo en 2007, ni en 2016, ni lo ha sido ahora, fundamentalmente porque Toto Wolff no es un racer capaz de enfrentarse a su piloto número uno para decirle que la Fórmula 1 es un mundo áspero donde no siempre se gana. Sobre la pataleta también he escrito, pero no importa ahora. Los pupitas, los agraviados, los niñatos, pretenden que adoptemos su discurso, pero seremos profundamente mononeuronales si lo compramos, y no por sus protagonistas, sino porque es una historia falaz que hace agua en todas sus esquinas.
Tenemos Campeón del Mundo y se llama Max Verstappen, y a quien no le guste, que se joda.
Os leo.
5 comentarios:
Y para más INRI, no vamos a la gala de la FIA.
En plan, si no gana siempre Merche nos enfurruñamos. Así que el año que viene ganamos, ¿vale?
Curiosamente, nadie se mete con la FIA por la bochornosa actuación en la primera curva.
Tenedlo muy, muy claro. Clarinete.
Si Wolfito no recurre es porque le han prometido que la próxima temporada volverá a tener su deportiva ventaja de 1 segundo por vuelta, que le permita ganar deportivamente y demostrar que son los mejores de la historia con cambios de reglamento y todo.
Todo por la deportividad.
Por cierto, en un post sobre niñatos hablemos sobre hombres. Sobre, como se dice por aquí, 'ser un paisano'.
Kimi. Fiel a sí mismo hasta el final.
Que bien se metió la ostia. Que bien lo cruzó para quedar romper el coche lo justo en un lugar que no molestase mucho.
Para casita el primero: ni prensa, ni homenajes, ni chuminadas.
¡A la mierda!
Admirar mortales al gran dios Crom, el dios de la mala ordiga.
El gran dios Crom odia los cobardicas, y vio el mierdismo en el corazón de Lewis en su conversación con Bono, como su animo flaqueaba simplemente porque iba a estar cerca su enemigo, y como deseaba el fin de la lucha a pesar de estar por delante y contar con el pepino®.
Sin embargo el gran dios Crom se conmovió por la mala virgen crónica en el corazón de Max y su coraje a toda prueba a lo largo de toda la temporada.
Así que Crom, que solo intervine muy raramente para ayudar a los bravos, decidió confundir el entendimiento de Michael Masi, que preso de un arrebato suicida olvidó a quien sirve y se lanzó a perder su vida (bueno, su puesto de trabajo) reanudando la carrera.
Y esta derrota ha nublado la cordura a Lewis, que ahora vaga en su castillo inventándose conspiraciones y películas de miedo.
Siete campeonatos del mundo lleva Lewis y Mercedes tiene la mejor racha en toda la historia de la F1 en campeonatos consecutivos de marcas. Cuantos pilotos y escuderías no habrían vendido su alma por conseguir no ya la mitad, si no una cuarta parte de lo que atesoran esta dupla.
Perder en el último momento es muy doloroso, pero han de asumir que en parte es debido a su culpa por no jugársela. Por no quedar como los tontos de la película entrando a cambiar ruedas en el safetycar del final por si la prueba terminaba detrás de Maylander, apostaron todo a un color pero salió el contrario.
No sé quién asesora a Hamilton, pero se está equivocando gravemente al seguirle el juego a Toto y no desmarcarse de la postura oficial de su escudería. No creo que abandone la próxima temporada por esta derrota ya que quedaría como un mal perdedor que no se ha merecido los títulos que atesora.
La próxima temporada se barajan las cartas y no creo que a Mercedes le toquen unas muy malas. Tiene el mejor motor y un ejercito de técnicos que no creo que se hayan olvidado de hacer un coche.
Ya se que los colores me pierden, pero la admiración que todo el mundo siente por Fernando Alonso viene más por su actitud en la derrota que por las victorias que ha conseguido (que también cuentan).
Niñatos........cambiaros los pañales y afrontad las adversidades con valentía.
Un saludo de un alonsista.
Todos los grandes han sufrido grandes derrotas y regresaron más fuertes: Alonso, Sainz senior, Jordan, Kobie, Nadal, Federer, Perico, Gasol...
El respeto por estas personalidades a nivel mundial es infinito y unánime.
Jaimito sigue siendo Jaimito 14 años después.
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