miércoles, 18 de mayo de 2016

¡Joder con el negocio!


De los creadores de «qué malo era Fernando Alonso que en 2010 le quitó el asiento a Kimi Raikkonen con ayuda del banco Santander», se ha estrenado esta temporada: «¡cariño, esto no es lo que parece!»

Transcurren las horas con parsimonia desde que el domingo pasado venciera Max Verstappen en Montmeló (Gran Premio de España), y conforme pasan, me ahoga la sensación de que todo el mundo cobra de CVC Capital Partners o directamente del FOM menos yo, oh, wait! Esto es un negocio, me dicen. ¡Joder con el negocio!, pienso yo. 

Suponía —ingenuamente se ve—, que esto que llamamos Fórmula 1 es una actividad económica que explota comercialmente una actividad deportiva, y que por el bien de la primera, se sobrentiende que la segunda tiene la obligación de oler algo a competición, no sé, a mí con un poco me bastaría, pero porque soy de fácil contentar.

Hasta Rusia, entendíamos que en este supuesto deporte competían 11 equipos con 11 alineaciones, 11 presupuestos y 11 propósitos, pero Red Bull nos ha venido a demostrar que el asunto va de empresas y no de escuderías. 

Christian Horner admitía antes de Barcelona «But Red Bull is in a unique position where we have four cockpits in Formula 1 in Red Bull Racing and Toro Rosso, and at the moment they're four relatively competitive cockpits» [Sky Sports], y no me importa tanto que por fin se hayan quitado la careta en la austriaca, en este caso a cuenta del combo entre Daniil y Max, como el silencio sepulcral que se ha tendido alrededor de tan graves palabras, o incluso la complicidad escenificada por algunos profesionales y los más señeros y equidistantes integrantes de nuestra afición.

Hay por ahí cuatro campeonatos de marcas y otras tantos de pilotos (2010 a 2013) que valen una mierda pinchada en un palo desde el momento mismo en que Horner abrió la boca. Jugar con cuatro coches cuando los demás lo hacen con dos (en posición única, que dice el marido de Geri Halliwell), es jugar con cartas marcadas, con ventaja, aquí y en Lima.

También es verdad que nada de esto me ha pillado por sorpresa... Bueno, sí, el desparpajo del británico sí que me ha sorprendido. 

Intuyo que es tal el sentimiento de impunidad con que se mueve esta gente que importa poco que sin fingir, traten de darnos por el flete y sin vaselina a los aficionados. Con recordar a Senna, con afirmar que Jaime hablaba demasiado o con echarle la culpa al alonsismo de la caída de espectadores o de los sonoros vacíos en las gradas, todo listo. Siempre habrá un estómago agradecido que recuerde que esto es un negocio mientras llama conspiranoicos a quienes pretenden disfrutar de algo de sana competición en una actividad que dice de sí, que es la máxima expresión del automovilismo deportivo.

Deportivo, habéis leído bien... Ahora podéis reíros si os quedan ganas.

Os leo.

5 comentarios:

Anónimo dijo...

De los creadores de...

Brillante forma de comenzar y brillante exposición de los hechos.
Y con cuatro palabras.
¡Y habrá gente que aún se niegue a verlo!

Un saludo
Sr.Polyphenol

Anónimo dijo...

El deporte hace tiempo que no existe, ni en Fórmula 1 ni en ningún otro. Desde el momento en que entra el negocio en escena se jodió el invento.





King Crimson

Tadeo dijo...

Más que suficiente para demostrar la ilegalidad de los resultados obtenidos por el equipo Red Bull en los últimos años. Años y años de trampas por competir con cuatro coches cuando el resto de equipos competía con dos.

Si es mala la trampa, aun es peor la burla a todos los aficionados que vemos cómo la organización se burla de todos nosotros permitiendo que la competición se adultere y tenga poco de deporte y mucho de marketing.

¿Que podemos hacer contra ellos? poca cosa, para comenzar poner a cada uno en su sitio. No considerar cómo legítimos los resultados obtenidos y denominarlos cómo lo que son, unos campeonatos fruto de las trampas de sus dirigentes con el visto bueno de la organización.

Volver a ver a los dos Red Bull, más los dos Toro Rosso, más Schumacher y todo el que le debe un favor al equipo colaborando con ellos en carrera sería una burla a todo y a todos a los que nos gusta el deporte.

Que narices de deporte, Alonso ya lo dijo en el 2006, esto tiene poco de deporte...

Saludos

chema dijo...

Cuanta razón los títulos entre 2010 y 2013 deberían ser expropiados, una mancha para una competición donde reina la igualdad y trasparencia.

Un sacrilegio ser propietario de dos escuderías, que sería de Seb sin la ayuda de unos chavales incapaces de entrar en Q3 y a duras penas en los puntos. 3 monoplazas por detras o, al menos, 2 cuando su compañero actuaba de hecho como tercer piloto de Escudería Ferrari.

Cao Wen Toh dijo...

De acuerdo con la mayor; y nunca me cansaré de celebrar la denominación que les endiñó Joserra a esos títulos: Hacendado. Pero lo de los cuatro coches iguales... Del mismo "equipo" sí (con eso de "te dejo pasar, que eres de Red Bull; a ti no que eres de otra marca" tan graciosamente ejecutado por nuestro afamado 'diyei'), pero ni el diseño de los Toro Rosso era de Adrian Newey, ni el motor el mismo, que entonces los equipaba Ferrari. No sé si ilegal, alegal, o qué mierda, pero nada ético seguro era; eso sí, que no se ahorren las lecciones de honestidad que van impartiendo, la F1 y el resto del mundo echarían de menos esas risas.