jueves, 5 de septiembre de 2019

En Gales ya no hay tigres


Vivimos los rigores de la seriedad que parecemos la sociedad victoriana. No hay día que en nuestro entorno no surja un susto, una rasgadura, una mella en la pared que no puede ser arreglada ni con aguaplast; y así nos va, que por haber ido dejando en la cuneta nuestras esencias hemos olvidado incluso el noble arte de poner motes a los pilotos porque resulta irrespetuoso ya que se juegan la vida a 300 kilómetros por hora para nuestro goce y disfrute y tal...

«Britney's in the wall!» fue el curioso mensaje por radio que emitió Nico Rosberg a su ingeniero de muro. Corría 2006, era el Gran Premio de Brasil. Mark Webber, compañero entonces del alemán en la de Grove, había tenido la ocurrencia de cambiar la fotografía de pasaporte de Nico por una de la rubia Britney Spears. La cosa cuajó, todo el mundo empezó a referirse a él como Britney y el aludido usó su mote cuando se llevó puesto al aussie y ambos terminaron la carrera antes de tiempo.

Hasta aquí la realidad y a partir de ahora las moñadas, porque una cosa es un sobrenombre, apodo o mote, y otra bien distinta una falta de respeto. Hoy sería imposible referirse a José Froilán González como «Cabezón» (Testone), a pesar de que así lo llamó Enzo Ferrari por su tesón sobre el asfalto tanto como por el evidente volumen de su cabeza. A Juan Manuel Fangio tampoco le deberíamos llamar «El Chueco» porque en origen el adjetivo le venía por tener las piernas arqueadas, algo que, decían, le suponía al zurdo de Balcarce una ventaja cuando jugaba al fútbol...

Hunt the Shunt (algo así como James Hunt el maniobras); Andrea de Crasheris, evidente juego de palabras con su apellido De Cesaris... A Niki Lauda le apodaban Mousse por sus incisivos adelantados, lo que inevitablemente llevó a que algunos aficionados ingleses le recibieran como The Rat en el tristemente famoso Gran Premio de alemania 1976 y que ahí se quedara porque el austriaco se lo apropió en un ejercicio de gran inteligencia. A Denny Hulme se le conocía como The Bear por su corpulencia, pelo corporal y malas pulgas; a Kimi lo rebautizaron como Iceman no por su frialdad en pista, sino por su restringida panoplia de gestos.

Curiosamente, los apodos aceptados en la actualidad y manejados por la chavalería son los más vistosos e inocuos pero también los más añejos y, representativamente hablando, los que menor cantidad proporcional suponen. Magic, Le Professeur, The Lion (Il Leone), Flying Jim, y un cortito etcétera. Y es que el mote te lo ponen, no lo eliges, y cuando domina la corrección política se acaba la fiesta porque resulta muy complicado acertar con una idea ingeniosa que cale en el respetable.

El otro día hablábamos en Twitter de cómo mi madre se refiere a Lewis como «morenín», y bueno, hay quien vio algo pérfido y racista en ello, desde luego: profundamente irrespetuoso, ¡faltaría! Sinceramente, yo prefiero que le llame así en vez de «Pantone 470 U», que obviamente sería más certero a la hora de referirse familiarmente al color de su piel. En todo caso, que es a lo que vamos, mientras abundan cada vez más los jueces con altura moral y ganas de señalar a todo quisque como reo de hoguera, la Fórmula 1 pierde adeptos y ya ni puedes ligar hablando de ella, principalmente porque se ha vuelto neutra de cojones, y disculpadme la expresión. Así como a los monoplazas les quitas la decoración y cuesta diferenciarlos, a los pilotos les pasa también.

Nadie llenaba un estadio si sólo venía Tom Jones, resultaba necesario, imprescindible, diría, anunciar que cantaba El Tigre de Gales, que curiosamente, el apodo no le venía por su gran vozarrón, como edulcoraron las gentes buenas, sino porque era un fiera en la cama...

