La relación de la Humanidad con el medio ambiente y los animales me parece un tema tan serio que no me merece demasiada consideración la irrupción de un aspirante a ser de luz, Hamilton, que viene fuerte en sus redes sociales después de que Toto Wolff y Ross Brawn le dieran palmaditas en la espalda por sus opiniones sobre el posicionamiento de la Fórmula 1 en el caso del supremacismo blanco que terminó con la vida de George Floyd, cuando ni fue capaz de dicernir que allí el problema es endémico y va más allá de afirmar o negar que buscas justicia.
En realidad me produce una pereza tremenda tener que hablar sobre Lewis cuando quiere un poquito de caso porque no ha tenido suficiente [¡Hacedme casito, anda!], ya que con estas cosas el que acaba viéndose obligado a dar explicaciones eres tú y el que debería darlas es él, que de puro tirar de estereotipos ha reducido su mensaje a nada (si es que alguna vez existió un discurso). Los norteamericanos comen hamburguesas y mascan chicle, los italianos son tramposos y los españoles bailamos flamenco, amamos las corridas de toros y somos perezosos y vivimos a costa de los de Norte, ya sabéis...
No me gustan los clichés, los equidistantes ni los supremacistas británicos ni los bobos ni, por supuesto, los que miran por encima del hombro, y el hexacampeón peca de todo ello, y tal es así que da la sensación de que ha visto en bucle el capítulo de Barrio Sésamo en el que Epi y Blas nos enseñaban la diferencia entre aquí y allá, dentro y fuera, oportunidad e impertinencia, y consciente de sus carencias, busca guerras lejanas con las que demostrar que es un líder de opinión porque sabe perfectamente que en las cercanas le pueden romper la cara. Así las cosas, finge que lucha sólo de puertas afuera, con la vista puesta allá más que aquí, y prefiere ser impertinente en vez de oportuno, porque bastante tiene Reino Unido con sus cosas como para que venga el mozalbete a tocar las avellanitas al orden establecido.
En realidad me produce una pereza tremenda tener que hablar sobre Lewis cuando quiere un poquito de caso porque no ha tenido suficiente [¡Hacedme casito, anda!], ya que con estas cosas el que acaba viéndose obligado a dar explicaciones eres tú y el que debería darlas es él, que de puro tirar de estereotipos ha reducido su mensaje a nada (si es que alguna vez existió un discurso). Los norteamericanos comen hamburguesas y mascan chicle, los italianos son tramposos y los españoles bailamos flamenco, amamos las corridas de toros y somos perezosos y vivimos a costa de los de Norte, ya sabéis...
No me gustan los clichés, los equidistantes ni los supremacistas británicos ni los bobos ni, por supuesto, los que miran por encima del hombro, y el hexacampeón peca de todo ello, y tal es así que da la sensación de que ha visto en bucle el capítulo de Barrio Sésamo en el que Epi y Blas nos enseñaban la diferencia entre aquí y allá, dentro y fuera, oportunidad e impertinencia, y consciente de sus carencias, busca guerras lejanas con las que demostrar que es un líder de opinión porque sabe perfectamente que en las cercanas le pueden romper la cara. Así las cosas, finge que lucha sólo de puertas afuera, con la vista puesta allá más que aquí, y prefiere ser impertinente en vez de oportuno, porque bastante tiene Reino Unido con sus cosas como para que venga el mozalbete a tocar las avellanitas al orden establecido.
¿Le habéis leído algo sobre el Brexit? [No se sabe si irá bien o mal], ¿sobre el brote de racismo que sufrió en Silverstone [Mi madre es blanca y mi padre es negro, tengo lo mejor de ambos mundos], ¿algo sobre la caza del zorro...? No, sobre esto no, ni se ha molestado en situarse en el centro geométrico, como sobre otras tantas cosas que sólo ocurren en su país, pero recordárselas sería entrar en su juego, de forma que no voy a caer en la tentación. El zagal es un equidistante de libro: no se moja donde debería hacerlo y prefiere meter los pies donde sabe que no está expuesto a consecuencias pero ganará seguidores y pardillos que le rían las gracias.
Elena, en la entrada enlazada en el segundo párrafo, dudaba de si Hamilton hace estas cosas por marketing, en cambio, yo lo tengo meridianamente claro: si los toros se lidiaran en Gran Bretaña y fuese allí donde se consideraran algo cultural que debe ser erradicado, Lewis no hablaría de tortura animal y abordaría el asunto a favor y en contra a la vez, porque las batallas útiles siempre le han venido grandes y él prefiere las otras, como en pista, en las que sabe de antemano que va a vencer.
Cuando el caso Lux, Adrian Sutil dijo de él que no le consideraba hombre (de hombría), clavándole en el corcho del mierdismo [octava acepción según la RAE: 8. m. y f. malson. Persona despreciable], y, por lo que se ve, insiste en dar la razón al alemán una década después. Y entendedme, esto no tiene nada que ver ni con el color de su piel, ni con nacionalidades, usos y costumbres, ni con los títulos que lleva a sus espaldas, sino con una actitud vital de postureo buenista que sólo le da para hacer las cosas con la puntita y sin salpicarse las pantorrillas. Eso sí, quien no lo conozca está en su derecho de comprarlo.
Os leo.
Elena, en la entrada enlazada en el segundo párrafo, dudaba de si Hamilton hace estas cosas por marketing, en cambio, yo lo tengo meridianamente claro: si los toros se lidiaran en Gran Bretaña y fuese allí donde se consideraran algo cultural que debe ser erradicado, Lewis no hablaría de tortura animal y abordaría el asunto a favor y en contra a la vez, porque las batallas útiles siempre le han venido grandes y él prefiere las otras, como en pista, en las que sabe de antemano que va a vencer.
Cuando el caso Lux, Adrian Sutil dijo de él que no le consideraba hombre (de hombría), clavándole en el corcho del mierdismo [octava acepción según la RAE: 8. m. y f. malson. Persona despreciable], y, por lo que se ve, insiste en dar la razón al alemán una década después. Y entendedme, esto no tiene nada que ver ni con el color de su piel, ni con nacionalidades, usos y costumbres, ni con los títulos que lleva a sus espaldas, sino con una actitud vital de postureo buenista que sólo le da para hacer las cosas con la puntita y sin salpicarse las pantorrillas. Eso sí, quien no lo conozca está en su derecho de comprarlo.
Os leo.
1 comentario:
Bueno, esto de venir contra los toros creo que es su respuesta al tuit de Sainz cuando él llamó a la F1 a posicionarse en el caso Floyd. Pero también pudiera ser que no, que se encontrara con esa foto de un toro de manto grisáceo sufriendo las consecuencias de un tuercebotas -los hay en todas las actividades humanas- con el descabello.
Sea como fuere y como bien señalas, Josete, el supremacismo racial es cosa de la tribu anglo-sajona-germánica y Lewis es de esa tribu por más que su manto sea oscuro. Esto es un mierdeo semejante al de ver a los descendientes de los aborígenes norteamericanos participando en el linchamiento a Colón junto a los descendientes de quienes realmente les masacraron hasta hacer que hoy no sean más del uno por ciento, mientras en los países hispanos llegan hasta el ochenta por ciento en algunos de ellos, pero los genocidas fueron nuestros antepasados. Esta gente no es que sea supremacista, es que fuma supremacismo.
En fin, menos mal que en dos semanas comienzan las carreras y tendrá que dedicarse a lo que mejor hace, porque como siga mierdeando y descentrándose igual Valtteri o Leclerc le levantan la camisa.
Saludos.
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