De lo sucedido con Checo Pérez en Emilia-Romagna me quedo con el argumentario escolar que ha sacado el personal a la palestra con tal de justificar que lo de Racing Point entra dentro de lo normal.
Como sucedió a comienzos de temporada con el temita del W10 rosa, la cuestión ahora mismo pasa por negar la mayor cogiendo el rábano por las hojas. Sergio está fuera para 2021 y él se protege por si las moscas y su escudería teme tanto al público y sus críticas que reacciona tarde. No sé cómo andará la cosa en la actualidad, pero cuando cursé parvulitos en San José de Santurce, las monjas carmelitas nos contaban historias más sólidas, quizás porque a pesar de nuestra corta edad consideraban que debíamos enfrentarnos al mundo como feroces mirmidones.
Será normal esta boba explicación sobre lo ocurrido en Imola, pero no es ni medio normal que la aceptemos como gilipollas. Si antes entraba dentro de lo razonable considerar que la de Silverstone necesitaba tiempo para entender el coche y su universo de posibilidades, el fenómeno no tiene un pase a cuatro carreras de que termine el Mundial. Racing Point está haciendo el canelo o está sacrificando una temporada que tenía servida en pepitoria, y elegid la perspectiva que más os consuele. Pérez es muy superior a Stroll junior y, con los datos en la mano, no hay manera de justificar el error (consciente o inconsciente) que apartó al mexicano del podio.
Hay que cuidar al chiquillo, lo entiendo, pero no vengamos con la sacarina a edulcorar lo que a todas luces fue una cagada monumental de un equipo que lleva entre manos el coche ganador del Mundial de Constructores del año pasado. Racing Point debería estar pisando los talones a Red Bull y, o está pecando de bisoñez, o está tratando de que Lance no parezca tan malo como es. En todo caso, está haciendo el indio por mucho que el año que viene se llame Aston Martin y tenga en su filas al paquete de Vettel. Sergio Pérez es su presente y lo están malgastando de mala manera, como pudimos comprobar en el Enzo y Dino Ferrari.
Os leo.
1 comentario:
Posible pensamiento de D. Lawrence Stroll (padre)
Soy tan rico, rico, rico, rico que me puedo permitir despilfarrar dinero a espuertas porque me da la gana. Tengo que proteger a mi ojito derecho de los abusos del tequila que me lo ponen "to loco" y no da pié con bola.
Y para demostrar que soy un genio voy a cambiar el tequila por la cerveza que a mi niño le va a sentar mejor (tiene menos graduación alcohólica). Si es que soy un genio y por esos soy un megamillonario.
La plebe es la plebe (el resto del mundo que no es millonario) y como buen emperador que soy, dedo "pa bajo" al tequila y dedo "pa rriba" a la cerveza.
Un saludo de un plebeyo alonsista.
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