miércoles, 28 de agosto de 2013

Descanse en paz


De los 5.792.738 metros que componen (en carrera) la actual sesión, se han completado 3.333.683, quedando por tanto y si no me fallan las cuentas, otros 2.459.055 metros más hasta que el banderazo final en Interlagos declare que el campeonato 2013 pasa a formar parte de la historia. De la misma manera, de los 1.919 puntos que se jugaban esta temporada, tan sólo se han consumido 1.111, lo que arroja un saldo de otros 808 por disputar.

Bien es verdad que podía haber echado las cuentas en centímetros o milímetros, o tirando de un tiempo del que no dispongo, haber hecho algunas estimaciones más o menos acertadas sobre las horas, los minutos, las décimas, las centésimas y milésimas que se han vaporizado hasta ahora, y a rengón seguido estimar de la misma forma la cantidad de fracciones de lo que sea que falta. Podría hablar también en términos de litros de combustible o juegos de ruedas, pero no he tomado ese camino porque sinceramente creo que con las cifras aportadas queda bien claro que queda todavía mucho bacalao por cortar en este Mundial que huele a muerto desde el minuto uno.

Lo que no podía evitar era referirme a los demonio puntos. A 101 por carrera, es cierto que los que más importan son los 25 que se lleva el primero en llegar a la meta, pero en este deporte cuenta todo y los puntos son un tesoro demasiado precioso como para desestimarlos como si tal cosa, así que ahí los dejamos, como un complemento necesario para valorar que casi acabamos de pasar el ecuador de la temporada y aún quedan ocho carreras de las diecinueve que componen el calendario, para que podamos decir efectivamente y sin temor a errar: ¡ya está!

Los que me leéis desde el principio sabéis de sobra lo reacio que soy a las síntesis por el bien de todos, y que por tanto, soy tendente a la pluralidad, a cuantos más ingredientes existan en la fórmula o en la ensalada, mejor. Obviamente me cayó como una patada en el traste aquella ida de olla que tuvo Bernie hace unos años a cuenta de cantar el campeonato por medallas de oro, plata y bronce. Como papilla para bebés o atrapabobos está muy bien porque para colmo era redundante de narices (lo normal en la historia de nuestro deporte es que el título se lo lleve quien más carreras ha ganado), amén de sintética y se supone que eficiente a la hora de explicar todo esto a quien no lo conoce, lo que siempre me ha llevado a pensar en cómo de mal lo tuvo que pasar el mandamás de la cosa al enfrentarse a un mundo lleno de matices, donde una mariposa que aletea en Pekín puede producir un huracán sobre Los Ángeles, hasta que comprendió que si el que mandaba era él, todo iba a resultar mucho más sencillo.

En fin, no me distraigo. Esta entrada que estoy componiendo mientras el sol a vuelto a llenar de luz la tarde de Gorliz, tiene mucho que ver con ese hastío que ha acampado entre nosotros y que da por tirada a la basura lo que queda de temporada porque sólo quedan ocho carreras y Sebastian viene como un loco. Sí, quedan ocho carreras pero sólo han transcurrido once. Es cierto que la mayoría de escuderías está pensando en el año que viene aunque se las prometen todavía felices en éste (¡qué van a decir las pobrecitas si les van las alubias en mantener el hype aunque sea con Viagra!), a resultas de lo cual el soso de Horner se sorprendía de la victoria de Vettel, Lotus niega tener problemas económicos, McLaren ha encontrado el camino porque por fin el MP4/28 pita sin soltar gallos, o Mercedes AMG, después de un verano tan hermoso como el vivido en Brackley, pospone su decisión de concentrarse en el vehículo de 2014 para dentro de una o dos carreras…

Quien dice dos dice tres, o cuatro, o cinco, vamos, que pretenden tenernos con el alma en vilo hasta que la cosa no dé más de sí, y eso a pesar de que las aves carroñeras ya sobrevolaban Hungaroring, circunstancia que a la mayoría de aficionados no nos pasaba desapercibida, y menos cuando las hemos visto de nuevo cernidas sobre Spa, eso sí, mucho más cerca del suelo.

Quedan ocho carreras pero cada vez menos harina, y ahí tengo que dar la razón a los que ven el vaso medio vacío, pero quedan el alemán de Milton Keynes y el español de Maranello, y hasta Jenson Button ha sido permeable a esta sensación de que no hay mucho más que hacer por esta temporada al afirmar «Creo que Fernando es el que puede concentrarse en desafiar a Sebastian. Parece contento con el monoplaza y están haciendo progresos.» 

Papilla de nuevo. Red Bull contra Ferrari. Un tricampeón contra un bicampeón y que al resto de la parrilla le vayan dando por el saco aunque cada domingo anden sueltos sobre el asfalto ocho títulos mundiales y un montón de promesas que olvidaremos el año que viene. Pero como vengo diciendo, quedan ocho carreras, 2.459.055 metros y 808 puntos, y seguro que al viejo se le ocurre algo para que vivamos Interlagos como el final de una temporada que sin duda pasará a la historia aunque sea por la intensidad de sus últimos minutos. Luego si eso, ya podremos decir descanse en paz, ahora no toca.

1 comentario:

Anónimo dijo...

seguro que al viejo se le ocurre algo...

José, qué poco respetuoso con los años te veo. Jajajajajajaja

The show must go on, aunque el mismo sea un tostón del bueno y las cartas estén marcadas hace ya mucho tiempo.


King Crimson