Todos los días recibo en mi domicilio toneladas de cartas. Me las trae Aitor, el cartero de Gorliz, a quien siempre se le olvida acercarme la misiva donde me anuncian que soy el heredero universal de un tío americano, riquísimo, del que jamás he tenido noticias.
Huelen a perfume aunque algunas hay que destilan aroma a tabaco rancio. En las que corresponden a mis leales lectoras, se me solicita la receta de mi aclamada tortilla española o se me interroga sobre por qué Manuela Carmena quiere quitar mi nombre de una calle de Madrid o por qué Grecia ha podido portarse tan vengativamente, como para impedir a don Luis de Guindos alzarse con la presidencia del Eurogrupo.
Herminia, que se presenta como una mujer madura, muy de su trabajo y su casa, me confiesa que está preocupada. Acostumbrados ella y su marido a celebrar las buenas carreras del portentoso Kimi haciendo la zebra (sic), ante los negros nubarrones que tiñen de oscuro el horizonte del piloto finlandés y el alicaimiento cada vez más palpable de su churri (sic), ve con profundo pesimismo el futuro de su vida sexual en pareja (sic). Obviamente, me pide consejo.
Estimada lectora. Vaya por delante mi infinito agradecimiento por tus amables líneas y la confianza que depositas en ésta, mi humilde persona.
Por lo que me cuentas, y desconociendo en qué consiste una zebra de esas que mencionas, entreveo que tu churri es kimista de pura cepa. No hablas de victorias, lo que me lleva a sospechar que como nos sucede a muchos de los seguidores de Iceman, la alegría inunda tu casa en cuanto el bravo hijo de Espoo nos recuerda sus mejores tiempos. Lamentablemente, me veo en la obligación de confirmar tus peores augurios, aunque bien es verdad, que pondré a tu disposición una o dos soluciones que podrían ayudaros a solventar tan espinosa situación.
Pongámonos en antecedentes. Tras un comienzo de sesión colmado de incidentes que impidieron a Raikkonen ir más lejos, Mika Hakkinen requería a Ferrari para que aclarara lo que podía haberle pasado al SF15-T con dorsal número 7 en Canadá, y la circunstancia no es en ningún caso baladí por mucho que el bicampeón del mundo y Kimi compartan pasaporte.
Quiero decir con esto, que no estamos ante la típica situación de compadreo patriota, pues el trompo fue extraño y en el momento en que te escribo, aún carece de explicación más allá de que asimilemos que nuestro héroe está sobrevalorado.
Dado que en Spielberg se replicaba el nerviosismo del monoplaza italiano —con funestas consecuencias para Raikkonen y Alonso—, y que en Siverstone, la cosa no mejoraba, no puedo por menos que incidir en que al coche lo han tocao. Y me explico:
Kimi y Sebastian necesitan que sus respectivos vehículos dispongan de trenes anteriores muy solventes, pero el alemán a diferencia del finlandés, acostumbra a rotar el suyo cuando aborda una curva. Con una delantera excesivamente firme, al gusto de Iceman, para que nos entendamos, el fenómeno de rotación se complica bastante, de forma que podría ser que Maranello haya aligerado el comportamiento del SF15-T en esta zona, haciéndolo más neutro al trasladar ese eje de rotación virtual hacia atrás, muy ligeramente si quieres, pero lo suficiente como para que ahora el que esté cómodo sea Vettel y Raikkonen se las vea y desee para encarrilar su auto.
Son matices, Herminia. Sutilezas, que diría aquél. Pero conviene que no nos sintamos agraviados por ello. El tetracampeón del mundo seguirá en La Scuderia el año que viene y nuestro portentoso chico, admitámoslo, tiene en ella un pie más dentro que fuera, lo que nos pone en que es normal, razonable y comprensible, que se esté trabajando en las bases del coche del año que viene, teniendo más en cuenta al teutón que a su compañero.
¿Qué hacer entonces?
Yo te recomendaría que te armaras de paciencia y poco a poco, convencieras a tu churri de que Kimi está sobrevalorado y en el final de su carrera. Así, si de aquí a que termine todo se dan un par de pruebas en las que sea posible celebrar una zebra, pues eso que lleváis ganado, y ya la temporada que viene, consolidada la sobrevaloración de Raikkonen y digerido su ocaso, le animas a que apueste por Bottas o por Ricciardo, o el mismísimo Versttapen.
Si esto no funciona, que podría ser, te animaría a que hiciérais como hemos hecho los alonsistas estos ultimos años: bajar las expectativas y celebrar los quintos puestos como si fuesen victorias. No veas cómo se ponía Lobato cuando Fernando lo conseguía, y ello es indicativo de las enormes posibilidades que tiene la Fórmula 1 para que los aficionados festejen cualquier menudencia con una zebra o dos, o las que caigan, con Kimi como detonante o con quien sea, ya me entiendes...
En todo caso, te reitero lo que te venía diciendo: al que le han hecho la zebra es a Kimi y veo muy mala solución para él en el corto y medio plazo. Pero más se perdió en Cuba, ¿o no?
Te leo.
3 comentarios:
Jeje. Muy buena entrada.
Aparte. ¿Soy el único que cree que Bottas también está sobrevalorado, y que con ese carro Alonso o Vettel ya habrían ganado alguna carrera? Creo que es la primera vez que, en Williams, en la última década, el coche está por encima de sus pilotos.
¡Genial Jose!
Aún me estoy riendo.
Nada más leerte me ha venido a la memoria el Consultorio Radiofónico de Elena Francis, que escuchaba mi madre mientras hacía sus tareas (y , a veces, yo de rebote , haciendo los deberes).
Lo dicho, genial. ¡El Consultorio Sentimental de la F1!
Saludos.
Te vomito de mi boca, por no ser ni frío ni caliente. Está en la biblia. Kimi ha perdido brío, orgullo, agresividad. Para qué quiere renovar con Ferrari? Por qué no puso a parir a todo dios luego de las ptadas que le han hecho? Fernando por mucho menos...
No country for old men.
Publicar un comentario