Queda dicho. Os leo.

7 comentarios:

Soy gilipollas dijo...

Y mientras los tifosi de verdad,los que llenaron la pizza de Milan gritándole a Seb "uno di noi" y pidiendo que se quede.Eso lo saben los seguidores de verdad y no los que eran de Renault y luego de Ferrari y luego de Mclaren.UNO DI NOI y hasta Canseco que tampoco es un lumbrera contandolo.Venga,a contar el Dakar.

Unknown dijo...

Una escena digna de ver, la de los tifosi llenando la pizza.

matador dijo...

Hola,

No voy a ser ventajista preguntando si el evento fue en la Piazza Carbonara ya supongo que el corrector te ha jugado una mala pasada...

Pues sí, yo estaré pendiente del Dakar, también, como lo estoy desde que un Flying Finn rubio brindaba con leche, pese a levantarle la victoria a Monsieur Le Mans por el canto de un franco, aunque si un piloto me aficionó como ninguno al automovilismo fue el Matador, el primer latino en batir a los finlandeses a domicilio y demostrarle a Cesare Fiorio que un español también era capaz de ir rápido en tierra. Y sí, me confieso pecador, fui de Toyota, y de Lancia y de Ford (de Subaru menos, porque Richards no me gustaba un pelo), y en F1 fui de McLaren, y de Ferrari en mi niñez por seguir a Le Professeur, como había sido antes de Lotus cuando Magic vestía de negro y oro. También fui de Ferrari con LionHeart, pero no tanto por él sino por la belleza inmensa que había creado John Barnard. En resistencia me gustaba Porsche, porque Jesús Pareja corría en uno, aunque el coche bonito, bonito, era el Jaguar que pudo probar Fermín Vélez. (Lo siento, pero no recuerdo que tuvieran mote Pareja o Vélez).

El deporte del motor es individualista, gana el piloto, aunque sea un trabajo de equipo, pero tengo que reconocer que la mística de Ferrari siempre es atractiva, incluso a mí me atrae, aunque no sea un tiffosso canónico, pero después de que nadie luzca el 27 vestido de rojo, ya no es lo mismo. Si tuviera que ser de algún equipo de F1, lo sería de Benetton, me caían muy bien aquellos coches de mil colores, o de Minardi, por aquello de la querencia al equipo pequeño, que ser del Madrid o del Barcelona es muy fácil.

Qué manía tenéis con repartir carnets de buenos o malos aficionados, de verdad! Yo lo siento, pero la actual Ferrari no me cae simpática, muy a mi pesar, y sí, gran parte de culpa la tiene Frigodedo, que tampoco creo que sea un mote irrespetuoso, pero sobre todo, los que te conceden o no permiso para ser tiffoso. Para vosotros la perra gorda.

Por cierto, ¿quien fue el último en ganar para Ferrari en Monza?. Aquel día también gritaban Uno di noi, pero en un circuito, que es el sitio donde están los aficionados de verdad, no los paniaguados ni los becarios o los que pasan por allí a hacer bulto.


Salu2!

Anónimo dijo...

Venga, a apretar los dientes hasta que Ferrari le regale un RedBull a Seb para su cumpleaños. Sin que él lo tenga que pedir que es lo que más jodería, por supuesto.

Patéticos, al igual que Ferrari desde que fue adquirida por niños ricos.

Tadeo dijo...

Claro que si! Estaban exultantes porque había sido segundo... perdón! Tercero

Saludos

Elín Fernández dijo...

👏🏼👏🏼👏🏼👏🏼👏🏼👏🏼
Aplausos, Matador. Con ese comentario, no volverá el gilipolla.

Lastra dijo...

Matador, mis respetos. Has hecho honor a tu nick - el gilipollas también, a decir verdad, pero tú me caes mejor... - y además es que me puedo reconocer perfectamente en la mayor parte de tus pasiones automovilísticas, debemos ser de una quinta similar.

Lo dicho, me quito el sombrero.