Si algo tengo que agradecerle a RUSH a pesar del varapalo que metí
ayer a la susodicha cinta en ciernes, es que va a estar firmada por un
hombre de letras, por un tipo que estudió en la Escuela de
Cinematografía de la Universidad del Sur de California sin llegar a
graduarse.
Sólo a un individuo así se le podía meter en la cabeza materializar
el miedo que sienten los pilotos o se presume que sienten, macerando en
la pantalla la oscuridad amenazante que aplastaba el circuito de Fuji
aquel 24 de octubre de 1976 en el que James y Niki se jugaban el
campeonato al todo o nada.
Venció el más insensato de los dos, el
único que no tuvo redaños para decir basta, el que asumió que si hasta
ahí se había llegado, de allí hasta el final había que encomendarse al
Altísimo aunque no se creyera en tal altísima presencia. Triunfó el
miedo al miedo, no nos engañemos. En el ocaso de la temporada 1976, se
impuso esa narcolepsia que convierte en virtud la más noble de las
flaquezas: el miedo a perder la vida, la misma que transmuta en energía
utilizable toda la fuerza que se pierde a través de la punta de los
dedos cuando eres consciente de que salvo intermediación de un milagro,
acabarás tus días en cualquier punto de esa cosa negra sobre la que
discurre tu vehículo casi a ciegas, bajo una lluvia bastarda que no te
dejará ni disfrutar como es debido del final de tu existencia.
Como sabemos 35 años después, en Fuji sucumbió la sensatez. Niki y su
inteligencia, cayeron derrumbados en ese calibre de lo que resulta
aceptable y lo que no lo es, mientras el más loco en su locura, Hunt, se
alzaba con el campeonato y a la vez se desprendía hasta el año
siguiente de su miedo a morir.
Deseo y espero que RUSH ponga énfasis en la única diferencia real que
existía entre el austriaco y el británico ante esa última carrera que
parecía la boca del infierno, y es que Niki ya había muerto en
el Nürburgring, mientras que James nunca llego a hacerlo realmente,
hasta que obviamente le tocó entregar la cuchara como haremos todos
tarde o temprano…
Virginal inmadurez que te permite decir que has sentido frío y chuto y muette porque adelantas a tu compi en una encerrona en la que te has metido tú. Miedo real
en definitiva, pero menos, porque no te has topado con un neumático en
mitad de la pista, como Fernando en Interlagos 2003, para terminar hecho
una mierda con tu vehículo contra las protecciones; porque no te
percatas de lo hijo de puta que puede resultar tu muro cuando no te
avisa de que llevas la aerodinámica dañada y te metes el gran hostiazo
en Fuji, precisamente, llamándote Fernando, precisamente, en 2007 para
más señas; o porque no has apuntado al cielo el morro de tu vehículo,
como hiciera Mark en Valencia 2010 tras golpear la rueda trasera del
Lotus (hoy Caterham) de Kovalainen, para dejar de ser un piloto de
monoplaza y convertirte en uno de misil.
A Vettel le falta esa experiencia, precisamente, para dejar de hacer el moñas cada vez que siente miedo o cree sentirlo.
«I am afraid if that had been Senna or Mansell he might have been
sporting a bloody nose and he would have deserved it», «the team aren’t
altogether happy with Sebastian I’m afraid», son frases que no encajan con un tipo que no ha visto a la parca de cerca salvo en las películas. Lo dejé escrito en SftyCast #2,
la sensación de riesgo ha desaparecido casi por completo en la actual
F1 y hoy los récords en su seno valen una porquería. Números, sólo
números, se han convertido sólo en eso. Algo que ha comprendido
perfectamente Ron Howard, un hombre de letras, un creativo al viejo
estilo, al materializar con oscuridad verdosa el infierno en RUSH,
precisamente (os juro que es la última vez que utilizo este término). Y
para concluir, os confieso que en la intimidad, yo también estaré
contento cuando Vettel deje de tener miedo.
2 comentarios:
¿Y cómo interpretamos la cuali de China?. ¿Como que Mark vaya preparando vaselina para lo que le espera en 2013?. ¿Porque no ha querido compartir (o los ha "manipulado")datos con Seb (jajaja) y el equipo se lo paga con un stop and go to the bottom?. ¿Que Redbull se rompe definitivamente en una guerra civil dosmilsietera pero que la mayoría del team sí que está happy with Seb and unhappy con Mark?.
Como diría el personaje de José Mota, "madremía, madremía". Un saludo.
En Red Bull habelas meigas hainas sino no se explica que todo le pase a Mark y nada a Sebastian. Es tremendo el cenizo que lleva encima nuestro querido aussie. Cada día esto parece más a los plafones caídos sobre el coche número 1 del 2007. Querido Mark, como diría la Steve Miller Band "Take the money and run".
King Crimson
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