Ha muerto Diego Armando y la memoria se me va, supongo que sin querer, a aquella tarde del 24 de septiembre de 1983 en que Andoni Goikoetexea propinaba un hachazo descomunal al héroe azulgrana de las filigranas, la velocidad en el campo y los goles. Aquello supuso un delito de lesa humanidad para la prensa de entonces, ajena a la afición del austral a las drogas y al insano sacudir a sus parejas.
Malo, bueno de película, Dieguito gozaba aquellos días de ese halo de santidad que se arroga a los sobrehumanos, sean negros, morenos o blancos. Goiko se extralimitó. A todas luces lo hizo. El Athletic perdió en el Nou Camp por 4 a 0 y, el de Lanús, aunque herido, salió reforzado del lance porque el tipo de gente al que pertenece se hace fuerte donde otros se ahogan.
Hamilton insiste en ser lo que nunca ha sido, por ejemplo, pero está rodeado de personajes como el del argentino que ocupa estas líneas. A Diego Armando le debo el haber aprendido a querer al diablo, el respeto al enemigo, el haber entendido que el mundo no es perfecto pues hay papeles que valen infinitamente más que aquellos actores que los encarnan. Y se nota el hueco, qué os voy a contar, porque en este mundo plagado de nadas, siguen haciendo falta seres densos, contradictorios, esquivos a la razón, como el monumento que nos ha dejado hace unas horas.
Os leo.
2 comentarios:
https://www.youtube.com/watch?v=ctEfRni9sQQ
"... Yo cometí errores y lo pagué, pero la pelota no... La pelota no se mancha." D.A. Maradona. DEP.
https://www.youtube.com/watch?v=9iDWAEqQM_I
Maradona comenzó a tomar cocaína durante la convalecencia de la lesión que le provocó Goikoetxea, dicho por él mismo. Y Goikoetxea no es que se extralimitara, es que guards en una urna las botas con las que lesionó a un compañero. Eso es ser mala persona.
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