Si tuviera que irme a una isla desierta y llevar conmigo dos ideas de esas que tienen su domicilio en el paddock, sin pensármelo demasiado, me quedaría con eso de que los Reyes Magos existen y con eso otro del inminente desembarco de Audi en la máxima categoría.
En la intimidad, donde José María Aznar hablaba catalán y Felipe González leía a Carlos Marx, todos reconocemos que los Reyes Magos son Pirelli y que no se puede exigir a la de Ingolstadt, que se arriesgue a hacer un Michael Schumacher. Pero apostar por seguir soñando un poco más es gratis, y pasa lo que pasa.
A don Luca, por ejemplo, se le escapaba hace no mucho que sabía de buena tinta y tal, que alguien, —Red Bull, por aquello de concretar—, estaba hablando con Audi, y Helmut Marko ha venido a corroborarlo afirmando como aquel señor de negro en la portada de Hermano Lobo que preguntaba a la turba: «¿O Audi o el caos?»
Tanto da que escojamos el caos o que Bernie, emboscado tras el casco prusiano que adorna la mesa del despacho donde recibe, se sume a nuestro anhelo revoltoso por ver si con el caos retorna la alegría. Como en la viñeta firmada por Ramón (Ramón Gutiérrez Díaz, no Chumy Chúmez), doy por seguro que Marko rugiría como contestación: «¡Es igual, también somos nosotros!»
Es inevitable. En Fórmula 1 quien no llora no mama, y mirad si no a don Maurizio. De manera que se hace necesario leer entre líneas, y aunque resulte bonita la historia de que VAG decida apostar por todo esto, lo cierto es que con nueve equipos y medio, no hay quien comulgue con ella.
Además, ¿Cuándo se integraría la de los aros, en 2017 como poco? ¿Y cuántos tokens le dejarían usar a la alemana para desarrollar su unidad de potencia si se anima a meter el pie en la máxima disciplina. La media de lo que hayan dejado de utilizar el resto de rivales por esas fechas?
Y un suponer si todas las piezas encajan, ¿cuánto tardaría la motorista en hacer los deberes con Milton Keynes para ser realmente competitiva. Compramos 2019 o 2020? ¡Ajá, precisamente cuando finaliza la vinculación de Red Bull con la Fórmula 1...!
Marko está llorando otra cosa. Algo así como ¡sujetad a Mercedes-Benz, o me llevo el balón a casa y se acabó el partido! El caos, vaya.
Os leo.
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