Ferrari is ready

Fernando nos salía con lo de siempre tras obtener su quinto puesto en parrilla: esto es lo que hay, más o menos, que ahora mismo no tengo tiempo de cotejar sus palabras, ni mucho menos de transcribirlas adecuadamente. Dejémoslo por tanto en esto es lo que hay, y convengamos en que después de la carrera, el asturiano estaba más feliz que nuestro ministro de economía amenazando veladamente a los actores patrios, ¡animalillos!, que tributan donde viven y no donde se les necesita.

En fin, que me distraigo. Después de la carrera, Fernando vino a decirnos que nos había mentido durante la mañana australiana, supongo que como otras veces, por evitarnos el pertinente trompazo si las cosas salían mal en el seno de La Scuderia, fundamentalmente, que no salieron, como ya sabemos. Vamos, que el Nano nos soltó una de esas mentirijillas piadosas que le son tan habituales, entre otras cosas, porque puede permitírselo ya que como le gusta a don Cristóbal, él tributa en casa y puede decir lo que le venga en gana, pues sabe que le entenderemos.

Sea como fuere, el domingo por la tarde sabíamos lo que ni imaginábamos por la mañana, cuando Felipe y Fernando en apariencia, hacían aguas a más de un segundo de distancia de Sebastian Vettel, más o menos como el 80% de la parrilla, incluido Kimi.

Pero en carrera, los F138 iban a parecer sencillamente otra cosa sobre lo visto anteriormente. Traccionaron bien en salida y fueron capaces de sostener el ritmo impuesto por el tricampeón más joven de la historia, algo inusual en todo caso, sorprendente en tono mayúsculo, una especie de chute de adrenalina para los tifosi, que sabía dulce a regalo extemporáneo. Pero cuánto duraría el sortilegio... Pues toda la prueba, porque la chatarra rossa parecía ir bien en recta y en virado, e incluso el muro de la de Maranello, en sintonía con el espectáculo de magia que estábamos disfrutando incrédulos, supo aceptar los riesgos que salieron al paso, y resolverlos adecuadamente, lo que viene a significar una soberana proeza.

¿Qué tiene este F138? Doctores tiene la Iglesia y ellos me enmendarán la plana si quieren o pueden, pero pienso que la máquina italiana, por encima de otras cosas, tiene rodaje, y me explico.

Me he matado a escribir en este mismo blog y durante años, que los ciclos de diseño de un vehículo, suelen comenzar con un monoplaza perdido salvo que se llame Brawn GP001. Llámese RB5 o F2012, el primer eslabón de una cadena existosa, tiende a doblar la rodilla tarde o temprano en F1. Se explora, se entiende, se mejora, y para cuando las cosas están claras, lo normal es que se haya fundido la sesión en la que se ha estrenado.

El Ferrari del año pasado era innovador, tanto que Felipe no se sintió cómodo en él y Fernando las pasó canutas en algún momento puntual de la temporada. Obtuvo victorias y también sonoras derrotas, y entre pitos y flautas, quemó su etapa inicial como la queman los monoplazas que prometen, mostrando sus dientes y también sus numerosas herrumbres.

Pues bien, la pull-rod delantera del F138 funciona contra todo pronóstico. La plataforma en su conjunto, resulta mucho más eficiente en carrera que lo mostrado por su antecesor, el F2012. La downforce que produce su aerodinámica, parece solvente. La bella machina cuida mejor los neumáticos y los entiende más rápido que su progenitora... Ferrari is ready!